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Un caso de corrupción amenaza a dos exjefes de Gobierno y ocho exministros griegos

El Parlamento debate la apertura de una investigación por supuestos sobornos de una gran farmacéutica entre 2006 y 2015

María Antonia Sánchez-Vallejo
Sede de la farmacéutica Novartis en Atenas.
Sede de la farmacéutica Novartis en Atenas. Petros Giannakouris (AP)

La política griega se arrastra por el fango estos días a causa del enésimo caso de corrupción, el relativo a supuestos pagos de la farmacéutica Novartis a diez veteranos políticos que han servido en anteriores Gobiernos, entre ellos dos ex primeros ministros, el actual gobernador del Banco de Grecia y un comisario europeo en ejercicio. El Parlamento debatirá esta noche si estos diez políticos deben ser investigados, en votaciones por separado (diez urnas, una por cada implicado), por recibir presuntamente dinero de la farmacéutica suiza, en lo que algunos medios extranjeros, como el diario alemán Der Spiegel, no han dudado en denominar el escándalo más grave en la historia del país y que ha elevado la tensión del debate político hasta extremos inéditos.

En una votación prevista para primeras horas de la madrugada de este jueves, el pleno del Parlamento deberá pronunciarse sobre la creación de una comisión de investigación preliminar, único órgano competente para autorizar un proceso legal contra miembros o antiguos miembros del Gobierno por hechos cometidos durante el ejercicio de sus funciones.

El caso Novartis, que algunos consideran una cortina de humo para distraer la atención del contencioso de Macedonia —un quebradero de cabeza para el actual Gobierno—, ha costado también una demanda por difamación al actual primer ministro, Alexis Tsipras, por parte de su antecesor conservador Andonis Samarás, jefe de Gobierno entre 2012 y 2015, que figura en la nómina de imputados. Junto a él aparecen entre otros Evánguelos Venizelos, en su día líder del Pasok y ministro de Finanzas; el gobernador del Banco de Grecia y titular de Finanzas, también con Samarás, Yanis Sturnaras, y el actual comisario de Inmigración, Dimitris Avramópulos, que era ministro de Sanidad cuando se produjo presuntamente el escándalo. Prueba de lo enconado de la tensión reinante son, por ejemplo, las declaraciones que este último hizo este martes a la televisión privada Skai: “Los bastardos que han creado esta conspiración lo pagarán en los tribunales”. Para el Ejecutivo, el caso revela "los métodos mafiosos" de los precedentes Gobiernos conservador y socialdemócrata. 

La 'cuestión macedonia'

Cuando aún no se han apagado los ecos de la multitudinaria manifestación que el pasado 4 de febrero concentró en Atenas a más de un millón de personas en contra de cualquier cesión nominal en el contencioso con la Antigua República Yugoslava de Macedonia (FYROM, en sus siglas inglesas), este escándalo basado en el testimonio de tres testigos protegidos, alguna de cuyas identidades ha sido revelada por medios sensacionalistas, ha agitado hasta extremos insospechados las de por sí agitadas aguas políticas griegas. Ni las buenas perspectivas económicas —pese al jarro de agua fría que ha supuesto la congelación del siguiente tramo del rescate hasta finales de marzo—, ni la renovada tensión con Turquía acerca del islote de Imia —según la oposición, otra maniobra de distracción del Ejecutivo de Tsipras—, han opacado el escándalo de sobornos, desfalco y lavado de dinero protagonizado por la multinacional farmacéutica de 2006 a 2015 para promover sus productos en el mercado heleno. Los diez nombres ya aparecieron en 2006 en una investigación de la fiscalía anticorrupción griega tras revelaciones de la policía federal estadounidense (FBI) sobre casos de competencia desleal de Novartis en Grecia.

El gigante suizo es sospechoso de haber pagado presuntamente a responsables políticos y a médicos para lograr una posición dominante en el mercado griego y vender medicamentos a precios elevados, aun existiendo alternativas más asequibles. Cálculos judiciales elevan a 3.000 millones de euros el monto de las pérdidas que ello habría originado a las arcas públicas. Tsipras ha anunciado su intención de recuperar el dinero del que Novartis ha privado al Estado griego.

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Según datos de la OCDE recogidos por la agencia France Presse, el gasto farmacéutico en Grecia supera ampliamente la media europea. Si en 2006 representaba el 23,6%, en 2011 alcanzaba el 30,7%. La presión de la troika de acreedores hizo que el porcentaje disminuyese hasta el 25,9% en 2015. El propio Samarás se preciaba, al presentar la demanda a Tsipras la semana pasada, de haber contribuido a “reducir de manera radical el gasto farmacéutico”.

En medio de incesantes rumores sobre una posible convocatoria anticipada de elecciones —en teoría, la legislatura concluye en septiembre de 2019—, las encuestas de intención de voto dan a la conservadora Nueva Democracia (ND) una ventaja de al menos diez puntos sobre Syriza. La reciente reconfiguración del centroizquierda en torno al defenestrado Pasok añade también incertidumbre a la batalla partidista Todos los políticos que figuran en la lista del caso Novartis pertenecen a ND y el Pasok.

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