La UE acuerda sus primeras sanciones contra colonos isralíes violentos
Borrell acusa al Gobierno de Netanyahu de usar el hambre como “arma de guerra”. El ministro de Exteriores pide al jefe de la diplomacia europea que deje de atacar a Israel y reconozca el “derecho a la autodefensa contra los crímenes de Hamás”
La crisis humanitaria en Gaza está logrando en la UE que incluso los países más reticentes a presionar a Israel empiecen a plantearse una posición más dura contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Muestra de ello es el visto bueno que los ministros de Exteriores han dado este lunes en Bruselas al primer paquete de sanciones contra colonos violentos en Cisjordania, un tabú absoluto para algunos socios hasta hace solo unas semanas. La decisión está lejos aún de las abiertas críticas del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que ha acusado directamente a Israel de usar el hambre como “arma de guerra”. Pero es una señal clara, coinciden fuentes diplomáticas, de que las posiciones se mueven hacia posturas más cercanas a la defendida por España, Bélgica o Irlanda, que llevan tiempo reclamando un alto el fuego en la región.
“Hemos logrado un compromiso sólido” para sancionar a los colonos violentos, ha celebrado Borrell en rueda de prensa tras la cita en Bruselas, en la que se han multiplicado las voces para que Israel permita más entradas terrestres de la ayuda humanitaria urgente ante una población que, según la ONU, afronta una hambruna “inminente”.
Según fuentes diplomáticas, los señalados son seis individuos, menos que los ya sancionados unilateralmente por países como España y, también, alrededor de la mitad de la lista que manejaba inicialmente la propia UE. Pero varias fuentes destacan el cambio de posicionamiento que implica este acuerdo político, que todavía tardará al menos una semana en ser concretado, aprobado y puesto en vigor. “Es un gesto claro”, subrayaba una fuente europea. Para el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, es una muestra también de que cada vez más países se acercan a posiciones que España defendía apenas junto a un “pequeño grupo no hace tanto”.
Las sanciones europeas son además más duras que las nacionales, ya que además de prohibir la entrada en el territorio de los señalados, implican la congelación de todo bien o activo que esas personas puedan tener en territorio europeo, ha recordado por su parte Borrell. “Son buenas noticias, pero van demasiado lentas para lo que necesita la población palestina”, ha lamentado Albares.
Los ministros también han dado su visto bueno a nuevas sanciones contra Hamás. Se trata, de acuerdo con las fuentes, de tres individuos acusados de violencia sexual durante el ataque terrorista del 7 de octubre.
La decisión es la más concreta de una larga jornada de los ministros dedicada sobre todo a Ucrania y a la situación en un Oriente Próximo que bordea la catástrofe. Borrell ha acusado directamente a Israel de usar el hambre como “arma de guerra”, lo que está convirtiendo a la Franja, ha advertido, en la “mayor tumba a cielo abierto” del mundo. “Sí, se está usando el hambre como arma de guerra. Digámoslo […] Israel está provocando hambruna”, ha declarado Borrell, según el cual esta situación ha convertido a Gaza, que “antes era la mayor prisión a cielo abierto”, en la “mayor tumba a cielo abierto” del mundo. Una tumba “para decenas de miles de personas y también para muchos de los principios más importantes del derecho humanitario internacional”, ha puntualizado.
El ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, ha tardado poco en responder. “Es hora de que el ministro de Exteriores de la UE [sic], Josep Borrell, pare de atacar a Israel y reconozca nuestro derecho a la autodefensa contra los crímenes de Hamás”, ha publicado en X, la red social antes llamada Twitter. Katz ha subrayado que su país “permite” la entrada de “amplia ayuda humanitaria por tierra, aire y mar para cualquiera que esté dispuesto a ayudar”, pese a que “Hamás interrumpe con violencia los convoyes de ayuda” y a que la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, “colabora con ellos”, informa Antonio Pita desde Jerusalén.
La nueva cita de los responsables de la diplomacia europea en Bruselas se produce en medio de un endurecimiento generalizado del discurso de la UE, que reclama más accesos terrestres para la ayuda humanitaria ante la crisis humanitaria en Gaza. Allí se está produciendo una “hambruna inaceptable”, afirmó el domingo en Egipto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El mismo día, desde Jerusalén, el canciller alemán, Olaf Scholz, decía ante Netanyahu: “No podemos quedarnos impasibles mientras los palestinos corren el riesgo de morir de hambre”. “Perseguir a Hamás es una meta legítima de Israel. Pero no importa cómo de importante sea el objetivo final, no se pueden justificar los medios y la muerte de civiles”.
Borrell ha retomado en Bruselas ese argumento para instar a los Veintisiete a hacer más. “En Gaza no es que se esté al borde de la hambruna, estamos en un estado de hambruna que afecta a miles de personas. Scholz le dijo a Netanyahu que ‘no podemos quedarnos parados y ver cómo se mueren de hambre los palestinos’. Ok, entonces, ¿qué vamos a hacer?”, se ha preguntado el jefe de la diplomacia europea, que ha reclamado también que, más adelante esta semana, en la cumbre de los líderes de los Veintisiete, se produzca también una “revisión de la posición común” sobre Oriente Próximo, algo que según diversas fuentes se está considerando seriamente.
“Hoy hay un claro consenso de que la situación no es aceptable y que la única solución es poner presión política a Israel”, ha resumido el alto representante comunitario al término de la reunión de ministros.
En un comunicado conjunto, Borrell y el comisario europeo de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, han urgido además a Israel a “permitir el acceso humanitario libre, sin impedimentos y seguro a toda la gente necesitada”, así como a “cooperar con URNWA y otras agencias de la ONU y actores humanitarios involucrados en la respuesta humanitaria”. Algo que incluye, han advertido, “emitir los visados y demás permisos” necesarios para el personal humanitario de forma “oportuna” para garantizar “su seguridad y el acceso sin trabas a los necesitados” de esta asistencia. Aunque ha saludado las iniciativas para hacer llegar por aire o mar más ayuda a Gaza, Borrell ha insistido una vez más, apoyado por muchos ministros europeos, en que “la única alternativa que puede proporcionar la cantidad de ayuda necesaria es la apertura de las fronteras terrestres”. Todo lo demás, ha acotado Albares, será “una gota en el océano”.
Acuerdo de asociación
Los ministros también han debatido, a propuesta de Borrell, la petición que España e Irlanda realizaron a la Comisión Europea a mediados de febrero de revisar el convenio de asociación de la UE con Israel por las posibles vulneraciones al derecho internacional. “El acuerdo hace del respeto a los derechos humanos y los principios democráticos un elemento esencial de la relación”, señalaba la misiva firmada por el presidente Pedro Sánchez y el primer ministro Leo Varadkar, a la que tuvo acceso EL PAÍS. “Si considera que se está incumpliendo [pedimos a la Comisión] que proponga las medidas adecuadas”, agregaron.
Desde el principio quedó claro que hay países, como Alemania o Austria, que no están dispuestos aún a ir tan lejos, pero tras la cita, Borrell y Albares han explicado por separado que, si bien no hay acuerdo para convocar a Israel a hablar en el marco de dicho convenio de asociación, sí se ha planteado que se pueda volver a invitar al ministro Katz a un próximo Consejo de Asuntos Exteriores.
Bloqueo israelí a la ayuda
Las discusiones de los responsables de la diplomacia europea sobre la crisis de Oriente Próximo y la situación extrema de la población civil gazatí se producn el mismo día que la ONG Oxfam Intermón ha publicado un informe que denuncia que Israel bloquea de manera sistemática la entrada de ayuda a Gaza. Esto, a pesar de la orden dictada a finales de enero por el Tribunal Internacional de Justicia de permitir la entrega para subsanar la catastrófica condición de los gazatíes, informa Diego Stacey. Según la organización, Israel no solo no está facilitando los esfuerzos de ayuda internacional, “sino que los está obstaculizando activamente”. El documento señala que las autoridades israelíes, entre otras cosas, controlan un sistema de inspección deficiente que paraliza la entrada de ayuda y crean un cuello de botella para dificultar la ayuda y el comercio.
Los datos de la ONG ilustran la gravedad de la situación en la Franja. Antes del 7 de octubre, una media de 500 camiones entraba en Gaza. En febrero, la media cayó a 99, apenas un 20% de lo que recibía antes del inicio de la guerra. Además, las autoridades rechazan “arbitrariamente” artículos de ayuda con el argumento de que se les puede dar un doble uso militar, prohibiendo así la entrada de combustible, tuberías, linternas o suministro médico, según el reporte de Oxfam Intermón. Un gran porcentaje del material descartado acaba en un almacén en Egipto, a pocos kilómetros de Gaza. “Israel ha propiciado un caldo de cultivo para el colapso humanitario y el único que puede arreglarlo es Israel”, señala la directora regional de la ONG para Oriente Próximo, Sally Abi Khalil.
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