_
_
_
_
_

Campamentos de verano: las cinco sugerencias de los pediatras para reducir el riesgo de contagio en niños

La AEPap explica que estos centros de ocio tienen beneficios para los menores como el contacto con la naturaleza y la convivencia, pero incide en que debe primar la seguridad porque la pandemia no ha acabado

Niños en un campamento en A Coruña, Galicia.
Niños en un campamento en A Coruña, Galicia.César Arxina (Europa Press)
Carolina García

El verano se acerca y son muchos los padres que se plantean llevar a sus hijos a campamentos con el fin de que los niños se diviertan y aprendan y que ellos a su vez puedan conciliar. La preocupación por la covid-19 sigue presente y algunos son reticentes a llevarles. Los pediatras de Atención Primaria (AEPap) han querido exponer una serie de recomendaciones para que la asistencia de los más pequeños a estos lugares de ocio veraniego sea divertida, pero también lo más segura posible. Por la tranquilidad de todos: encargados, padres y niños.

Más información
Niños en la granja Palomar.
Guía de campamentos de verano en Madrid que no son ‘aparcaniños’
Tres niños juegan juntos en el jardin.
Campamentos de verano en la nueva normalidad: beneficios para los niños y los padres

La pandemia ha sumido en un sentimiento de incertidumbre tanto a grandes como pequeños, y son muchos los expertos que señalan que el tiempo de confinamiento y la constante preocupación por el contagio han tenido consecuencias claras en la salud mental de niños y adolescentes, con un aumento de consultas por depresión y ansiedad. Entre las razones que citan los expertos están: no poder jugar con sus iguales, la incapacidad de salir al aire libre, estar mucho rato expuestos a pantallas y el hecho de divertirse rodeados de medidas de contención, entre otras. Todo esto hace de los campamentos una buena oportunidad para que los menores encuentren ese tiempo de asueto del que tanto han carecido en este año y pico de crisis sanitaria.

Diversión, pero con seguridad

La AEPap destaca los beneficios del contacto con la naturaleza y la convivencia, aunque estas actividades “no se pueden realizar exactamente igual que antes de la pandemia”, subrayan en un comunicado. Y resaltan, que entre ellas están, el hecho de llevar mascarilla en interiores y cuando no se pueda mantener la distancia, la ventilación y la separación en grupos burbuja, entre otras. Los pediatras también recuerdan que tan solo el 1% de las aulas escolares ha tenido que cerrar durante el curso y subrayan que, en un entorno controlado, como un campamento, es más sencillo mantener medidas de control. E insisten a los encargados de estos centros de ocio que las medidas se deben cumplir.

Entre los beneficios de los campamentos, el vicepresidente de la AEPap, el doctor Pedro Gorrotxategi, explica en el texto: “La visión de espacios verdes hace que se relajen, que tengan actitudes positivas y que convivan con otros niños”. Y señala que la pandemia no ha terminado, por lo que los niños tendrán que seguir con algunas de las medidas que han seguido durante el curso y que “tan buenos resultados han dado”.

Las recomendaciones de la AEPap:

  1. Uso de mascarilla.. Al estar al aire libre se hace menos necesario su uso, pero en determinados momentos, si no se pueden mantener las distancias, y en lugares cerrados como una tienda de campaña grande cuando está lloviendo, en casas, en lugar de al aire libre, sería conveniente utilizarlas. Y recuerdan que su uso en los niños de seis años o más es obligatorio, y recomendable a partir de los tres, “si la toleran”.
  2. Al dormir: sería aconsejable que la distancia fuera mayor que lo habitual. En tiendas de campaña, lograr un mayor espacio y disminuir el número de niños por tienda. Una medida práctica sería que durmieran de forma que coincidan la cabeza de un niño con los pies del siguiente. En caso de edificios con literas, disminuir también el número de menores en la misma habitación.
  3. Ventilación y limpieza de manos: Es necesario, tanto en los edificios como en las tiendas de campaña, tenerlos lo mejor ventilados que sea posible y mantener la limpieza de manos frecuente con agua y jabón o gel hidroalcohólico. Las medidas para evitar contagios como la distancia social y la higiene protegen de otras infecciones, como las gastroenteritis, y de los piojos, frecuentes en las reuniones estivales.
  4. Grupos burbuja. Se deberían limitar las interacciones de los niños de la acampada con otros grupos diferentes. Asimismo, sería poco aconsejable que tuvieran visitas de padres o familiares, para disminuir las interrelaciones personales hacia afuera, y en el caso de los niños del propio campamento, sería también recomendable realizar grupos con el fin de que, en el caso de que algún participante se contagiara, limitar el número de los contactos a estudiar o confinar.
  5. Control de los síntomas. En el caso de que algún niño presentara fiebre, dolor de cabeza o perdida de olfato, por ejemplo, habría que realizarle una prueba para descartar la infección por la covid-19, por lo que los responsables del campamento tienen que tener accesibles, de alguna manera, este tipo de pruebas

Por último, los pediatras recuerdan que no hay que olvidar las precauciones habituales, como la protección solar y una buena hidratación para evitar golpes de calor, como todos los veranos.

CÓMO PODEMOS AYUDAR PADRES Y MADRES A NUESTROS HIJOS

Son tres pasos fundamentales, según José Antonio Luengo, psicólogo.

 

1. Con el ejemplo: “Nosotros, los padres, tenemos que dar un ejemplo de tranquilidad, de sosiego, de explicación, de visualización de lo que ha pasado y de cómo, a pesar de todas las dudas y la situación actual, vamos a espacios mejores”.

 

2. Con la tranquilidad en el trato: “La explicación, la paciencia y la capacidad de comprender, ya que, a veces, nuestros chicos están viviendo cosas que nos describen de una manera que no somos capaces de descifrar, pero que es especialmente importante que lo hagan”.

 

3. Con la comunicación entre familia y el centro: “Si siempre ha sido importantísima la comunicación entre padres y colegio, ahora lo es más. Porque a veces los comportamientos no son los mismos”, explica. “Chicos que parecía que en casa estaban tranquilos, pero luego resulta que el profesor nos dice que se le ha puesto a llorar o lo está pasando fatal. Por todo, esta comunicación es imprescindible”.

Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_