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ANATOMÍA DE TWITTER
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

“Poliamor” y “bots”

La RAE resuelve dudas a diario en la red social y acepta propuestas para incorporar nuevas palabras al diccionario

Natalia Junquera
Nuevas palabras incorporadas en 2020 al Diccionario Histórico Español.
Nuevas palabras incorporadas en 2020 al Diccionario Histórico Español.Samuel Sánchez

Cada año por estas fechas, la Real Academia Española (RAE) nos hace un regalo. En la cesta de Navidad de 2021, entre palabras y acepciones nuevas, ha incluido 3.836 cositas. La filosofía, como diría Adolfo Suárez, es elevar a la categoría lingüística de normal lo que a nivel de calle es simplemente normal. Primero se actualiza la vida y después, el Diccionario. “Es un proceso lento, la Academia improvisa poco”, reconoce su director, Santiago Muñoz Machado.

Su cuenta oficial en Twitter (@RAEinforma) tiene 1,98 millones de seguidores (por situar: 1,2 millones más que la de La Moncloa y 37,4 millones menos que la del Real Madrid) y resuelve consultas a diario. Por ejemplo, si @nerfero77 escribe: “Buenos días. ¿Está aceptado ‘pollazo’? Y en caso afirmativo, ¿qué acepciones tiene? Muchas gracias”, la Real Academia explica que “aparte de su sentido recto como aumentativo, se documenta el uso de la voz ‘pollazo’ con sentido negativo para evitar el empleo de ‘coñazo’ (‘persona o cosa insoportable’)”. Y si @Miranda0990 tiene “una duda respecto al verbo amar/querer” —¿quién no?—, le explican: “Uno se resiste a admitir los cambios en las personas que ama’ (Antonio Larreta); ‘Todas las personas a las que quería habían desaparecido de su vida’ (Ildefonso Falcones)”.

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Cualquier ciudadano puede participar en el proceso de incorporación de términos al diccionario enviando un correo electrónico con su sugerencia. Haría falta, en mi humilde opinión, una palabra para decir en euros “pesetero” y admito que Raúl Cimas me pilló el día que me preguntó cuál es el antónimo de “favorito”. Las dejo ahí para el año que viene.

Muchos de los vocablos y acepciones añadidas tienen que ver con las nuevas tecnologías y las redes sociales. En 2020 se incluyeron “trol” (“en foros de internet, usuario que publica mensajes provocativos, ofensivos o fuera de lugar con el fin de molestar, llamar la atención o boicotear la conversación”), “trolear” e “hilo”, las cadenas de mensajes sobre un asunto. Este año se suman “bot” (“programa que imita el comportamiento humano”), “ciberacoso”, “ciberdelincuencia”, “bitcóin” y “webinario”(“seminario web”).

Los académicos escriben en papeletas sus propuestas y luego las debaten. Para evitar conflictos si uno de ellos se encapricha con alguna palabra, hay una comisión de arbitraje que zanja las disputas. La peor pesadilla de la RAE es que les cuelen una moda pasajera, así que seleccionan, digamos, solo aquellos trending topic con vocación de permanencia. Los vocablos finalmente elegidos hablan, además, de cómo ha sido el año en los asuntos capitales. Juzguen ustedes mismos:

Amor. Se añade en “cobra” la acepción “movimiento o gesto de retirar la cara para evitar un beso no deseado” (recemos al bueno de Manuel Seco para que no nos pase nunca). Se incorpora la palabra “poliamor” (“relación erótica y estable entre varias personas con el consentimiento de todas ellas”), y un poco antes, “pifostio” (“situación de confusión o desorden, a menudo a causa de alguna reclamación o disputa”). Y no se confunda “amigo secreto” —también añadida este año— con amigo con derecho a roce, porque se refiere al “juego de grupo en el que cada persona, por sorteo, hace anónimamente un regalo a otra”, el amigo invisible.

Salud. En este apartado no nos ha ido bien y la RAE lo sabe. Se incorporan como acepciones nuevas “burbuja social” y —esta hubiéramos preferido que no cuajara— “nueva normalidad” (“situación en que la forma de vida normal o habitual se modifica debido a una crisis o a razones excepcionales”). En este contexto no es de extrañar que también haya habido que incorporar “sindiós” y “ojiplático/ca”. Tal cual.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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