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Crianza
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Diez ideas para conciliar cuando tienes a tu hijo enfermo en casa

¿Cómo sobrevivir sin enchufar el crío a la tele durante más de una hora al día? ¿Cómo aguantar toda la familia hasta la curación y normalidad sin muchos gritos ni dramas?

Conciliar trabajo y un hijo enfermo puede ser muy duro.
Conciliar trabajo y un hijo enfermo puede ser muy duro.Suzi Media Production (Getty Images/iStockphoto)

Tan inevitable y molesto como el IVA trimestral o las fiestas de los vecinos de al lado, tarde o temprano, sufrirás un clásico de la crianza: reunir en un mismo espacio-tiempo mucho trabajo y mucho agobio, la casa hecha una mierda y a tu hijo enfermo en casa durante días.

Ante este panorama, a menos que tengas mucha familia o mucho servicio para gestionarlo sin que afecte a la logística diaria, tú y tu pareja os tendréis que turnar para cancelar toda vuestra agenda y quedaros en casa a cuidar de la criatura.

¿Cómo compaginarlo todo sin acabar enfermo tú? Spoiler: vas a caer y es maldición premium cuidar enfermo de un niño enfermo. ¿Cómo sobrevivir sin enchufar el crío a la tele durante más de una hora al día? ¿Cómo aguantar toda la familia hasta la curación y normalidad sin muchos gritos ni dramas?

Por supuesto, no es igual de demandante un bebé con fiebre y tos preocupante que un niño de 10 años que, además de poderte comunicar cómo se encuentra, ya se organiza y va haciendo los deberes por su cuenta.

Podríamos debatir hoy de capitalismo y crianza, la eterna lucha entre el trabajar para ganar dinero y poderles dar una buena vida a los hijos (aunque al final les prives de tu compañía) y el agobiarte con su compañía cuando es intensa porque sientes que tienes que estar produciendo. Pero como esto es una columna ligera, nos olvidamos de debates y nos centraremos en regalar 10 consejos para lidiar con la enfermedad, que van de la reflexión más certera a la inutilidad máxima, con un intento de provocar una sonrisa (es lo que tienen los listados, que si haces un decálogo con solo tres puntos pareces perezoso).

  1. Búscale la parte positiva al asunto. Siempre quieres pasar más tiempo con tu hijo. Ahora la vida te ha dado una oportunidad, aunque sean dos días. Y agradece que se trate solo de la típica fiebre benigna o una tos que no es para ir a urgencias.
  2. Pide ayuda sin remilgos y de manera clara. Nada de indirectas en el chat familiar. Llamada de toda la vida y a ver quién puede venir un rato para turnarse o complementarse contigo.
  3. Llevas años preocupándote por todas las temporadas que tienes pendientes en tus plataformas de streaming. Ahora es el momento de ponerte al día con Peppa Pig, La patrulla canina o la serie que toque. Y es que aunque la tele no debería ser la canguro, tener al niño en el sofá un par de franjas de una hora no te lo recriminará nadie.
  4. Si la gente rica y con la vida solucionada dice siempre la mierda de que una crisis es una oportunidad, ahora tienes la oportunidad de replantearte tus prioridades familiares y laborales. Reflexiona por qué tu cerebro te machaca insistentemente con tener que producir en vez de querer jugar con tu hijo enfermo. Y ya puestos, examina la implicación de tu empresa con tus necesidades personales. Si ahora se han portado mal contigo, los sacrificios, las horas extras y el arrimar el hombro ya te los puedes plantear de otra manera.
  5. Puedes considerar este tiempo una demo de homeschooling o, lo que es lo mismo, la escuela en casa.
  6. Tras la experiencia, agradecerás la vuelta al cole y no dirás en voz alta nunca más la frase de cuñado “qué bien viven los profesores”.
  7. A la larga, estos días con el niño en casa te ayudarán a recortar gastos y ahorrar. Porque si eres autónomo y has tenido que cerrar el negocio, o has tenido que pagar una canguro, además de lo que ya te cuesta la escuela y su comedor (que eso no te lo reintegran), necesitarás ajustar el resto de gastos mensuales para recuperarte. Quizá así acabas viendo en qué derrochas y lo puedes suprimir para el año entero.
  8. Si te lo puedes permitir, ese día pide comida a domicilio y así te libras del estrés de preparar algo con el crío entrando todo el rato en la cocina. Aprovecha para hacer el típico pedido, porque ahora seguro que estás en casa a todas horas.
  9. Olvídate de sudokus, crucigramas y demás retos mentales. Si tienes más de un hijo, coordinar la logística de transporte del que está sano y la gestión del que se queda en casa potenciará tu mente y te convertirá en un estratega nivel Napoleón.
  10. Y si por alguna circunstancia te toca cumplir un arresto domiciliario, con estos días de cuidar al niño en casa ya estarás entrenado.

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