El Prado como referente

El Museo del Prado recibió 3.209.285 visitas durante 2023, la cifra más alta de su historia. El valor de una institución de estas características, tal como apuntaba hace unos días en una red social su director, Miguel Falomir, no tiene que medirse por alcanzar récords de este tipo, pero el dato es revelador porque muestra algunas corrientes de fondo que no deberían pasar desapercibidas. El arte mantiene intacto su prestigio y, a pesar de los hábitos de una sociedad cada vez más volcada en la satisfacción inmediata que ofrecen las múltiples ofertas que llegan por las pantallas, todavía sigue resultando atractivo pasear por las salas de unos museos que han sabido actualizarse y ofrecer rigurosas y variadas propuestas. Pero, por otro lado, la cifra resulta significativa porque muestra el poder que tienen los museos como reclamo para desarrollar un tipo de turismo más sofisticado, por no hablar de sus virtudes pedagógicas o su importancia para facilitar herramientas a los más jóvenes para construir su propia mirada.

El Prado no ha sido el único museo que puede presumir de visitantes en 2023. Al Reina Sofía tampoco le fue mal, aunque el balance global haya sido negativo por haber tenido temporalmente cerrada una de sus sedes, la del Palacio de Cristal del Retiro: la principal, la de Atocha, creció un 20% respecto a 2022. El Guggenheim de Bilbao tuvo su mejor año con 1.324.221 visitantes, el Museo Picasso de Málaga superó sus cifras anteriores a la pandemia y el de Barcelona vendió más de un millón de entradas. Los diferentes enclaves que gestiona Patrimonio Nacional, por su parte, superaron en más de un millón las visitas del año anterior. Las cifras de la recién inaugurada Galería de las Colecciones Reales no estuvieron a la altura de las expectativas —solo el 45% de las 750.000 visitas previstas—, pero tiempo tendrá para colocarse como otro de los reclamos más sugerentes de Madrid. A los centros de la Fundación “la Caixa” también les fue bien y al Thyssen, aunque bajaran un tanto sus números. En un año tan aciago como 2023, la buena marcha de los museos españoles es un motivo de celebración que no puede subestimarse.