Mohamed VI aligera su actividad oficial al acercarse a los 60 años

Después de haber multiplicado su asistencia a actos oficiales a su regreso a Marruecos en marzo, al término de unas vacaciones de tres meses en Gabón, el rey Mohamed VI ha vuelto a espaciar su presencia pública. El monarca de la dinastía alauí cumplió el pasado jueves con la tradición de presidir la celebración religiosa del Eid el Adha, entre las principales del islam, en la mezquita de Hasán II de Tetuán, así como con el ritual del sacrificio del primer cordero en el reino.

Era su primera aparición pública en un mes. Al día siguiente y en pleno puente de la llamada pascua musulmana, el Palacio Real anunció que Mohamed VI no pronunciará por primera vez en 24 años el tradicional discurso conmemorativo de la Revolución del Rey y del Pueblo, que recuerda cada 20 de agosto el exilio de Mohamed V bajo la colonización francesa, hace ahora precisamente 70 años. La cancelación de la intervención del soberano parece confirmar su voluntad de ir soltando lastre en su agenda oficial cuando se aproxima a cumplir los 60 años, precisamente al día siguiente de una fiesta considerada como hito de la lucha por la independencia de los marroquíes bajo el liderazgo de su abuelo.

Mohamed VI apareció en las imágenes difundidas por la televisión pública SNRT visiblemente más delgado en la mezquita de Tetuán, al igual que en las fotografías en las que fue visto por última vez a finales de mayo en la presentación de dos nuevos vehículos marroquíes en el palacio real de Rabat. En su calidad de Emir al Muaminín o Comendador de los Creyentes, le acompañaban su hijo y príncipe heredero, Mulay Hasán, de 20 años, y su hermano y segundo en la línea de sucesión, Mulay Rachid, de 53.

Antes de proceder al degollamiento ritual del cordero en el exterior del templo, el imán rogó a Dios que preservara al rey y coronara de éxito sus acciones. El soberano celebró el Eid el Kebir o Gran Festividad en Tetuán, antigua capital colonial española en el norte de Marruecos, al encontrarse pasando unos días de vacaciones en la residencia real de Midiq (Rincón, durante el protectorado español) en la cercana costa mediterránea próxima a la ciudad autónoma de Ceuta, según informa El Confidencial.

Al día siguiente, viernes, mientras los marroquíes disfrutaban de un puente festivo hasta el domingo, la agencia MAP difundió un comunicado del portavoz oficial del Palacio Real, reproducido íntegramente por los medios de comunicación sin hacer comentarios. “La epopeya histórica”, rezaba el texto oficial sobre la conmemoración del 20 de agosto, “se celebra algunos días después del Discurso del Trono (el 30 de julio, aniversario de la entronización de Mohamed VI) y antes del discurso real en el inicio de sesiones del Parlamento (en octubre). A la vista de la experiencia, ha sido decidido mantener la celebración del aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo sin que sea dirigido un discurso real”.

Durante sus vacaciones del pasado verano en París, el monarca regresó expresamente a Rabat para grabar los tradicionales discursos en las fechas previstas. La cuarta alocución anual del monarca es la que conmemora cada 6 de noviembre la Marcha Verde, la movilización de decenas de miles de civiles en el otoño de 1975 sobre el Sáhara Occidental, que entonces se encontraba bajo administración española.

La supresión por sorpresa del discurso del 20 de agosto se produce tras haberse reanudado el debate sobre la presencia pública en su país de Mohamed VI, que pasó más de seis meses en el extranjero durante 2022 (en Gabón, Seychelles y París) y ha permanecido cerca de tres meses en el exterior desde el inicio de año (en Gabón).

El pasado mayo fue condenado en firme a tres años de cárcel el exministro Mohamed Ziane, de 80 años y también con nacionalidad española. Ziane, que fue titular de la cartera de Derechos Humanos entre 1995 y 1996, antes de militar en la oposición, se halla internado desde hace siete meses en una prisión de las afueras de Rabat, tras ser encausado por 11 delitos, entre ellos el de “insulto a las instituciones”. Hace poco más de un año, difundió un vídeo en las redes sociales en el que criticaba “las ausencias de Mohamed VI”, por desentenderse presuntamente de los asuntos del reino, y reclamaba que abdicase en favor del príncipe heredero Mulay Hasán.

Al término de sus vacaciones de invierno, Mohamed VI regresó este año a Marruecos a finales de marzo desde su residencia de Pointe-Denis, en el estuario de Libreville, coincidiendo con el inicio del mes sagrado musulmán de Ramadán. El soberano interrumpió su descanso para efectuar una visita oficial el 15 de febrero a la capital de Gabón, donde fue observado por primera vez notablemente más delgado. Luego se vio obligado a cancelar en el último momento, por razones de salud, el viaje oficial que tenía planeado la semana siguiente a Senegal, cuando su ministro de Exteriores, Naser Burita, aguardaba ya su llegada en Dakar.

Estado de salud

El estado de salud del rey Mohamed VI, que se sometió a sendas intervenciones de cirugía cardiaca en 2018 y 2020, no suele ser abordado en los comunicados del Palacio Real ni por los medios de comunicación del país magrebí. Tras una etapa inicial de su reinado marcada por las reformas entre 1999 y 2011, Mohamed VI parece haber dejado en los últimos años las riendas de la gestión en manos de consejeros como Fuad Alí el Himma, su excompañero de estudios en el Colegio Real de Rabat, y la seguridad del Estado bajo el mando de Abdelatif Hamuchi, quien acumula el control sobre la Dirección General de Supervisión del Territorio (inteligencia interior) y la Seguridad Nacional, de la que dependen 30.000 policías.

A su regreso de Gabón, Mohamed VI prodigó su presencia en actos oficiales y religiosos, inauguraciones y hasta en una presentación comercial. Presidió en Ramadán las charlas religiosas de eruditos islámicos fundadas por su padre, Hasán II, y retransmitidas por televisión. Durante el mismo mes sagrado se desplazó hasta Tánger para inaugurar un gran complejo hospitalario que llevaba tiempo terminado y mantuvo una intensa actividad pública, que culminó con la presentación automovilística en el palacio real de Rabat, tras haber dejado atrás la gruesa figura que le caracterizaba en los últimos años.

El Palacio Real aún no ha anunciado los actos que tradicionalmente acompañan el discurso real con motivo de la Fiesta del Trono del 30 de julio. Desde 2020, las recepciones y el resto de actividades quedaron suspendidas a causa de las restricciones impuestas durante la pandemia, que ya han sido completamente levantadas por las autoridades de Marruecos.

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