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Columna
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Similitudes

Para entender mejor lo que ha pasado y pasa en el País Vasco pueden ayudarnos dos libros sobre el Tercer Reich y el IRA

Una mujer camina junto a un cartel que reclama el acercamiento de presos de ETA, en Hernani (Gipuzkoa).
Una mujer camina junto a un cartel que reclama el acercamiento de presos de ETA, en Hernani (Gipuzkoa).
Fernando Savater

Para entender mejor lo que ha pasado y pasa en el País Vasco pueden ayudarnos dos libros, ninguno de los cuales trata del País Vasco. El primero es Descifrando cenizas. Persecución e indiferencia (Paidós), de la estudiosa donostiarra Beatriz Martínez de Murguía. Un breve repaso no a los crímenes y atrocidades del Tercer Reich, sino a la actitud de quienes fueron testigos de proximidad y prefirieron no enterarse o cruzarse de brazos. Por lo visto, los campos de exterminio no tuvieron vecinos… El propósito de este recorrido por la miseria hipócrita de quienes miraron hacia el este cuando los alaridos de dolor venían del oeste es la certeza de la autora de que “la indiferencia favorece y alienta la persecución, y de que el asesino no solo es aquel que da el golpe”. En Alemania se vivió en la primera mitad del siglo XX, en Euskadi 30 años después, aunque en un tono afortunadamente menor… pero de igual vileza.

El segundo libro es la nueva edición de Matar por Irlanda (Alianza), de Rogelio Alonso, nuestro gran especialista en el terrorismo del IRA. A lo largo de cuatro años, mientras era profesor de la Ulster University, realizó 70 entrevistas a exmiembros del IRA y otros activistas para dilucidar si fueron patriotas luchando por la unidad de su país o meros terroristas. La conclusión, compartida de modo más o menos claro por varios de los entrevistados, es que fueron realmente terroristas, porque nunca representaron a la mayoría de los irlandeses ni buscaron de veras la unidad de Irlanda. Alonso cuestiona las cesiones que se hicieron a los violentos para alcanzar un alto el fuego que no fue ni es auténtica paz. Lo resume así: “Los terroristas perdieron la guerra, pero ganaron la paz”. Que quién sin sectarismo mire hoy a Euskadi saque sus propias conclusiones…

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