Fragor guerrero para despertar al viejo general
Los médicos que tratan a Sharon proponen hacerle escuchar grabaciones de sus campañas militares para estimular sus facultades cognitivas
El estruendo del combate, los estallidos de las bombas o el zumbido de los aviones a reacción paralizan y provocan el pánico entre el común de los mortales. Sin embargo, ese fragor bélico podría tener un efecto radicalmente distinto en el primer ministro israelí, Ariel Sharon, que se debate entre la vida y la muerte en un hospital de Jerusalén desde hace una semana. Según informa hoy el diario Yediot Aharonot, los médicos que tratan al viejo general estudian hacerle escuchar grabaciones de guerra para estimular sus facultades cognitivas y facilitar su recuperación.
La estrategia de los doctores del Hospital Hadassh ha sido intentar despertar los sentidos entumecidos de Sharon, que intenta salir de un coma inducido, con estímulos próximos y familiares al líder israelí o relacionados con sus gustos e inclinaciones. Así, en días pasados, los médicos le han hecho escuchar grabaciones de Mozart, su compositor predilecto, le han acercado un plato de shawarma, carne de pavo en pan de pita, el plato favorito del mandatario, para incentivar su sentido del olfato, y su hijo Omri le ha susurrado algunas palabras en el oído.
El resultado ha sido levemente esperanzador. Sharon está fuera de peligro inmediato aunque los galenos han advertido de que la recuperación "nunca será completa" y que aún es pronto para conocer los daños. Ayer movió el brazo izquierdo, después de que el lunes moviera el brazo y la pierna derechos. Las últimas informaciones ofrecidas desde el hospital Hadassah indicaban que Sharon seguía dormido. No se cree que despierte hasta dentro de 48 horas, cuando elimine los sedantes que se le administraron en el coma.
Brillante carrera militar
Las tres décadas que Sharon pasó en el Ejército israelí forjaron su alma decididamente militar. El jefe del Gobierno israelí tuvo su bautismo de fuego en la guerra contra los árabes de 1948, en la que estuvo encargado de la represalia contra los fedayin que hostigaban a Israel desde los Estados vecinos y llegó a ostentar el cargo de comandante en jefe de la Brigada Paracaidista. Casi 20 años después, en 1967, demostró sus dotes de estratega dirigiendo un cuerpo de Ejército. Y en 1973, cuando ya estaba en la reserva, fue llamado para comandar durante la guerra del Yom Kipur a la sección central del Sinaí. Al frente de la misma confirmó definitivamente sus galones llevando a sus blindados a las puertas de El Cairo.
Sharon, de 77 años, fue intervenido el pasado 4 de enero de urgencia en el quirófano del hospital Hadassa de Jerusalén tras sufrir una hemorragia cerebral masiva, mucho más grave que el leve infarto que tuvo el pasado 18 de diciembre. Las funciones del primer ministro fueron transferidas de forma provisional al viceprimer ministro, Ehud Olmert. Su hospitalización tiene muchas repercusiones políticas, que afectan tanto al futuro del país como de todo Oriente Próximo. El país celebra elecciones el 28 de marzo y los sondeos situaban en cabeza a Sharon y su nuevo partido, Kadima, creado tras dejar el Likud.
El hospital donde se halla internado Sharón ha recibido acusaciones de supuesta negligencia en el tratamiento administrado al primer ministro y puede afrontar por ello una investigación pública. La prensa destaca hoy la posibilidad de que las fuertes hemorragias que ha sufrido el primer ministro se debieran a los anticoagulantes que le fueron suministrados después del leve infarto cerebral que sufrió diciembre. El hospital confirmó ayer que conocía desde un principio el hecho de que Sharón sufría además una angiopatía amiloidea cerebral, dolencia que aumenta el riesgo de infartos y hemorragias cerebrales en estos pacientes, pero, pese al riesgo, los especialistas decidieron administrarle anticoagulantes dos veces al día.
La recuperación, "cuestión de meses"
La vida del primer ministro israelí, Ariel Sharon, continúa en peligro a pesar de que continúa mejorando tras sufrir un infarto cerebral, según ha afirmado Jose Cohen, uno de los médicos que le tratan. "La vida del primer ministro continúa en peligro. Sufrió un serio ataque, y punto", ha afirmado Cohen a una televisión israelí.
Cohen ha añadido que "hasta que no hayamos pasado unas cuantas etapas más debemos ser aún muy cautos, tenemos esto presente cada día, hasta que nos encontremos fuera de peligro". El equipo médico también ha señalado hoy que la recuperación de Sharon "no es cuestión de días o semanas sino de meses".
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