El Tribunal Supremo de Brasil obliga el Gobierno a solicitar el certificado covid a extranjeros

El Supremo Tribunal Federal de Brasil ordenó que todos los viajeros que ingresen en el país procedentes del exterior presenten un comprobante de haberse vacunado contra la covid. La decisión del magistrado Luis Roberto Barroso contraria la posición del Gobierno de Jair Bolsonaro, que hasta ahora exigía solo una cuarentena de cinco días a los viajeros, pero no el certificado de inmunización. El juez justifica la exigencia por la urgencia del tema y el riesgo de que Brasil se convierta en un destino del turismo antivacunas.

El fallo se ha de confirmar en una audiencia del pleno virtual de la Corte, prevista para el miércoles y jueves. La exigencia, sin embargo, empezará a valer desde antes de esa decisión colegiada, tan pronto se notifique a las autoridades, lo que debe ocurrir este lunes.

“La entrada diaria de miles de viajeros en el país, la aproximación de las fiestas de fin de año, de eventos previos al carnaval y del carnaval mismo, aptos a atraer una gran cantidad de turistas, y la amenaza de promover un turismo antivacunas, dada la imprecisión de las normas para exigir su comprobación, configuran un inequívoco riesgo inminente”, escribe el juez Barroso en su decisión.

El magistrado atendió una demanda del partido Red Sostenibilidad, de oposición a Bolsonaro, que exigía al Gobierno federal adoptar medidas recomendadas por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) para contener la diseminación del coronavirus, sobre todo ante la nueva variante ómicron.

Según Barroso, limitar esas medidas a una cuarentena de cinco días “creaba una situación de absoluto descontrol y de consecuente ineficacia de la norma”. “Ya son más de 600.000 vidas perdidas, y aún persisten actitudes negacionistas”, añadió.

El fallo determina que el comprobante de vacunación se puede sustituir por una cuarentena solamente en el caso de viajeros no elegibles para vacunación, o “que sean provenientes de países donde comprobadamente no exista vacunación disponible con amplio alcance”.

La decisión del ministro contraria lo defendido por el Gobierno. En la última semana, el presidente Bolsonaro rechazó adoptar un pasaporte covid para viajeros, porque, según el mandatario, es preferible “morir a perder la libertad”. Las palabras proferidas el pasado martes en un discurso en el Palacio del Planalto, la sede de la presidencia en Brasilia, fueron respaldadas horas después por su ministro de Sanidad, Marcelo Queiroga.

“Vemos ahora una enorme pelea aquí sobre el pasaporte de vacunación. El que sea favorable que no se olvide: mañana alguien puede imponerte algo a lo que no seas favorable. Y uno se pregunta: ¿quién se vacuna puede contraer el virus? Sí puede, y lo contrae. ¿Puede transmitirlo? Sí, y lo transmite. ¿Puede morir? Sí puede, como ha muerto mucha gente, lamentablemente”, dijo el presidente.

Queiroga lo corroboró al decir que Brasil aspira a ser “el paraíso del turismo mundial”. “Es necesario defender las libertades individuales, respetar los derechos de los brasileños a acceder libremente a las políticas públicas de sanidad. Vamos a controlar la sanidad, hacer que nuestra economía vuelva a generar empleo y renta. Esa cuestión de la vacunación, como remarqué, funcionó porque nosotros respetamos las libertades individuales. El presidente dijo ahora hace poco: ‘A veces, es mejor perder la vida que perder la libertad’”, reiteró el ministro de la Sanidad.

El 27 de noviembre, el Gobierno había decidido prohibir la entrada de viajeros procedentes de Sudáfrica, Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Namibia e Zimbabue, región donde se detectó la variante ómicron. Este sábado, el estado de São Paulo, el más poblado de Brasil, confirmó su cuarto caso de la nueva variante, el octavo conocido en el país. Se trata de un hombre de 67 años que no viajó afuera de Brasil. Las autoridades sanitarias aún trabajan para verificar si el nuevo infectado se acercó a alguien con historial de viaje. Por eso, aún no es posible determinar si ya existe transmisión comunitaria en Brasil, lo que ocurre cuando el contagio ya está tan difundido que el origen de la infección no puede ser identificado.

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