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Los arrestos en la frontera mexicana caen con Trump a niveles de 1971

Las detenciones fronterizas descienden en un 24% y las capturas en el interior aumentan en un 25%

Una imagen de la frontera entre EE UU y Mexico.
Una imagen de la frontera entre EE UU y Mexico.DAVID MCNEW (AFP)

A Donald Trump no le hizo falta el muro, con sus palabras bastó para reducir la entrada de inmigrantes. La dura retórica del presidente de Estados Unidos quedó comprobada este martes: el número de detenciones en la frontera con México cayó en un 24% en el período fiscal de 2017 con respecto a 2016. Los 310.500 arrestos suponen el nivel más bajo en 46 años, según las cifras publicadas este martes por el Departamento de Seguridad Nacional.

“Los números demuestran el efecto de la Administración Trump y es otro logro más de este primer año. Pero el muro, la protección de la frontera y una reforma migratoria siguen siendo necesarios”, afirmó la portavoz de la Casa Blanca en la rueda de prensa diaria. Las cifras corresponden al período desde el 1 de octubre de 2016 hasta el 30 de septiembre de 2017, por lo que únicamente refleja datos de ocho meses de la Administración Trump, que tomó posesión el 20 de enero.

Las cifras sí se alinean con una serie de discursos de campaña del republicano a lo largo del 2016, en los que humilló a los inmigrantes mexicanos al llamarles “violadores y narcotraficantes” y anunció su plan de construir un muro en la frontera sur. “¿El nivel más bajo desde hace 46 en arrestos fronterizos? Eso no es una coincidencia. Este presidente, les guste o no, está haciendo las cosas adecuadas”, afirmó Tom Homan, el director temporal de la policía migratoria ICE.

El 58% de los detenidos está compuesto por centroamericanos, principalmente de El Salvador, Honduras y Guatemala. Casi 128.000 son mexicanos.

Dentro del territorio estadounidense, las fuerzas de seguridad detuvieron a 143.470 personas, un incremento del 25% con respecto al año fiscal anterior. El aumento también refleja el endurecimiento de la política migratoria de Trump, que al contrario que la de su predecesor, no prioriza a quienes han cometido delitos sino que busca deportar a cualquier indocumentado. “No hay personas que estén a salvo. Si están en el país ilegalmente, les buscaremos y les arrestaremos”, reiteró Homan. En torno a la mitad de los arrestados por el país fueron deportados, otra cifra que aumentó con respecto al período del año anterior.

La organización Human Rights Watch y otros grupos activistas denunciaron los aumentos en las deportaciones y los arrestos a indocumentados, alegando que atentan contra derechos fundamentales. “La cantidad de personas siendo deportadas y los relatos que ofrecen dejan en evidencia que quienes inmigraron hace tiempo y tienen lazos sólidos con EE UU, están siendo detenidos y deportados de manera agresiva y sistemática”, afirmó Clara Long, investigadora de HRW.

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Más allá de las deportaciones y los arrestos, la Administración Trump ha atacado a los indocumentados con medidas como la finalización del programa DACA, que permitía trabajar y estudiar a inmigrantes que llegaron a EE UU siendo menores, o la retirada de fondos a las llamadas ciudades santuario, que evitan atacar a indocumentados que no hayan cometido delitos. A su llegada a la Casa Blanca, el presidente también autorizó la contratación de 15.000 agentes adicionales para la policía migratoria. El mes pasado, el Departamento de Seguridad Nacional anunció la retirada del Estatus de Protección Temporal —un programa migratorio especial para ciudadanos afectados por guerras o desastres naturales—para 2.500 nicaragüenses y 59.000 haitianos, que tras décadas viviendo en EE UU deberán marcharse o encontrar otro permiso para permanecer legalmente.

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