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El terremoto deja sin casa a cientos de miles de personas en Turquía y convierte en inhabitables grandes extensiones de ciudades

El Gobierno de Erdogan calcula que el seísmo ha dejado más de 13 millones de damnificados y decenas de miles han sido evacuados al oeste del país

Dos personas, ante un edificio destruido en Elbistan, este jueves. Foto: FRANCISCO SECO (AP) | Vídeo: EPV
Andrés Mourenza

El terremoto que el pasado lunes sacudió a Turquía y Siria y causó más de 20.000 muertos ha convertido ya en inhabitables grandes superficies de ciudades turcas. “Llevo un autobús vacío a Elbistan, llevaré a las familias que lo quieran hasta Ankara o Eskisehir de manera gratuita. Por favor, reenviad este mensaje”. Y el mensaje de Davut Çankaya, una de las personas que trata de prestar ayuda a las decenas de miles de evacuados que no pueden regresar a sus hogares tras el temblor de la tierra, se extiende con la rapidez del fuego sobre un reguero de pólvora, por grupos de WhatsApp y otras redes sociales. En una hora, las plazas están cubiertas, y a las 14.00 hora local (mediodía en la España peninsular), Çankaya se disponía a partir desde una de las zonas más castigadas del terremoto hacia regiones más seguras.

Movido por la desgracia de quienes lo han perdido todo en el terremoto, este vecino de Eskisehir (noroeste de Turquía) decidió pedir prestados unos autobuses y acudir al rescate de la gente. “Este es mi segundo viaje, ayer [jueves] traje cuatro autobuses, pero vi que había mucha necesidad y volví. Esta vez solo con un autobús, porque yo pago la gasolina y no me llegaba para más”, explica Çankaya al teléfono.

Como él, numerosos ciudadanos anónimos y equipos que han llevado ayuda y regresan vacíos de la zona afectada por el seísmo ―superior en extensión a Andalucía― se ofrecen a trasladar a las familias que desean ser evacuadas. Estos esfuerzos individuales se unen a los del Estado. AFAD, la agencia de emergencias del Gobierno, ha establecido puntos de gestión de las evacuaciones donde se les informa sobre dónde serán alojados y en qué provincias. A los afectados de cada localidad dañada se les ha asignado una provincia de acogida, fundamentalmente en la costa del mar Egeo y en la del Mediterráneo. Posteriormente, se les traslada en avión, tren o por carretera. De esta manera, han sido evacuadas 76.000 personas. Por su parte, la aerolínea privada Pegasus informó de que ha ayudado a transportar a 30.771 damnificados por el terremoto en 169 vuelos establecidos para este fin: “Con el objetivo de evacuar a los ciudadanos de las zonas del terremoto, todos los vuelos extra hasta el 19 de febrero serán gratuitos. Continuaremos haciendo lo que esté en nuestras manos para acelerar las evacuaciones”.

En la Costa Turquesa, numerosos hoteles han abierto sus puertas, antes y después de la petición del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de convertir esta región —la más turística de Turquía― en un lugar de acogida para los damnificados. “La gente está en una situación muy difícil, no tienen casa, no tienen donde cobijarse y, de hecho, nuestras instalaciones estaban cerradas por la temporada invernal, así que decidimos abrir el hotel a la gente”, cuenta Ilker Turgut, propietario del hotel Esvida, de la localidad de Kemer. Las 120 camas de que dispone están ya ocupadas por víctimas del terremoto, a las que se ofrece alojamiento y comida sin coste alguno. El propio Erdogan ha admitido este viernes retrasos en el suministro de ayuda. La respuesta a la catástrofe “no ha sido tan rápida como el Gobierno habría querido”, ha señalado.

La solidaridad del país a la hora de acoger a las víctimas es fundamental dada la devastación ocasionada por el seísmo. El Gobierno turco calcula que hay 13,5 millones de afectados y ha pedido a las personas que no vuelvan a sus hogares, aunque se mantengan en pie, si hay la más mínima sospecha de que están dañados, puesto que las réplicas ―de las que se han registrado más de 4.000 de diversa magnitud― podrían terminar de derribarlos. Aunque ya se han establecido 138.000 tiendas de campaña en la zona, alojar a todos en los campamentos resulta imposible.

“Todavía no hay todos los campamentos que se desearía y, por eso, aquellos que han perdido sus hogares se ven obligados a abandonar la región, quieran o no. Porque, junto a los edificios, también se han venido abajo las infraestructuras y no hay posibilidad de vivir en esas ciudades”, explica el sociólogo Dogan Emrah Ziraman, residente en Esmirna y que participa en varias iniciativas sociales desde el terremoto en aquella ciudad en 2020. “Así que, por ejemplo, hoy me ha llegado la petición de una familia que buscaba casa en Esmirna. Lo he comunicado en un grupo de WhatsApp y, antes de una hora, se le ha encontrado una casa”, relata: “Hay cientos de historias de hoteles y pensiones que están abriendo sus puertas a los damnificados, o de gente que los acoge o les deja quedarse en casas vacías sin pagar alquiler. Pero, a pesar de estas historias positivas, sigue habiendo muchos problemas de vivienda para los afectados por el terremoto”.

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Inspecciones

El ministro de Urbanismo, Murat Kurum, elevó este viernes a 12.141 el número de edificios que se han venido abajo por el terremoto. Sin embargo, la cifra continuará aumentando a medida que las inspecciones continúen. Por ejemplo, el Departamento de Ingeniería de Terremotos de la Universidad del Bósforo ha hecho una estimación sobre la destrucción sufrida por la ciudad de Kahramanmaras, capital de la provincia donde se registró el epicentro de los dos terremotos de magnitud 7,8 y 7,5. Su estudio considera que, en esta localidad de 670.000 habitantes, 2.192 edificios han sido completamente destruidos y que en torno al 40% de sus 50.000 edificios son inhabitables. La alcaldesa metropolitana de Gaziantep, Fatma Sahin, también ha reconocido que “la mitad de Islahiye”, otra localidad cercana al epicentro del primer terremoto y de 67.000 habitantes, “ha desaparecido”.

El ministro Kurum ha asegurado que, cuando se terminen los trabajos de rescate y de retirada de escombros, se iniciará “la mayor movilización de la historia de la República” para reconstruir las viviendas de la zona devastada. Erdogan ha prometido culminar la reconstrucción en el plazo de un año y, este viernes, anunció que, durante ese tiempo, el Estado cubrirá el precio de los alquileres que tengan que pagar los damnificados. “Estamos preparando un programa para que el país, empezando por la zona del terremoto, pueda volver a ponerse en pie”, dijo Erdogan.

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