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Carmina Benamunt, mentora familiar: “Los padres tienen que gestionar los conflictos como una palmera: firme y flexible delante de la adversidad”

Tras más de 11 años trabajando para ayudar a adolescentes y padres a transitar una etapa de cambios físicos y emocionales, la ‘coach’ publica su primer libro de literatura juvenil: ‘Mía. El verano que lo cambió todo’

Carmina Benamunt
Carmina Benamunt, 'coach', afirma que el adolescente no esté entrenado en inteligencia emocional, tendrá reacciones más explosivas.

Carmina Benamunt (Sant Quirze del Vallés, 45 años) vivió una situación traumática en su juventud. Cuenta que los cambios físicos y emocionales la llevaron a sentirse insegura, incómoda y fuera de lugar en todas partes. Eso la empujó a tener un problema de autoestima que desencadenó en un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Ya en ese momento de crisis, del que salió con ayuda de sus padres, decidió que de adulta trataría de ayudar a otros adolescentes a sentirse bien consigo mismos y con la transformación que sufre su cuerpo y su cerebro en esa etapa vital. Y ha cumplido ese sueño: es coach y mentora familiar especializada en desarrollo adolescente, y lleva más de 11 años trabajando con chicos y chicas de entre 8 y 25 años —“Acompañándolos en el proceso de atravesar esta etapa llena de cambios y de retos”— a través de la Academia de Adolescentes Conscientes, creada por ella misma. También se ocupa de los progenitores en el Club del Bienestar Familiar, donde les ofrece recursos y herramientas para vivir esta época de cambios con firmeza y flexibilidad, adaptándose a la nueva realidad de sus hijos lo mejor y lo antes posible para reconectar con ellos.

Este proyecto, que comenzó solo con coaching en lugares físicos, se pasó al universo digital con la pandemia. Desde entonces, cuenta con una página web en la que ofrece formaciones para padres y madres y con un perfil en Instagram en el que tiene más de 15.000 seguidores. Además, acaba de publicar su primer libro de literatura juvenil, Mía. El verano que lo cambió todo (Carambuco, 2024), en el que utiliza historias reales que le han contado sus alumnos, pasadas por el tamiz de la ficción, para tratar de conectar con otros adolescentes que viven experiencias similares. Y este título huele a saga.

PREGUNTA. La inseguridad con el propio cuerpo es uno de los asuntos que se tratan en el libro. ¿Tiene que ver con su propia experiencia?

RESPUESTA. En efecto, la historia de Tania está basada en mi propia historia y en el sentir de muchas de mis alumnas, que cuando les cambia el cuerpo se sienten raras. Pero también les ocurre a los chicos, lo que veo en mis alumnos es que cada vez los chicos se abren más a expresar lo que sienten y a hablar de su mundo interior.

P. La ira también está presente en su libro, que es un asunto que afecta a los adolescentes. ¿Por qué tienen esa emoción tan fuerte que no pueden controlar?

R. Es cierto que en plena etapa adolescente es el cerebro más emocional el que pilota la vida, puesto que la corteza prefrontal, que sería algo así como el director de orquesta, está aún en pleno proceso de maduración. Esto, unido a la poda neuronal, es una bomba de relojería. Si la persona adolescente no está entrenada a nivel de inteligencia emocional, sus reacciones serán muy explosivas. Por eso es tan importante recordar que cuando un niño o adolescente se entrena en inteligencia emocional es capaz de gestionar sus pensamientos y sus emociones de una forma más efectiva, y regularse de una forma sana. Porque tiene recursos. El problema viene cuando la emoción se apodera de ti y reaccionas. Una cosa es reaccionar, otra cosa es responder. Cuando reacciono repito un patrón aprendido en la infancia, es un patrón inconsciente. Cuando respondo, soy consciente y me hago responsable.

P. ¿Cómo deben actuar los padres ante esta situación?

R. Creo que toda persona adulta puede hacerse con los recursos necesarios para liderar su vida y la de su familia, entrenar habilidades y tener herramientas para transformar cualquier situación cuyo resultado no sea el que quiere. Para ello se necesita solo una cosa: la decisión de querer mejorar. Porque una decisión seguida de una acción lo cambia todo.

P. Una de las claves del libro es que utiliza el lenguaje de los jóvenes. ¿Cree que los padres deberían adoptarlo para comunicarse mejor con sus hijos?

R. Efectivamente, porque no es lo que se dice, es cómo se dice lo que determina el resultado de tu comunicación. Me refiero a las formas, al tono de voz, las expectativas, la mirada… todo eso impacta más que las palabras. Por eso es mucho más efectivo entrenarse en el cómo me comunico. Un ejemplo: no es lo mismo decir “eres un vago y un desordenado”; que decir “para mí es importante el orden en casa y quiero que antes de cenar recojas. Gracias, cariño”.

P. ¿Cuáles son los principales fallos de los progenitores a la hora de enfrentarse a la crianza de sus hijos adolescentes?

R. Los padres y las madres tienen que recuperar y reconectar con su poder personal, más allá de ser madre o padre. Saber que tienen una sabiduría interna, y que si creen que les faltan recursos pueden entrenarse para ello. Pero que hay algo mucho más esencial, que es el amor, la conexión y el bienestar. Y que cuando tú estás bien, tu mundo está bien y tu adolescente sigue su camino.

P. ¿Cómo deben prepararse para afrontar la adolescencia de sus hijos?

R. Hay algunas claves que deben tener siempre claras, que son las siguientes: ofrece lo mejor de ti todos los días; deja a tu hijo mejor de lo que estaba; sé un faro de luz para que tu hijo siempre pueda volver a casa cuando tenga problemas o quiera celebrar algo; gestiona los conflictos y el día a día siendo como las palmeras: firme y flexible delante de la adversidad; y adáptate al cambio lo antes posible. Me gusta mucho esta frase que lo dice todo: “El cambio es inevitable, el crecimiento es opcional”.

P. Usted se refiere a menudo a la escucha activa. ¿Cómo se pone en marcha?

R. La escucha activa que trabajo con las familias y los adolescentes tiene que ver con ponerse al servicio de la otra persona, estar totalmente presente, observar que cada uno tiene su propia perspectiva, ser capaz de balancear la emoción del otro y ser consciente de que el otro vive su propia realidad.

P. ¿Cuáles son sus consejos esenciales para la crianza adolescente?

R. Estar presente. Dispuesta y disponible mental, espiritual y emocionalmente. Tener recursos y habilidades en inteligencia emocional. Aplicarlas y entrenarlas. Conectar y comprender esta etapa. Honrar tu pasado y a tu propia infancia y adolescencia. Dedicar tiempo a compartir y disfrutar. Aceptar que tu adolescente tiene su propio proceso de vida.

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