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Wefarm, una plataforma en red para mejorar los cultivos agrícolas en Kenia

En uno de los países más poblados de África no hay suficientes expertos en agricultura o ingenieros agropecuarios para resolver problemas y eso deja a los pequeños productores con preguntas sin respuesta. Una aplicación los conecta y ayuda con soluciones

Wefarm
Una agricultora trabaja en un campo de cultivos junto a la orilla del lago Baring, en Kenia, en agosto de 2020.BAZ RATNER (Reuters)

La mayoría de los pequeños agricultores de las zonas rurales de Kenia viven con menos de un euro al día. Para muchos de ellos, el trabajo en el campo es una actividad heredada de sus padres y, por lo tanto, no la practican de una manera profesional. Hacen lo que han visto hacer a su familia o a sus vecinos.

En 2013, Kenny Ewan trabajaba para Café Direct, una organización que colabora con los productores de café y té. En aquel entonces buscaban una manera de ayudar a los cultivadores con algo más que la producción, cuando se dio cuenta de que las dificultades a las que se enfrentaban los campesinos eran muy similares. Un cultivador podía tener un problema con las plagas, y cinco kilómetros más allá, otro podía haber dado con la solución, pero los dos no habían estado en contacto nunca. Ewan empezó a investigar qué tecnologías había a disposición para ayudar a conectar a estos dos granjeros. Dado que la tecnología móvil estaba bastante difundida en Kenia, una plataforma SMS era lo más evidente. Ewan decidió crear una aplicación muy simple de mensajes de texto que permitiría a los usuarios hacer preguntas y compartir información. La llamó Wefarm.

La plataforma es una red entre iguales para pequeños agricultores. La idea es conectarlos entre sí y proporcionarles un lugar donde puedan relacionarse unos con otros, hablar de sus problemas y brindarse soluciones.

Según Mwinyi Bwika, director de marketing de Wefarm, si un productor de té de Kericho se levanta por la mañana y se encuentra con que una plaga que no ha visto nunca ni sabe cómo tratar se está comiendo sus plantas, la única solución es buscar un intermediario entre él y los ingenieros agrónomos que le ayuden a tomar una decisión. “Entendemos que Kenia se enfrenta a un reto porque tenemos muy pocos agentes agrícolas en comparación con la población que se dedica al cultivo de la tierra. Esto significa que la mayoría de los trabajadores pierde mucho tiempo intentando encontrar una solución mientras la plaga sigue arruinando la cosecha”, añade.

Wefarm es una empresa social que garantiza que cualquier agricultor que esté registrado en la red pueda mandar un sencillo SMS gratuito en inglés o en suajili con una pregunta o un problema que quiera resolver en Kenia. La empresa ha incorporado una tecnología de inteligencia artificial que analiza las dudas enviadas para determinar el tema, su naturaleza, y qué se espera obtener. Luego el sistema utiliza algoritmos para encontrar el usuario más adecuado para responder.

“Así, en el caso del cultivador de Kericho, el sistema determinará que quien hace la consulta está hablando de una plaga que está atacando a su té, y buscará entre sus participantes a otros que ya hayan respondido a cuestiones sobre el tema, y en particular sobre plagas que ataquen al té. La persona contestará a la consulta, y el cultivador de Kericho obtendrá una solución”, explica Bwika.

Actualmente, la empresa se asegura de que los granjeros reciban varias respuestas, para lo cual remite la misma pregunta a las 23 personas que el sistema considera más adecuadas para resolverla. De esta manera, quien ha formulado la consulta recibirá entre tres y cinco contestaciones, podrá valorarlas y aplicar la mejor. “Estamos creando un sistema inteligente que permitirá clasificar los mensajes. Será similar al motor de búsqueda de Google, que ordena la información para que la mejor aparezca primero”, añade Bwika.

El servicio es gratuito porque sus creadores piensan que los pequeños agricultores no deben pagar por tener acceso a la información. Confían en que los datos pueden ser la diferencia entre obtener una cosecha verdaderamente rentable o una mala. El objetivo de Wefarm es apoyarlos y garantizar que disponen de las herramientas necesarias para aumentar su productividad.

Wefarm está estudiando desarrollar un modelo comercial que le permita obtener beneficios económicos. De esta manera podrán ofrecer pautas a las ONG, los organismos gubernamentales y las empresas que se dedican a la agricultura. “Hay muy poca información sobre el cultivo de la tierra, sobre todo entre las pequeñas explotaciones. Esta información podría tener gran valor para las ONG, que cumplen una función importante a la hora de aumentar la productividad, al descubrir las carencias principales y encontrar maneras de crear capacidades”, prosigue Bwika.

En Wefarm opinan que los campesinos son expertos porque nacen en una explotación agrícola, crecen en ella y se dedican profesionalmente al cultivo de la tierra. Con el tiempo, han visto que entre los miembros del sistema hay algunos con muchas más ganas de responder a las preguntas. “Hemos generado un programa de miembros de primera categoría en el que distinguimos a los que responden continuamente y ayudan al mayor número posible de compañeros. Contamos con diferentes usuarios de varias regiones que trabajan en distintos sectores y nos acompañan en los programas de radio y en las entrevistas en los periódicos porque son los más activos. Esto les da prestigio en su lugar de origen y es bueno para su negocio”, señala.

Wefarm también tiene embajadores jóvenes con formación agrícola, apasionados de su profesión, en comunidades de todo el país

Wefarm también tiene embajadores jóvenes con formación agrícola, apasionados de su profesión, en comunidades de todo el país. La empresa los capacita y facilita su regreso a las comunidades para incorporarse a cooperativas y visitar a campesinos, grupos de agricultores y mercados donde sepan hablar las lenguas locales. Los jóvenes enseñan a los interesados a cultivar de la manera adecuada y los introducen en el sistema.

Wefarm tiene unos 600.000 miembros registrados en Kenia, Uganda y Tanzania, y aunque trabajan con una plataforma SMS básica que no requiere que se disponga de un teléfono inteligente, se encuentran con un problema de comunicación debido al analfabetismo.

“Cuando el labrador tiene 60 o 70 años, mandar un simple SMS puede ser complicado porque la persona no sabe leer ni escribir. En ese caso la animamos a que se una a un grupo o pida ayuda a los miembros de su familia que tenga cerca. Wefarm funciona en grupo porque los miembros interactúan y se relacionan con otros”.

Wefarm está buscando la manera de crecer y asegurarse de que sus usuarios construyen una plataforma que les ayude a llevar sus productos de la tierra al mercado.

“La agricultura ecológica se produce de forma natural en el sistema con la colaboración entre granjeros. Nos entusiasma ver cómo se recomiendan una mezcla de agua, ceniza y chile para acabar con el cogollero del maíz. Es una solución fácil de conseguir, eficaz y que no perjudica al suelo. Vemos cómo cada vez se ponen en común en el sistema más soluciones prácticas y ecológicas”, celebra Bwika.

Wefarm ha recaudado alrededor de 30 millones de euros desde su fundación en 2015, y espera ofrecer pronto una plataforma más rica. También proyecta expandirse a otros países africanos en el futuro. “Somos la red entre iguales más grande del mundo. Queremos ser capaces de prestar ayuda a los 500 millones de pequeños agricultores de todo el planeta. Cuanto más diversos sean quienes se unen, mayor variedad de soluciones habrá en el sistema”, concluye.

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