Felipe VI alaba el papel de la Comisión Europea como salvaguarda de los principios y valores del proyecto europeo

El rey Felipe VI ha subrayado este viernes el papel de la Comisión Europea en la salvaguarda de los principios, valores, derechos, libertades, prosperidad y paz que representa el proyecto europeo y, parafraseando al filósofo José Ortega y Gasset, ha señalado que “Europa, lejos de ser un problema, es la solución”. El discurso del monarca en la ceremonia de clausura de la 28ª edición del Congreso Mundial de Juristas, que preside el español Javier Cremades, ha tenido lugar en la sede de la ONU en Nueva York. En el acto, el Rey ha entregado el más importante galardón del Congreso, el Premio Mundial de la Paz y la Libertad, concedido en esta edición a la Comisión Europea y que ha recogido su presidenta, Ursula von der Leyen.

Ante el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, una treintena de presidentes de Cortes de todo el mundo y un aforo de más de un millar de juristas de 70 países, el Rey ha subrayado el papel de la Comisión Europea no solo como representante de los intereses generales de la Unión Europea en el mundo, sino también como guardián de los Tratados. En un contexto marcado por la guerra de Ucrania y una creciente polarización, Felipe VI ha apelado a la necesidad de una Comisión Europea fuerte. “En un momento en el que nuestras instituciones y normas son cada vez más cuestionadas, la Comisión Europea nos ha mostrado el valor de la moderación y la centralidad como la clave para hacer política”, ha dicho.

“Estas acciones y actitudes son el corazón de la democracia y esenciales para preservarla. Porque como europeos creo que compartimos claramente la creencia de que la democracia es el alma de Europa”, ha añadido el Rey, recordando la disposición de España a sumar esfuerzos en la integración europea. España ostenta actualmente la presidencia del Consejo de la UE.

La imagen de Europa como un proyecto de esperanza, que vela por el bienestar de todos, “de nuestros países y sociedades”, por ser, dijo el monarca, “el proyecto más significativo de integración multinacional en nuestra historia reciente”, cobró especial relevancia este viernes “en la sede de la ONU, un lugar donde debemos asegurar el futuro de nuestro planeta”, dijo don Felipe, en alusión a las palabras que dirigió a la Asamblea General de la ONU en 2016.

“Ha pasado casi un año y medio desde que empezó la agresión rusa a Ucrania. Desde entonces, hemos presenciado el retorno de la guerra al continente [europeo], hemos visto cómo los pilares sobre los que hemos construido nuestro modelo europeo han sido seriamente desafiados”, concluyó el Rey. “Hoy presenciamos una lucha entre dos visiones del mundo: una de fuerza y represión, de intolerancia y exclusión. Y la otra, la europea, basada en los valores contenidos en el artículo 2 del Tratado de la UE, como la democracia, la dignidad humana, la libertad, la igualdad, el imperio de la ley y el respeto a los derechos humanos”. Los valores europeos, recordó, coinciden en lo fundamental con los principios de la Carta de Naciones Unidas.

En una intervención bilingüe, en inglés y francés, Trudeau alabó también el papel de la UE como crisol de lenguas y pueblos y por haber llevado “paz y prosperidad a Europa durante décadas”. Trudeau, tal vez el líder más europeizado de todos los americanos, recordó que el Brexit, el euroescepticismo, el proteccionismo y el populismo han amenazado al mismo tiempo o sucesivamente el proyecto europeo y a EE UU, en este caso bajo el lema de Trump America First (EE UU primero). Pero ante desafíos desintegradores, recalcó Trudeau, Canadá, igual que la UE, defiende los valores contrarios al aislamiento. Trudeau ponderó el “liderazgo tranquilo” de Von der Leyen, “la verdadera diferencia para Europa, Canadá y el mundo entero”.

En su discurso de aceptación del premio, la presidenta de la Comisión recordó que “la paz mediante el Estado de derecho es también la historia de una Europa unida (…). La historia de nuestra Unión es la de democracias, jóvenes y viejas, que se hacen fuertes juntas. Es la historia del renacimiento de Alemania e Italia después de la guerra. Es la historia del paso de España, Portugal y Grecia de la dictadura a la democracia. Es la historia del renacimiento democrático tras la caída del Telón de Acero. Y el siguiente capítulo de esta historia se está escribiendo hoy: en Ucrania, Moldavia y Georgia, así como en los Balcanes Occidentales. Esta es la promesa de Europa: un continente unido, donde todos son iguales ante la ley, con libertad y democracia para todos”.

Como en las intervenciones del Rey y de Trudeau, la guerra de Ucrania ocupó buena parte del discurso de Von der Leyen. La dirigente europea defendió el plan de paz del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, como “punto de partida para cualquier negociación” y valoró positivamente las reformas emprendidas por el país en su senda hacia la UE. “Putin ha traído la guerra de nuevo al continente europeo. Esta guerra atenta contra los principios fundacionales de la ONU, por eso Europa seguirá apoyando a Ucrania todo el tiempo que haga falta (…). Ucrania no solo lucha por su propia libertad. Ucrania lucha por la libertad de todos los países, porque este es el principio de la Carta de las Naciones Unidas. Nadie quiere la paz más que el pueblo de Ucrania. Pero una paz duradera solo puede construirse sobre los cimientos del derecho internacional”, subrayó la presidenta de la Comisión.

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