Biden advierte a Netanyahu de que un ataque contra Rafah aumentaría la “anarquía” en Gaza
El primer ministro israelí asegura que permitirá la entrada de ayuda humanitaria para continuar la guerra hasta “lograr todos sus objetivos”. “Una gran operación militar llevaría a más muertes de civiles inocentes y agravaría la ya catastrófica crisis humanitaria”, responde el presidente de EE UU
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha advertido al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que una operación militar como la que planea Israel en Rafah aumentaría la “anarquía” en Gaza, según ha informado el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan. Ambos líderes han hablado por teléfono durante 45 minutos, en el momento de mayor crispación entre los dos Gobiernos en los más de cinco meses de guerra en la Franja, por discrepancias en torno a la ayuda humanitaria y la gestión del conflicto. La conversación se ha producido después de que el demócrata de mayor rango en el Senado, Charles Schumer, calificara a Netanyahu de “obstáculo para la paz”, dijera que “ha perdido el norte” y pidiera elecciones anticipadas en el país aliado.
“Más civiles inocentes, incluidos miles de niños, han muerto en este conflicto, en esta operación militar, que en todas las guerras previas en Gaza juntas. Una crisis humanitaria se ha apoderado de la Franja, y la anarquía reina en las áreas que las fuerzas israelíes han tomado, pero no estabilizado”, ha indicado el consejero de seguridad nacional al informar del contenido de la conversación. “Una gran operación militar sobre el terreno sería un error. Llevaría a más muertes de civiles inocentes, agravaría la ya catastrófica crisis humanitaria, profundizaría la anarquía en Gaza y aislaría aún más a Israel internacionalmente”. La conversación se ha desarrollado al tiempo que el Fondo Mundial para la Alimentación advertía de una hambruna “inminente” en el norte de Gaza.
La llamada, que no se había anunciado en el programa oficial del presidente estadounidense para este lunes, ha sido la primera desde el 15 de febrero. Desde entonces, las declaraciones de ambos aliados han dejado entrever un cisma cada vez más profundo, a medida que se ha agravado en Gaza la catastrófica situación humanitaria y en Estados Unidos las elecciones primarias han puesto de manifiesto el malestar de una parte de los votantes demócratas hacia el apoyo de la Administración Biden a Israel en la guerra.
Entre los resultados prácticos de la charla —desarrollada en tono “profesional”, según Sullivan—, Israel enviará una delegación a Washington para escuchar las preocupaciones del Gobierno de EE UU sobre la invasión que Israel planea contra Rafah y analizar planes alternativos para desarticular a la milicia Hamás que no impliquen un asalto a esa ciudad, último refugio para más de un millón de palestinos. El equipo israelí viajará a finales de esta semana o a principios de la que viene, según ha indicado el alto cargo estadounidense.
Sullivan ha confirmado la muerte del “número tres” de Hamás, Marwan Issa, en la ofensiva israelí, en la que también han muerto “miles” de guerrilleros de la milicia radical palestina. Issa “murió en una operación israelí la semana pasada. Los demás altos cargos están escondidos, probablemente en lo más profundo de la red de túneles de Hamás”, ha indicado.
Netanyahu se ha limitado a difundir un vídeo en hebreo de 24 segundos en el que parece justificar ―sobre todo de cara a los sectores en el país partidarios de limitar aún más la entrada de alimentos― la importancia de cumplir las demandas de la Casa Blanca. En la grabación, asegura que manifestó a Biden el “compromiso de Israel con lograr todos los objetivos de la guerra: eliminar a Hamás, traer de vuelta a los rehenes” y asegurarse de “que Gaza nunca jamás vuelve a suponer una amenaza para Israel, mientras se provee la ayuda humanitaria necesaria que ayude a cumplir esos objetivos”.
Biden y Netanyahu han abordado “los últimos acontecimientos en Israel y Gaza, incluida la situación en Rafah y los esfuerzos para aumentar la ayuda humanitaria para Gaza”, ha indicado la oficina presidencial estadounidense. Rafah, en la frontera con Egipto, es la última zona que aún no ha invadido el ejército israelí y concentra en condiciones lamentables a más de la mitad de los 2,3 millones de gazatíes, desplazados a la fuerza de otras partes de Gaza.
El primer ministro israelí no ha mencionado Rafah en su videomensaje, aunque en la víspera insistió en que su ejército la invadirá y que “llevará varias semanas”. “Quienes dicen que la actuación en Rafah no tendrá lugar, son los mismos que decían que no entraríamos en Gaza, no actuaríamos en [el hospital Al] Shifa o en [la ciudad de] Jan Yunis, y no reanudaríamos el combate tras la tregua” de finales de noviembre. Washington exige un plan de protección “creíble” para los 1,4 millones de civiles palestinos allí refugiados y Biden ha advertido de que un ataque indiscriminado israelí contra Rafah supondría cruzar una “línea roja”.
Malestar
El malestar entre los dos gobiernos se ha agravado aún más a raíz del discurso de Schumer. En él, el líder de la mayoría demócrata en el Senado ―y el judío de mayor rango en la jerarquía política estadounidense― pedía elecciones para reemplazar a Netanyahu y advertía del riesgo de que Israel se convirtiera en un “paria internacional”, ante las críticas cada vez mayores de la comunidad internacional a su conducta en la guerra. Un día después, Biden elogiaba las palabras del senador como “un buen discurso” que expresaba las “preocupaciones no solo de él, sino de muchos estadounidenses”, aunque no se sumaba al llamamiento a nuevas elecciones.
Esas declaraciones de Biden se sumaban a una serie en la que ha expresado de manera cada vez más contundente su descontento con la gestión israelí de la guerra. El presidente ha declarado que Israel “se ha pasado” en su ofensiva en Gaza como respuesta a los atentados de Hamás el 7 de octubre, en los que murieron más de 1.200 israelíes. Ha insistido en que la ayuda humanitaria que entra por tierra a Gaza es completamente “insuficiente”, y ha anunciado que soldados estadounidenses construirán un puerto artificial para facilitar la entrada por mar de alimentos y productos de primera necesidad a la franja. En un comentario captado por un micrófono abierto hace dos semanas, apuntaba que tenía pendiente con Netanyahu una conversación a calzón quitado.
El primer ministro respondía este fin de semana airado que Israel “no es una república bananera” y calificaba el discurso del senador de “totalmente inapropiado”. “Tratar de reemplazar los líderes electos de una democracia hermana, de un aliado firme, siempre está mal, pero especialmente si es en medio de una guerra”, criticaba en una entrevista concedida al canal de televisión conservador estadounidense Fox News.
Este lunes, horas antes de la conversación telefónica, el ejército israelí había invadido de nuevo el mayor hospital de Gaza, Al Shifa, uno de los escasos centros en funcionamiento en el norte de la Franja. Las Fuerzas Armadas han dado cuenta de la “eliminación de 20 terroristas”. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás ha informado de muertos y heridos, sin especificar, y precisado que las instalaciones albergan a unas 30.000 personas, entre desplazados por la guerra, enfermos y personal sanitario, que no se atreven a moverse por miedo a los francotiradores.
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