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La ONU, la UE y Jordania alertan del creciente riesgo de un éxodo de gazatíes hacia Egipto

La situación de cientos de miles de personas en la Franja es ya una “catástrofe humanitaria”, según la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos

Guerra Israel Gaza
Una mujer llora tras un ataque aéreo israelí este lunes en Khan Yunis, Gaza.Ahmad Hasaballah (Getty Images)

Naciones Unidas, la Unión Europea y Jordania ven cada vez más cerca el peligro de un éxodo de palestinos víctimas de la guerra desde Gaza hacia Egipto. Es una de las consecuencias más temidas de la creciente presión del ejército de Israel sobre cientos de miles de habitantes para que se agolpen junto a la línea divisoria de la Franja con el país vecino. Al otro lado está la inmensidad del desierto del Sinaí. El riesgo se agrava en un momento en el que la población no solo trata de sobrevivir a los bombardeos, sino también a una grave crisis humanitaria. Israel anunció este lunes que el número de sus militares muertos ha superado el centenar en Gaza, donde los civiles que han perdido la vida por los ataques de ese ejército superan los 18.200, según datos de las autoridades sanitarias en manos del Gobierno de Hamás. Mientras, en los territorios de Cisjordania y de Jerusalén Este ocupados por Israel, la huelga para protestar contra el veto de Estados Unidos en la ONU a un alto el fuego tuvo este lunes un seguimiento importante.

El temor de la expulsión a Egipto lo han expresado en las últimas horas el secretario general de la ONU, António Guterres, y el máximo responsable de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), Philippe Lazarinni. También el jefe de la diplomacia europea, el español Josep Borrell. Jordania lleva semanas advirtiendo de ese riesgo y este lunes lo volvió a recalcar el primer ministro Bisher Khasawneh.

Esa posibilidad se cierne sobre los gazatíes desde el comienzo de la guerra, pero es ahora, con la incursión terrestre de las tropas israelíes en el centro y el sur del enclave palestino, cuando la presión demográfica ha aumentado más. Incluso algunos responsables israelíes lo han ido dejando caer, pese a que Egipto se ha negado siempre en redondo y Estados Unidos, principal aliado de Israel, insiste en que eso no va a ocurrir.

“Temo que el orden público se derrumbe por completo pronto y que la situación empeore incluso con el aumento de epidemias y de la presión para el desplazamiento masivo a Egipto”, expresó Guterres el domingo. “Los acontecimientos que estamos presenciando apuntan a intentos de trasladar a los palestinos a Egipto, independientemente de si se quedan allí o son reasentados en otro lugar”, ha escrito Lazarinni en una tribuna publicada en el diario estadounidense Los Angeles Times. “La destrucción del norte de Gaza y el desplazamiento de millones de gazatíes hacia el sur es la primera etapa de ese escenario, y ya se ha completado. La siguiente etapa está en marcha: obligar a la gente a abandonar el centro urbano de Jan Yunis y acercarla a la frontera con Egipto”, alerta el jefe de la UNRWA.

“Miles de personas son empujadas contra la frontera con Egipto y todas las perspectivas son muy, muy sombrías”, subrayó Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, en una reunión de los ministros de exteriores europeos. “La gente sigue diciendo que no deben ser expulsados de su tierra. Pero es difícil seguir diciendo eso cuando la población está escapando de los bombardeos y buscando refugios; pero ya no hay refugios en Gaza”, enfatizó el máximo responsable de la diplomacia europea. Para Bisher Khasawneh, primer ministro jordano, la situación “sugiere que hay un intento deliberado de generar las condiciones para los gazatíes, junto con el aumento de la violencia en una Cisjordania abandonada a los colonos, que obligarán a la gente a considerar la opción de cruzar la frontera”, señaló durante una intervención en el Foro de Doha, un evento que tiene lugar estos días en la capital de Qatar.

Decenas de palestinos se concentran en el centro de Ramala, Cisjordania, durante la jornada de huelga general para protestar por el asedio a Gaza y el veto ejercido por EE UU en la ONU a un alto el fuego.
Decenas de palestinos se concentran en el centro de Ramala, Cisjordania, durante la jornada de huelga general para protestar por el asedio a Gaza y el veto ejercido por EE UU en la ONU a un alto el fuego.Jaime Villanueva
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La crisis ha adquirido dimensiones incontrolables que la han llevado a tornar en “catástrofe humanitaria”, alertó este lunes Juliette Touma, directora de comunicación de la UNRWA, en consonancia con las advertencias realizadas desde distintos organismos humanitarios en los últimos días. “La gente, literalmente, comenzó a llevarse la comida de los camiones”, dijo Touma en declaraciones a la cadena Al Jazeera. “Eso demuestra que si la guerra continúa, Gaza se hundirá aún más en el abismo”, añadió.

En estos momentos, en torno a 1,8 millones de personas están ya desplazadas de sus casas en Gaza, y muchos han ido buscando refugios de un sitio a otro, teniendo que cambiar de ubicación varias veces. Cada vez es mayor el flujo que se desplaza hacia el sur, donde la localidad de Jan Yunis sigue siendo escenario de intensos combates y bombardeos, que también se producen en el norte. Y cada vez hay menos espacio en la Franja, cuya última localidad antes de Egipto, que es Rafah, acoge ya a cientos de miles de personas de otras zonas del enclave. Muchos viven en las calles, en explanadas o en edificios en obras, al tiempo que improvisan tiendas de campaña y refugios con plásticos o mantas. Mientras, el invierno golpea ya con el rigor propio del final del año a una población con problemas de malnutrición, higiene y exposición a enfermedades.

“La realidad es aún peor de lo que pueden expresar las palabras”, comentó tras un encuentro con miembros de la UNRWA, José de la Gasca, representante de Ecuador en la misión del Consejo de Seguridad de la ONU enviada al lado egipcio del paso fronterizo de Rafah, informa Reuters. “Ya basta”, dijo por su parte el representante chino, Zhang Jun, antes de dirigirse a ese punto, el único por el que en estos dos meses ha podido entrar ayuda a cuentagotas. La creciente necesidad de la población lleva al asalto desesperado de almacenes y camiones para poder sobrevivir, como han alertado la propia ONU y las organizaciones presentes en Gaza.

Huelga tras el veto de EE UU

El veto de Estados Unidos, el pasado viernes, a una resolución para propiciar un alto el fuego humanitario en Gaza dio lugar a una apresurada convocatoria mundial de huelga para este lunes, que ha tenido un amplio seguimiento en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este, y desigual en otros puntos del mundo árabe-musulmán, como Jordania, Líbano o Turquía.

Calles vacías y comercios cerrados durante la jornada de huelga general en Ramala, Cisjordania, para protestar por el asedio a Gaza y el veto al alto el fuego ejercido por EE UU ante la ONU.
Calles vacías y comercios cerrados durante la jornada de huelga general en Ramala, Cisjordania, para protestar por el asedio a Gaza y el veto al alto el fuego ejercido por EE UU ante la ONU.Jaime Villanueva

La vida se congeló en el barrio árabe de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Mientras, Cisjordania se detuvo casi por completo. Los organismos oficiales, bancos, escuelas y comercios cerraron. El parón también afectó al transporte y la industria. En la ciudad de Ramala no se veían tiendas ni restaurantes abiertos, y casi todo el mundo permanecía en casa. La huelga incluía no hacer compras ni transacciones en línea.

Ramala es la sede administrativa de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que la convocó junto con las fuerzas nacionales e islámicas, una coalición de facciones palestinas formada tras el inicio de la Segunda Intifada, en 2000, para acciones políticas.

En cambio, una manifestación en la ciudad, también en solidaridad con Gaza, apenas atrajo a un centenar de personas. Marcharon desde la céntrica plaza de Al Manara con banderas palestinas y una gran pancarta en la que figuraban los nombres de miles de muertos en el enclave, cuyo número ha superado este lunes los 18.000. La escasa asistencia mostró el desapego hacia la ANP, cuyas fuerzas de seguridad frenan en Ramala tanto las críticas al desprestigiado presidente, Mahmud Abbas, como las señales abiertas de apoyo a Hamás. “Hay una parte de apatía y otra de decepción con la comunidad internacional que hace que la gente no venga tanto como nos gustaría”, justificó a este periódico en la concentración Sabri Saidam, vicesecretario general del Comité Central de Al Fatah, la facción que lidera Abbas y vertebra la ANP.

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