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Las sequías históricas dan paso a grandes inundaciones y causan 400 muertos y cientos de miles de desplazados en África oriental

Kenia, Tanzania y Burundi son los países más afectados por las lluvias intensas de esta semana. Expertos y las autoridades atribuyen la catástrofe a los fenómenos climáticos extremos que han golpeado a la región en los últimos seis meses

Sequías en África Oriental
Autobuses varados en Dar es Salam, debido a las inundaciones, este 25 de abril.DIEGO MENJIBAR
Dar es Salam (Tanzania) / Nairobi (Kenia) -

Dice Steven Bukosy que nunca olvidará la noche en la que sus muebles salieron flotando por la puerta. Era la noche del 14 de abril. Esa misma mañana, el Gobierno tanzano anunciaba los primeros datos de las lluvias del mes: 58 muertos, más de 100.000 afectados. Luego siguió lloviendo, y por la noche las inundaciones llegaron a su casa, en el barrio de Kigogo Luhanga de Dar Es Salam: “No había visto nunca nada igual desde 2019 [cuando se registraron lluvias históricas]″, cuenta Bukosy, de 38 años. El río, que queda a unos pasos de su hogar, empezó a desbordarse. “Estábamos muy asustados. Parte de la casa se derrumbó. Cogimos a los cuatro niños y nos fuimos”, relata.

En Mathare, un asentamiento informal de Nairobi (Kenia), Wanjira Wanjiru habla asimismo de “pánico generalizado” ante las lluvias que el martes por la noche desbordaron el río y se llevaron a unas 40 personas, según los primeros cálculos de la comunidad. Wanjiru, cofundadora del Centro de Justicia Social de Mathare, estima que unas 2.000 casas han quedado dañadas o han sido totalmente arrasadas por las inundaciones en este barrio precario de 800.000 vecinos.

Una casa destrozada por las inundaciones en Mai Mahiu (Nakuru, centro de Kenia), este 1 de mayo.
Una casa destrozada por las inundaciones en Mai Mahiu (Nakuru, centro de Kenia), este 1 de mayo.Monicah Mwangi (REUTERS)

Escenas como esta se han repetido en varios países de la región de África oriental, donde las inundaciones y los deslizamientos de tierra provocados por las lluvias intensas del mes de abril han dejado un panorama desolador, arrasando ciudades y dañando infraestructuras como puentes, escuelas y granjas. Kenia, Tanzania y Burundi se han llevado la peor parte, con cuatro centenares de fallecidos y más de medio millón de personas afectadas.

La situación puede empeorar por la llegada del ciclón tropical Hidaya, que este sábado ha tocado Tanzania y al que se espera en las costas de Kenia. “Se prevé que cause lluvias torrenciales, fuertes vientos y oleaje peligroso”, alertó el presidente de Kenia, William Ruto, en una comparecencia en televisión.

Según la actualización del Ministerio keniano del Interior este sábado, Kenia registra ya 219 fallecidos, 72 desaparecidos y más de 194.000 desplazados, informa Efe. Un desprendimiento de tierras en la localidad de Mai Mahiu (Nakuru, centro de Kenia) dejó el lunes 52 muertos, entre ellos al menos 28 niños, y 49 desaparecidos. En la famosa reserva natural del Masái Mara, docenas de turistas han quedado atrapados, según medios locales. Además, casi 2.000 escuelas en todo el país han resultado dañadas, por lo que el Gobierno ha pospuesto la reapertura de los centros educativos tras las vacaciones, prevista para el pasado lunes, de forma indefinida.

Destrozos provocados por las inundaciones en el área de Udasa, a las afueras de Dar es Salam (Tanzania), este 2 de mayo.
Destrozos provocados por las inundaciones en el área de Udasa, a las afueras de Dar es Salam (Tanzania), este 2 de mayo.DIEGO MENJIBAR

En Tanzania, las inundaciones ya se han cobrado la vida de 155 personas, dejando 236 heridos. Según informó en rueda de prensa el primer ministro tanzano Kassim Majaliwa, también hay más de 200.000 personas y 51.000 hogares afectados. Burundi ha registrado 98.000 personas desplazadas y 29 muertos, y en Uganda, dos personas fallecieron y varios cientos de ciudadanos fueron desplazados por los desbordamientos de los ríos.

Sequías e inundaciones

Algunos expertos atribuyen las catástrofes a la combinación de dos ciclos climáticos: por una parte el fenómeno El Niño, un patrón climático que hace que las temperaturas de la superficie del agua en las áreas tropicales del Pacífico aumenten, y que ha exacerbado y desestabilizado la temporada larga de lluvias (de marzo a mayo) y por otro el Dipolo positivo del océano Índico, un fenómeno que altera los patrones de viento, temperatura y precipitaciones en el Este de África. “La temperatura promedio de la superficie global se ha calentado 0,8 grados durante el último siglo. Las últimas décadas fueron las más cálidas de los últimos 400 años, y se prevé que las temperaturas globales sigan aumentando”, explica a este diario Jacqui Taylor, asesora experta en clima para las Naciones Unidas.

Estos patrones climáticos, sumados a una red de infraestructuras deficiente, provocan que África, el continente más vulnerable al cambio climático (aun siendo su contribución a las emisiones globales de carbono apenas un 3%), sufra sus peores consecuencias. Kenia, el país más afectado por las inundaciones, ocupa el puesto 150 de 182 en el Índice de Adaptación Global de Notre Dame, un índice que mide la vulnerabilidad al cambio climático y su nivel de preparación o adaptación al mismo. Tanzania se encuentra en el puesto 145, y Burundi, en el 169.

En 2023, las regiones de África oriental y el Cuerno de África experimentaron la peor sequía de los últimos 40 años, atribuida principalmente a la emergencia climática provocada por el hombre. “La sequía, que ocurre en casi todas las regiones, ha afectado a más personas en todo el mundo en los últimos 40 años que cualquier otro peligro natural”, informaba la organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En noviembre del mismo año, los titulares se llenaron de nuevo de noticias sobre muertes, desplazamientos y destrucción de infraestructuras debido a las lluvias extremas. A principios de diciembre, Tanzania anunció que las inundaciones habían dejado 47 muertes y 85 heridos en el norte del país, y Kenia informó ese mes del fallecimiento de 174, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA, en inglés).

Las frecuentes sequías, intercaladas con inundaciones, en África oriental y el Cuerno de África en los últimos años, han provocado una crisis de seguridad alimentaria que afecta a 54 millones de personas, según el Programa Mundial de Alimentos. “Existe un fuerte vínculo entre el cambio climático y los medios de subsistencia de África oriental. La agricultura contribuye en un 40% al PIB de la región y proporciona sustento al 80% de la población. Los factores climáticos extremos convierten en vulnerables los medios de vida rurales y la seguridad alimentaria, y tienen el potencial de socavar el progreso que se ha logrado en África oriental y el Cuerno de África”, relata Taylor.

En Tanzania, las poblaciones más afectadas por las lluvias se encontraban en las zonas bajas de las regiones de Rufiji, Kibiti y Kisarawe, donde las aguas de los ríos Ruaha, Kilombero y Ruvu se concentraron en el río Rufiji, desbordándolo. Algunos puntos son accesibles solo en embarcación. En Kibiti, el punto más crítico, 2,500 personas han sido reubicadas en tres campos gestionados por el Gobierno.

Muy cerca de allí se encuentra la central hidroeléctrica Julius Nyerere, un polémico proyecto construido en la reserva de caza de Selous, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El comisionado del distrito de Rufiji, Edward Gowele, apunta que la presa hidroeléctrica Stiegler’s Gorge, inaugurada el año pasado, ha ayudado a mitigar los impactos de las lluvias extremas almacenando el agua y liberándola progresivamente para minimizar los daños, aunque voces críticas alegan que el desastre fue provocado por el vertido de aguas de la misma. “Meses antes de las lluvias informamos a los vecinos de que debían desalojar sus viviendas, especialmente los que viven en las zonas cercanas al río”, cuenta Gowele. Según informó el portavoz del Gobierno, Mobhare Matinyi, Tanzania planea levantar 127 represas en todo el país para evitar inundaciones en el futuro, 14 de las cuales ya han empezado a construirse.

El Gobierno keniano ha ordenado la evacuación urgente de 33 condados cercanos a 178 presas consideradas “de riesgo alto” por las lluvias. En lugares como Mathare, critica la activista Wanjira Wanjiru, que organiza repartos de comida para 2.000 personas cada día, la ayuda gubernamental se ha limitado a un reparto de 500 colchones que en muchos casos no han llegado a las familias más necesitadas porque “se revenden”, asegura. “Hay vecinos refugiados en escuelas e iglesias. Otros tienen que vivir en las calles. Necesitamos viviendas asequibles”.

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