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El líder de la oposición en Gabón reclama la presidencia porque asegura que él ganó las elecciones

El progresista Albert Ondo considera que el país africano no ha sufrido un golpe de Estado, sino una revolución palaciega. “Un Bongo ha reemplazado a otro Bongo”, sentencia

José Naranjo
People celebrate in support of the coup in a street of Libreville, Gabon
Varios ciudadanos celebran el golpe de Estado en Libreville, la capital de Gabón, este miércoles.STRINGER (REUTERS)

El líder de la oposición en Gabón, Albert Ondo, ha mostrado su rechazo al golpe de Estado del pasado miércoles contra el presidente Ali Bongo y ha pedido al general Brice Oligui Nguema, líder de la asonada militar, que vuelva al “orden republicano” y reconozca su victoria en las elecciones celebradas hace una semana. El propio Ondo ha declarado en varios medios: “Hay que poner las cosas en su contexto; no es un golpe de Estado, sino una revolución palaciega”. Para añadir: “Oligui Nguema es el primo de Ali Bongo (…) y los Bongo se dieron cuenta de que había que apartarle para continuar con el régimen”. A juicio del líder opositor, detrás de los golpistas está Pascaline Bongo, hermana mayor del presidente depuesto. “Un Bongo ha reemplazado a otro Bongo”, ha sentenciado.

Ondo, candidato progresista a los comicios presidenciales por la plataforma Alternancia 2023, ha exigido a los golpistas que faciliten “los verdaderos resultados de las elecciones”, que, según dijo, le dan la victoria. El golpe de Estado se produjo minutos después de que la comisión electoral gabonesa anunciara la victoria del presidente Ali Bongo con un 64% de los votos, en lo que fue un proceso fraudulento a juicio de los propios golpistas y de la oposición. “Los verdaderos resultados son conocidos por todas las misiones diplomáticas”, dijo Ondo. También aseveró: “Soy yo quien ha ganado las elecciones, no tengo que ir a hablar con Oligui Nguema. Él es quien tiene que venir a hablar conmigo (…) Tengo al pueblo gabonés conmigo al 80%”.

Albert Ondo Ossa, de 69 años, es profesor de Economía en la Universidad Omar Bongo de Libreville y un destacado miembro de la sociedad civil gabonesa. Durante toda su carrera participó activamente en sindicatos y asociaciones de profesores. En los últimos años de la presidencia de Omar Bongo fue ministro de Educación Nacional y de Investigación Científica. A la muerte de este, fue candidato a las presidenciales de 2009, ganadas finalmente por Ali Bongo. El pasado agosto fue elegido aspirante por la coalición Alternancia 2023 a las presidenciales, convirtiéndose así en el principal aspirante de la oposición.

Maletas llenas de dinero

Las primeras detenciones ordenadas por los golpistas, pocas horas después de haber consumado su toma del poder, fueron las de Noureddin Bongo, hijo del presidente depuesto y pieza fundamental del régimen, así como de los miembros más destacados de su equipo, algunos de los cuales escondían maletas llenas de dinero en efectivo en sus casas. Desde su puesto de coordinador de las actividades presidenciales y tras el ictus que sufrió su padre en 2018, Noureddin Bongo había construido, con el respaldo de su madre, Sylvia Bongo, una suerte de poder paralelo en la presidencia. Entre las personas que se encuentran en detención domiciliaria y bajo una estrecha vigilancia del nuevo régimen están la primera dama, el presidente de la comisión electoral, la presidenta del Tribunal Constitucional y el presidente de la Asamblea Nacional.

Odome Angone, integrante del colectivo gabonés Plataforma de Reflexión por el Uso de la Palabra Ciudadana de Mujeres en Política, ha destacado el alivio que ha supuesto comprobar que se podía derrocar a Ali Bongo y que podía haber un presidente que no fuera de esa familia. No obstante, también ha señalado “la incertidumbre” que siente ahora mismo la sociedad civil: “El general Oligui es miembro de una franja de los Bongo, es fruto del sistema, no es ningún santo”, explica.

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Mientras tanto, el general Oligui Nguema, quien está previsto que este lunes jure su cargo como “presidente de la transición”, se ha reunido con los miembros de la patronal gabonesa en un intento de tranquilizar al empresariado. Les ha anunciado la progresiva puesta en marcha de las instituciones de la transición y el respeto a todos sus compromisos exteriores e interiores, entre ellos el pago de la deuda. Asimismo, los golpistas han pedido a los funcionarios que sigan en sus puestos de trabajo.

El líder de la junta militar también ha querido mandar un mensaje de dureza frente a la corrupción, advirtiendo a los responsables públicos que recibieron fondos para construir infraestructuras y no las terminaron. “Los responsables irán a prisión. O terminan las carreteras y los hospitales financiados o irán a la cárcel. Crearemos un comité para ver el estado de las obras (…) Hay muchos malversadores de fondos; o pagan, o van a la cárcel. Es lo que dice la ley”, ha amenazado el general Oligui.

La activista Angone mantiene la esperanza de que la nueva situación sea mejor de lo que había antes, un sistema “totalmente mediocre”. Ella asegura que Francia ha jugado un papel en el golpe. “Oficialmente, lo condena de forma pusilánime, pero en realidad lo apoya porque no se puede permitir perder el corazón de la Françafrique, el país donde nació este concepto”, critica. A su juicio, “las elecciones fueron groseras, un fraude enorme, pero Albert Ondo, que es un político honrado, poco puede hacer ya”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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