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Cómo lograr que los niños duerman mejor la noche de Reyes: evitar las pantallas, un baño antes de ir a la cama y otras pautas

La ilusión altera muchas veces el sueño de los menores, que se puede mejorar con ejercicio físico durante el día, manteniendo la rutina nocturna habitual y evitando frases como: “Si te ven despierto, no te traerán los regalos”

Dormir Reyes Magos niños
La ilusión por la llegada de los Reyes Magos altera muchas veces el sueño de los menores.Unsplash

La noche en que llegan los Reyes Magos a casa es uno de los momentos del año que más euforia y nerviosismo puede provocar a los niños. Tanto, que incluso su sueño se ve alterado por la emoción. Cada 5 de enero, los padres quieren que sus hijos descansen bien para que los Reyes puedan realizar su mágico cometido; sin embargo, muchas veces no resulta sencillo conseguirlo.

“Ocurre igual que con el cumpleaños, la llegada del Ratoncito Pérez cuando se cae un diente o con el primer día de colegio. Son momentos muy especiales y los menores llenan de ideas sus cabecitas”, explica Marta de Dios, psicóloga y codirectora del centro Psico-logos. La hora de ir a dormir para los niños, sabiendo que sus regalos están a punto de llegar de la mano de tres personajes de ensueño, les sobreactiva la imaginación con preguntas como si los Reyes Magos podrán entrar en sus casas sin hacer ruido; en qué momento de la noche será; qué regalos traerán o si se comerán todo lo que les han dejado. Todos esos pensamientos, según la experta, pueden hacer que el momento de irse a la cama se alargue por la sobreexcitación que tienen y les cueste conciliar el sueño.

Por ese motivo, la psicóloga Marta de Dios recomienda varias pautas para que los niños duerman mejor la noche previa a la llegada de sus reales majestades:

  1. Levantarse pronto la mañana del día 5 de enero, aunque los niños estén de vacaciones, para que tengan más sueño por la noche.
  2. Tener varias actividades programadas por el día y que hagan ejercicio, como montar en bicicleta, jugar al aire libre o pasear, para que estén más cansados en las horas previas al sueño.
  3. Seguir la rutina de todos los días antes de dormir, como recoger los juguetes o darse un baño antes de cenar.
  4. Evitar las pantallas en las horas previas a irse a la cama para no aumentar su activación mental.
  5. Relajarse antes de dormir escuchando un cuento en la cama o con una conversación que no sea sobre la Navidad, para desviar su foco de atención sobre el tema.
  6. Calmar sus nervios haciendo algún ejercicio de relajación, como a través de respiraciones profundas, o acompañándoles un rato en el dormitorio hasta que estén más tranquilos.
  7. Evitar ciertas frases como “si no te duermes, no vendrán” o “si te ven despierto, no te dejarán regalos”, ya que generan ansiedad y miedo en el niño, lo que les dificulta conciliar el sueño.
  8. Recordar a los más pequeños, hasta lo cinco o seis años, que los Reyes Magos y Papá Noel son buenas personas a los que les dejamos entrar una vez al año en casa, para que no estén inquietos con la idea de que unos extraños van a entrar en su hogar por la noche sin ser vistos.
  9. Evitar el exceso de alimentos azucarados, como las golosinas, que también fomentan su activación energética.

Qué dicen los expertos del sueño

Para favorecer que el niño duerma lo mejor posible la noche que llegan los Reyes Magos, conviene mantener las rutinas habituales del sueño, como cualquier otro día. “Son noches especiales y, como adultos, debemos comprender que es normal que los niños puedan dormir menos o tengan más despertares”, indica Elena Martínez, neuropediatra del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid y coordinadora del Grupo de Trabajo de Sueño de la Sociedad Española de Neurología Pediátrica

La experta recomienda que por la mañana se disfrute de tiempo al aire libre, con exposición a la luz natural: “En el momento de la siesta, adecuarla a la edad y necesidad del sueño del niño. Los mayores de cuatro años pueden no realizarla, pero para los menores de esa edad es recomendable hacerla, porque si no la hacen pueden estar más cansados e irritables durante el día y acabarán durmiendo peor por la noche”.

Hay ocasiones en que el niño, independientemente de su edad, necesita una siesta porque ha dormido mal por la noche. En este caso, conviene que sea corta: “Sin exceder los 30 minutos y no más tarde de las cinco de la tarde, para que no obstaculice el sueño nocturno. Tampoco hay que olvidar evitar las bebidas excitantes, como las que contienen cafeína, que estos días señalados van a provocar mayor agitación emocional”.

Equilibrar la euforia con la relajación

Favorecer el sueño nocturno en los niños la noche que vienen los Reyes Magos no resulta sencillo, aunque tampoco imposible. “Lo ideal sería encontrar un equilibrio entre fomentar y compartir con ellos la emoción por lo que va a pasar y, por otro lado, darles la tranquilidad necesaria como para poder sentirse relajados y propensos al sueño”, comenta por su parte Marta Furones, pediatra especialista en neuropediatría del Hospital Universitario General de Villalba, en Madrid.

Por la tarde, conviene ir relajando la actividad del niño para que llegue a la cama más tranquilo y le cueste menos conciliar el sueño: “Sobre todo dos horas antes de ir a dormir, el ambiente debe de ir calmándose con actividades tranquilas en casa y luz muy tenue que ayude a que la melatonina, esa hormona que juega un papel primordial en el sueño, siga su ritmo de forma adecuada”. Furones también aconseja que si en casa se suele realizar alguna rutina presueño, como un baño, leer libros, masajes o cantar, sería recomendable hacerla para transmitir la sensación de un entorno seguro y ya conocido: “La realización de esta rutina, si se hace de modo habitual, permite al cerebro del niño anticipar que es el momento de ir a la cama”.

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