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Sexo a cambio de comida: el cambio climático aumentará la explotación de las mujeres, advierten algunos investigadores

Las sequías, las inundaciones y las tormentas hacen más vulnerables a las habitantes de comunidades rurales empobrecidas, que acaban, además, más expuestas a enfermedades de transmisión sexual

Trabajadoras Ciudad del Cabo
Una trabajadora en un viñedo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el pasado 31 de enero.David Silverman (Getty Images)

En Haití, un país pobre del Caribe en el que las mujeres tienen poco poder y la violencia de género está muy extendida, un estudio analizó de qué manera había influido en el llamado sexo transaccional el devastador huracán que tuvo lugar en 2016. Los resultados de la investigación, realizada en 2020, mostraban que las mujeres cuyos ingresos familiares se vieron gravemente afectados porque alguien de su familia había muerto o resultado herido durante la tormenta tenían casi un 60% más de probabilidades de intercambiar sexo por comida, dinero o regalos que las que no se vieron tan afectadas.

Intercambiar sexo por supervivencia o una vida mejor depende de la oferta y la demanda, y los investigadores creen que ambos factores tendrán más probabilidades de darse debido al incremento de las sequías y las inundaciones.

El sexo transaccional es diferente del trabajo sexual porque la recompensa es implícita y no se acuerda por adelantado un precio específico. Este tipo de relación suele darse en sociedades (a menudo rurales) en las que los hombres tienen más poder que las mujeres en lo que respecta al dinero y la toma de decisiones. Dado que en estas comunidades las mujeres suelen depender de los hombres para obtener dinero, alimentos u otras formas de apoyo para vivir, como alojamiento o transporte, en estos acuerdos tienen poco poder para negociar el uso de preservativos o relaciones monógamas para mantener relaciones sexuales más seguras. Es más, aunque ellas tengan relaciones sexuales de manera regular con la misma pareja, los hombres, por tener más poder, suelen tener otras relaciones, según demuestran algunos estudios. En conjunto, todo esto significa que las mujeres tienen un mayor riesgo de contraer una infección de transmisión sexual como el VIH, y pocos recursos para protegerse.

En África, la agricultura a pequeña escala sostiene a cerca del 60% de la población. Las mujeres suelen trabajar en los campos, recoger las cosechas o ir a buscar agua, pero, por lo general, no son propietarias de la tierra

En las comunidades rurales empobrecidas que dependen de los cultivos, la cría de ganado o la pesca para alimentarse y obtener ingresos, los medios de subsistencia de la población pueden verse amenazados por desastres climáticos como las sequías, las inundaciones y las tormentas. Los estudios demuestran que, durante catástrofes naturales como estas, el “sexo transaccional se vuelve más común”..

Los científicos advierten de que los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las inundaciones, serán más frecuentes —y ya están aumentando— a medida que cambien los patrones climáticos de la Tierra debido al calentamiento global. Según el Banco Mundial, 42 países del África subsahariana estarán entre los más afectados por las consecuencias del cambio climático.

En África, la agricultura a pequeña escala sostiene a cerca del 60% de la población. Las mujeres suelen trabajar en los campos, recoger las cosechas o ir a buscar agua, pero, por lo general, no son propietarias de la tierra. Cuando las cosechas se ven amenazadas, también se ve amenazado el sustento de las familias. Si salir adelante significa tener que practicar sexo sin protección, también aumentan las posibilidades de que una mujer contraiga el VIH. Y dado que África representa aproximadamente dos tercios de los casos totales de VIH en el mundo, el cambio climático —a través de una compleja interacción de factores sanitarios y sociales— puede mantener al continente atrapado en un bucle de pobreza y subdesarrollo.

Oferta y demanda

En Malaui, un estudio probó que una sequía de seis meses duplicaba las probabilidades de practicar “sexo transaccional” de las mujeres que se dedicaban a la agricultura

Las investigaciones llevadas a cabo en Malaui, donde gran parte de la población depende de la agricultura de secano a pequeña escala, han estudiado en detalle el vínculo entre el sexo transaccional y la supervivencia. En la última década, el país se ha visto afectado por ciclos de inundaciones y sequías devastadoras, con pérdidas de cosechas entre 2014 y 2016 que dejaron a unos siete millones de personas sin alimentos suficientes. Cuando estas perturbaciones climáticas amenazan el volumen de las cosechas, aumentan las transacciones sexuales.

Por ejemplo, los científicos descubrieron que, en Malaui, una sequía de seis meses duplicaba las probabilidades de practicar sexo transaccional de las mujeres que se dedicaban a la agricultura. Los hombres que no trabajaban en la agricultura —y cuyos ingresos eran más seguros porque no se veían directamente afectados por la perturbación climática— tenían el doble de probabilidades de mantener una relación “transaccional” con una mujer cuyo medio de vida dependiera de la agricultura, porque disponían de los medios materiales. El estudio también descubrió que este efecto se observaba más en las mujeres que no tenían estudios y, por tanto, tenían aún menos posibilidades de encontrar un trabajo no relacionado con la agricultura.

Lindiwe Sibiya, investigadora del Africa Health Research Institute, afirma que han visto que las presiones climáticas pueden influir en la opinión de la gente sobre el sexo a cambio de supervivencia cuando son pobres y tienen pocas perspectivas de encontrar trabajo. Trabaja con comunidades de una zona rural cerca del Parque del Humedal de iSimangaliso, en Sudáfrica, donde un largo periodo de lluvias por debajo de la media hace unos ocho años provocó escasez de agua, a pesar de que la zona es conocida por tener un clima subtropical con precipitaciones bastante elevadas. “[Las relaciones sexuales transaccionales] no necesitan ninguna documentación ni ningún nivel de educación”, explica Sibiya. “Así que [la gente puede decir]: ‘Si necesito urgentemente agua, por ejemplo, o un aparato de aire acondicionado, o simplemente un ventilador, y no tengo dinero para comprar estas cosas, y puedo entablar una relación con alguien capaz de proporcionármelas, ¿por qué no?”

Las presiones climáticas pueden influir en la opinión de la gente sobre el sexo a cambio de supervivencia cuando son pobres y tienen pocas perspectivas de encontrar trabajo
Lindiwe Sibiya, investigadora del Africa Health Research Institute

Los controvertidos resultados de algunas investigaciones han demostrado que las transferencias de efectivo —es decir, cuando las organizaciones de ayuda o los gobiernos entregan a las personas una cantidad de dinero para ayudarles a sobrevivir— pueden contribuir a que las personas no tengan que recurrir al sexo transaccional para salir adelante. En un estudio realizado en Kenia, por ejemplo, los investigadores descubrieron que, en un programa en el que las escolares recibían dinero en metálico o educación sexual, eran más las que permanecían en la escuela y menos las que se veían obligadas a recurrir al sexo como forma de mejorar sus vidas que las que no recibían ninguna ayuda económica formal ni educación sexual.

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