¿Cómo saber si tu hijo necesita un psicólogo?
Es importante distinguir entre desajustes del proceso de maduración del menor, que se resolverán de forma natural, y circunstancias que sí precisan de ayuda especializada, como las alteraciones en la conducta alimentaria. Luego habrá que valorar la necesidad de una terapia más familiar o cuánto tiempo se debe prolongar
Dilucidar si un niño necesita o no psicoterapia puede resultar complicado para sus padres. Cada menor es diferente y no se puede generalizar su evolución y desarrollo, pero se pueden tener en cuenta, de manera general, determinados contextos o situaciones que apuntan a que es recomendable el apoyo especializado, como cuando hay agresividad hacia los padres o alteraciones en las pautas de alimentación (anorexia, bulimia) o en el sueño (insomnio). Entre las diversas situaciones en las que, por lo general, un menor puede necesitar apoyo psicológico de un profesional se encuentran también las dificultades en el manejo de las emociones: “La ansiedad, la depresión o también los cambios bruscos de humor sin una causa aparente, que conlleven comportamientos como las rabietas excesivas o las conductas agresivas”, ejemplifica Ana Gómez, psicóloga general sanitaria especializada en terapia cognitivo-conductual en población infantojuvenil. “Otras situaciones que pueden requerir de consulta son las experiencias traumáticas, como la muerte de un ser querido, o en situaciones en que se produce un cambio significativo en su vida, como en el caso de la separación de los padres o por un cambio de ciudad”, añade.
En el contexto escolar también se pueden producir circunstancias en las que un menor precise de apoyo psicológico. “La terapia ayuda con las dificultades en el aprendizaje, problemas de habilidades sociales y relaciones interpersonales, muchas veces son casos derivados desde los colegios para ayudarle en todo el proceso académico”, afirma la especialista. Ciertas conductas que implican autolesiones también pueden requerir la intervención de un terapeuta: “Sucede cuando el menor tiene baja autoestima y hay conductas autodestructivas, como autolesiones o pensamientos suicidas”.
Quizás resulte más complicado reconocer cuándo el pequeño puede prescindir del psicólogo, que al revés. “Hay que tener en cuenta que existen problemas de desarrollo normales y que hay ciertos comportamientos que preocupan a los padres, pero que son pequeñas adaptaciones que el menor está haciendo a las nuevas etapas a las que se enfrenta, como, por ejemplo, cuando es adolescente y prefiere pasar más tiempo con los amigos que con la familia”, continúa Gómez. “Del mismo modo, los nervios y el estrés durante la época de exámenes tampoco es algo que deba preocupar a los progenitores, a menos que se convierta en algo crónico”, matiza.
“A veces se tiende a considerar comportamientos y conductas como disruptivas cuando no lo son y forman parte del proceso madurativo de cada niño”, advierte la psicopedagoga María José Lladó. “Se tiende a buscar la perfección y a corregir cualquier cosa en los niños que llame un poco la atención porque sale de la norma, y eso es un error”, añade.
Respetar las diferencias entre los niños es importante. “Todas las personas somos distintas y tenemos nuestra forma particular de expresarnos, lo que no significa que por ello necesitemos terapia”, explica esta experta. Lladó destaca la importancia de integrar y valorar las diferencias de cada menor: “Hay que evitar diagnósticos innecesarios e incorrectos, que pueden colgar etiquetas erróneas que compliquen la vida del niño y la familia. Además, conviene tener en cuenta que la mayoría de los casos se resuelven con la maduración y no requieren de intervenciones extras”.
En ocasiones, son los padres quienes necesitan la terapia, porque sus reacciones afectan al comportamiento de los hijos. “Cuando un menor comienza a acudir a la consulta siempre se intenta incluir a la familia para trabajar, por lo que, tarde o temprano, se verá si es necesaria una terapia más familiar”, retoma Gómez. “Por lo general, si los padres necesitan ir a terapia y no están acudiendo, va a pasar factura a sus hijos”, matiza.
La salud mental y el equilibrio emocional de los niños dependen de la habilidad de sus progenitores para gestionar el día a día con sus hijos. “Unos padres bien informados y con recursos emocionales y educativos adecuados ayudan mucho a sus hijos, pero son los adultos los primeros que tienen que adquirirlos para evitar situaciones dolorosas o gestionar desencuentros de forma adecuada”, explica Lladó.
¿Cuánto tiempo debe durar la terapia?
Lo ideal es que la intervención psicológica sea puntual y no se alargue en el tiempo. “Si la terapia es adecuada, se verá la evolución del niño con rapidez y se podrá retirar poco a poco para que este continué con sus propios recursos, que habrá adquirido durante el tratamiento. Aunque también hay situaciones que pueden requerir una intervención más larga, como en el caso de divorcios complicados”, continúa Lladó.
“Por lo general, siempre se realizan evaluaciones de seguimiento con respecto a la terapia, ya que no es recomendable que se prolongue sin un propósito o si no se observan cambios”, corrobora por su parte Gómez. Hay determinadas cuestiones que son las que más atienden los psicólogos en sus consultas. “Las más habituales son los trastornos emocionales, como la ansiedad o la depresión, que en muchas ocasiones conllevan conductas autolesivas”, destaca Gómez. “Pero también suelen acudir adolescentes con déficit de atención o por problemas de agresividad con los padres, aunque los casos que más han aumentado son los trastornos de la conducta alimentaria, sobre todo en las mujeres adolescentes”, menciona esta especialista. Ella asegura que, con respecto a hace 10 años, el número de las consultas psicológicas en niños y jóvenes es mayor: “Se debe a que hay más conciencia sobre la salud mental y se acepta mejor el papel del psicólogo en la sociedad. Venimos de una época en la que el hecho de asistir a terapia tendía a esconderse y se vivía con vergüenza, pero en la actualidad es más frecuente que los padres busquen ayuda si la necesitan”.
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