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Prigozhin, el fiel de Putin que conquistó Bajmut a costa de miles de sus mercenarios

La compañía Wagner ha desempeñado un papel determinante en la guerra de Ucrania, donde ha logrado mantener el control de las posiciones rusas en Donbás

Yevgueni Prigozhin, jefe de la compañía militar Wagner, sostiene una bandera rusa delante de sus soldados en Bajmut (Ucrania), el pasado 20 de mayo. Foto: AP | Vídeo: EPV
Cristian Segura

Yevgueni Prigozhin y su empresa de mercenarios, Wagner, serán recordados en la convulsa historia de la Rusia de Vladímir Putin por muchos crímenes. La influencia desestabilizadora rusa en África lleva su nombre, con su apoyo en materia de seguridad a gobiernos como el de Malí o la República Centroafricana. Pero en la guerra a gran escala y más sangrienta en décadas que ha visto el mundo, la invasión de Ucrania, su papel ha sido determinante para mantener el control de las posiciones rusas en la región de Donbás.

Prigozhin, de 62 años, fue uno de los hombres de confianza de Putin desde sus tiempos como concejal de San Petersburgo en los años noventa, tras la desintegración de la Unión Soviética. Bajo el paraguas del Estado putiniano, sediento por recuperar la influencia imperial rusa, creó una compañía de mercenarios que hacía el trabajo sucio allí donde el Kremlin no podía tener oficialmente presencia. Fue con la invasión de Ucrania cuando Wagner saltó abiertamente al escenario internacional como un brazo privado del poder ruso. Los paramilitares pasarían a ser la carne de cañón de la ofensiva rusa más comprometida y sangrienta: la de la batalla por el control de la ciudad de Bajmut, en la provincia de Donetsk.

La toma rusa de Bajmut, hoy un municipio arrasado y vacío de población, empezó en verano de 2022 y finalizó en la primavera de 2023. Las fuerzas de choque rusas fueron hombres de Wagner, la mayoría, unos 30.000 condenados por la justicia, contratados en prisiones a cambio de reducir sus penas. La mayoría pereció en combate, según los servicios de inteligencia de la OTAN.

La clave del éxito de Wagner en Bajmut fue sencilla, según explicó el propio Prigozhin y han confirmado militares ucranios en este sector del frente: no había opción de dar paso atrás. Abandonar un asalto contra las posiciones ucranias era castigado con la ejecución. Así lo confirmaron vídeos hechos públicos por las Fuerzas Armadas de Ucrania, pero también por la propia compañía Wagner: los mercenarios agotaban las defensas ucranias a costa de sus vidas y detrás llegaban las tropas de asalto del ejército profesional ruso para terminar el trabajo.

Prigozhin consiguió resultados a costa de miles de muertos y, a medida que llegaban sus éxitos, hacía público su descontento con el mando ruso de la guerra, en concreto, con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. En los momentos más decisivos de la defensa del territorio conquistado en la provincia de Donetsk (Donbás), Prigozhin publicaba mensajes criticando a Shoigú por la falta de apoyo a Wagner, acusándole de querer reducir el suministro de armas a sus mercenarios e infravalorar la importancia que tuvieron en la invasión de Ucrania.

Fueron celebradas por sus seguidores las bravatas de Prigozhin durante la guerra en Ucrania, visitando puntos del frente que los principales líderes militares de Putin no se atrevían a pisar. Sus intervenciones críticas contra el poder establecido por el presidente fueron a más, hasta la intentona de golpe de Estado del pasado junio. Dos semanas antes de que lanzara su conato de asalto militar sobre Moscú, EL PAÍS tuvo constancia de un intento de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SSU) de obtener por parte de Prigozhin información comprometedora sobre Putin. La operación terminó en nada, pero aquello era una prueba más del distanciamiento entre el presidente y su antes amigo y aliado.

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Tras la amenaza de levantamiento militar del pasado junio y la anunciada intervención de Wagner por parte del Estado ruso, el paradero de Prigozhin fue un misterio. Bielorrusia, país súbdito de Rusia, debía ser su teórico exilio. El despliegue de sus fuerzas mercenarias en las proximidades de las fronteras de Polonia y los países bálticos disparó las alarmas en la OTAN. La última aparición pública del líder mercenario fue un vídeo grabado desde África en el que aseguraba que Wagner continuaría trabajando para reclutar mercenarios que luchen por la libertad del continente, es decir, contra cualquier influencia política europea y estadounidense.

El destino de Prigozhin y el poder acumulado por Wagner, en África y en Ucrania, pendían de un hilo. Un hilo que se ha roto este miércoles cuando el avión en el que viajaba se estrelló en Rusia.

Así se estrelló el avión de PrigozhinVídeo: EPV

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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