El Gobierno británico intentó destruir documentos tres días después de la muerte de Kelly
Un soldado estadounidense muerto y tres heridos en un ataque al norte de Bagdad
El Ministerio de Defensa del Reino Unido intentó destruir varios documentos en los que se exponía su estrategia mediática con respecto al experto en armas biológicas David Kelly tres días después del aparente suicidio del científico, según publica hoy el diario británico The Daily Telegraph.
Según declaraciones realizadas al periódico por responsables de este departamento, los papeles fueron hallados por guardias de seguridad del ministerio en un saco de basura clasificada como confidencial que iba a ser incinerada. Tras el descubrimiento, apunta el Telegraph, los guardias alertaron a la policía, aunque se desconoce si los documentos fueron finalmente destruidos.
En este sentido, Defensa ha admitido hoy que se produjo una "violación de seguridad" al encontrarse una bolsa de basura con material confidencial, si bien ha subrayado que esos documentos no tienen importancia en la investigación sobre la muerte del científico, al tiempo que ha calificado de "desmesurada" la reacción de los guardias de seguridad. Por su parte, el diario advierte de que este intento de destrucción de documentos amenaza con alimentar las acusaciones contra el Ministerio de Defensa sobre su intento de enterrar el asunto.
La investigación, en marcha
Kelly, microbiólogo, ex inspector de desarme de Naciones Unidas en Irak y asesor de Defensa, fue encontrado sin vida el pasado 18 de julio. El científico era la fuente principal de una información de la cadena BBC que acusaba al Gobierno de exagerar las pruebas contra el régimen iraquí para justificar la guerra. Aparentemente, el experto se suicidó el 17 de julio, nueve días después de que su nombre fuera filtrado a la prensa y tras comparecer ante la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento que investigó si el Gobierno manipuló información para atacar Irak.
El suceso, que ha generado un fuerte revuelo acerca de los metodos usados por los medios para lograr información y que ha engordado la polémica en torno a las verdaderas razones para la guerra de Irak, está ya en los tribunales. El juez James Hutton abrió ayer la investigación sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Kelly y anunció que citará a declarar al primer ministro británico, Tony Blair, y al titular de Defensa, Geoof Hoon, entre otros testigos.
Mientras tanto, continúa el reguero de militares muertos en la sangrienta transición de Irak. Un soldado estadounidense murió y otros tres resultaron heridos anoche cuando su convoy fue atacado con cohetes antitanque al norte de Bagdad, según ha informado un portavoz del Ejército de EE UU. "Un soldado perteneciente a la Cuarta División de Infantería murió y otros tres resultaron heridos ayer sobre las 22.30 horas locales (20.30 hora española) cuando su convoy fue objeto de un ataque con cohetes antitanque en el sur de Shumayat", entre Balad y Tikrit, al norte de Bagdad.
El entierro de los hijos de Sadam
Las tropas de Estados Unidos han entregado hoy los cadáveres de Uday y Qusay, los dos hijos varones del depuesto presidente iraquí, Sadam Husein, a la Media Luna Roja para su sepultura, según han informado fuentes militares estadounidenses.
De acuerdo con las fuentes, la organización humanitaria los ha trasladado a Tikrit, al norte de Bagdad, de donde es originaria la familia de Sadam Husein y ciudad en la que, según testigos, han sido inhumados esta mañana en el panteón familiar, situado en la cercana Aujah. Uday y Qusay murieron la semana pasada tras ofrecer una feroz resistencia a los soldados que se disponían a detenerlos en una mansión de la ciudad de Mosul, en el norte del país.
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