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Las dificultades de la lactancia más allá de las grietas: poca formación de los profesionales y no cuidar la salud mental materna

La presentadora Cristina Pedroche ha confesado, con su habitual sinceridad, que dar el pecho a su hija Laia está siendo más difícil de lo que pensaba. En España, tan solo un 41% de las mujeres amamantan en exclusividad a sus hijos los primeros seis meses

Lactancia Cristina Pedroche
La nueva madre vive en una montaña rusa de sentimientos que hay que escuchar para ayudarla con la lactancia materna.FatCamera (Getty Images)

Cristina Pedroche publicó recientemente en su Instagram, cuenta en la que tiene tres millones de seguidores, un post en el que escribe: “Lactancia. Qué bonito me sonabas cuando estaba embarazada, qué ‘fácil’ parecía habiendo leído, estudiado y consultado tantos libros y manuales, incluso tuve sesión con @albapadibclc [Consultora de Lactancia Certificada (IBCLC) Alba Padró Arocas] para aclarar dudas antes de que Laia naciera”. Lo que le está pasando a la presentadora después de haber dado a luz a su primera hija a mitades de julio es algo normal. Muchas mujeres experimentan problemas a la hora de dar el pecho, un hecho que hace que, según estadísticas del INE, solo un 41% de las madres en España con hijos de 0 a 6 meses haya amamantado en exclusiva. En Europa, la tasa de amamantamiento en exclusiva a los 6 meses es del 28,53% y la de lactancia mixta es del 18,42%. Es decir, que el porcentaje de mujeres que llegan a amamantar a los 6 meses (solo pecho o pecho y biberón) es del 46,95%, según datos de la Organización Mundial de la Salud. ¿Por qué hay tantas mujeres que abandonan la lactancia materna habiendo, como hay, tanta información?

La psiquiatra infantil Ibone Olza, experta en lactancia y directora del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, lleva años investigando y publicando desde la evidencia científica no solo las ventajas de dar el pecho, sino los porqués de que haya tantos fracasos. “En primer lugar”, explica, “cada vez hay más estudios que demuestran que la leche materna mejora el desarrollo del neurodesarrollo del bebé y se ha visto que está asociado con un mejor desarrollo cognitivo e intelectual porque se desarrolla mejor la sustancia blanca cerebral —tejidos más profundos del cerebro (subcorticales)—”. Son diferencias pequeñas, añade, “pero ahí están”.

“No creo que las dificultades de muchas mujeres se deban a que hayamos perdido la capacidad de amamantar, pero sí opino que hay dos variables principales”, incide Olza. “Una es que la mayoría de las que están siendo madres ahora no fueron amamantadas o, si lo fueron, fue por muy poco tiempo, es decir, se ha perdido la cultura de la lactancia”, puntualiza la experta en lactancia. Según explica, gran parte de las madres actuales llegan a la lactancia sin haber visto de niñas o de jóvenes a otras mujeres de su entorno amamantar y, mucho menos, dar el pecho durante un largo periodo de tiempo, lo que hace que esto sea algo extraño para ellas: “El otro factor es que está influyendo muchísimo que se siguen practicando las rutinas hospitalarias que van en contra de una buena lactancia, por ejemplo, se sigue recurriendo a inducir los partos, cesáreas programadas sin una razón médica, separar a los recién nacidos de sus madres llevándolos al nido…”. Para la psiquiatra, todo esto genera un altísimo estrés en la mujer que hace que emocionalmente no esté bien, “por lo que la lactancia se dificulta muchísimo”.

En cualquier caso, Olza recuerda que el apego entre madre y bebé tiene otras maneras de darse más allá de la lactancia y pasan, sobre todo, por el piel con piel. Para ella lo que realmente está fallando es el tema social; la soledad de muchísimas mujeres en el posparto; la falta de cuidado de la salud mental materna, y la enorme presión también por lo laboral. “Si la mujer no quiere dar el pecho, por supuestísimo, no hay que juzgarla, puede tener una o montañas de razones para no querer y jamás hay que presionar, aunque sí es importante hablar con ella de por qué no quiere”.

Carmela Kika Baeza, médico de familia, directora del centro Raíces y experta en lactancia, asegura que amamantar al bebé se da de forma más sencilla y natural cuando el parto es “normal”. “Es decir, que se inicia solo, que en el mismo la mujer está moviéndose como desea, adoptando las posturas que siente como mejores para ayudar a bajar a su bebé, que está acompañada por quien ella desea, de forma discreta, que solo se realizan actos médicos en caso de necesidad y no por protocolo”. “Y, sobre todo”, prosigue, “que al nacer el bebé es colocado sobre su madre y permanezcan juntos, en contacto piel con piel, durante los primeros días”.

Para esta experta, cuando todo esto ocurre las dificultades en lactancia son mucho menos frecuentes y, de darse, son mucho más sencillas de solucionar, porque “se está dejando que la naturaleza sostenga el proceso”. Además, y según agrega Baeza, la madre y el bebé que pasan mucho tiempo en contacto íntimo aprenden a conocerse y a entenderse mucho antes que si hay separación. “La lactancia tiende a funcionar si creamos el ambiente adecuado: el ambiente para el bebé es el cuerpo de su madre y el ambiente adecuado para la madre es aquel en el que recibe el acompañamiento y los cuidados necesarios para tener que ocuparse solo de su hijo”.

“En estos últimos años cada vez somos más profesionales formados en lactancia materna”, incide Baeza. “Cualquier mujer que esté pasando dolor, tenga grietas en los pezones, sienta angustia o miedo, tenga la sensación de que tiene poca leche o piense que su bebé se queda con hambre, puede encontrar ayuda”, añade. Según sostiene, en la carrera de Medicina y de Enfermería se estudia poco (o nada) la lactancia materna y por eso muchos profesionales están escasamente formados al respecto. Pero también es cierto que en estos últimos años, “a raíz de nuestras propias maternidades o por darnos cuenta de que no sabíamos ayudar a nuestras pacientes, muchas nos hemos formado para poder dar este acompañamiento a diferentes niveles”.

La médico de familia argumenta que en la actualidad se pueden encontrar matronas, pediatras, médicos de familia, enfermeras o fisioterapeutas con excelente formación en lactancia y dispuestas a ayudar: “También existe el título internacional de consultora certificada en lactancia, IBCLC (International Board Certified Lactation Consultant), que tienen ya muchos profesionales y a cuyo listado se puede acceder en ibclc.es”.

El componente psicológico en el éxito de la lactancia materna

Además, Baeza incide en que el puerperio —periodo que va desde el momento inmediatamente posterior al parto hasta los 35-40 días (tanto si hay lactancia como si no)— es un período psicológicamente muy intenso, de muchos cambios, adaptaciones, de enfrentarse con los propios límites; de desmontar expectativas y, a la vez, de alegría y emoción: “Una montaña rusa de sentimientos que hay que escuchar y acompañar en la consulta de lactancia”. “No nos podemos limitar simplemente a tratar una grieta”, continúa, “la que tiene esa grieta es una madre recién estrenada, con todo su mundo psicoemocional patas arriba”. Baeza agrega que la angustia o la tristeza no son causantes de las grietas (que son heridas simplemente) y que curar la herida física no basta, porque se busca una buena salud mental, un disfrute de la maternidad, un bienestar en esta etapa tan potente de la vida.

La evolución de la lactancia va a determinar mucho la salud mental materna: “Una lactancia muy complicada puede crear en la madre sentimientos de que no es capaz, de sentir angustia, ansiedad, soledad, depresión posparto e incluso psicosis posparto”. Estos pensamientos en los pospartos complejos son más habituales de lo que se piensa, porque cuando ocurren suele dar miedo compartirlos: “Es importante que se hablen y existan espacios seguros, como las consultas profesionales o el Foro Mamá Importa”. Una lactancia placentera, sostiene Baeza, es una ayuda inmensa para la crianza: “Ayuda a que nuestro cerebro materno entienda de forma intuitiva las necesidades del bebé, ayuda a descansar y a dormir, a tener más paciencia y a gestionar mejor nuestros recursos”.

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