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La ciencia no es un invento exclusivo de Europa

Lejos del relato más habitual, eurocéntrico, la ciencia moderna es una suma de ideas y personas de varias culturas del mundo. ‘Ideas’ adelanta un extracto del libro del historiador James Poskett

Intercambio científico entre un erudito chino, uno japonés y uno holandés en el siglo XVIII (Wikipedia).
Intercambio científico entre un erudito chino, uno japonés y uno holandés en el siglo XVIII (Wikipedia).

¿Dónde nació la ciencia moderna? Hasta hace muy poco, la mayoría de los historiadores habrían respondido de la siguiente manera: la ciencia moderna se inventó en Europa en algún momento entre los siglos XVI y XVII. Esta historia suele empezar con el astrónomo polaco Nicolás Copérnico. En Sobre las revoluciones de los orbes celestes (1543), Copérnico afirmaba que la Tierra gira alrededor del Sol. Era una idea radical. Desde la época de los antiguos griegos, los astrónomos creían que la Tierra se hallaba en el centro del universo. Por primera vez, los pensadores científicos de la Europa del siglo xvi empezaron a desafiar a la sabiduría antigua. A Copérnico le siguieron otros pioneros, miembros de lo que a menudo se conoce como “la revolución científica”; el astrónomo italiano Galileo Galilei, el primero en observar las lunas de Júpiter en 1609, y el matemático inglés Isaac Newton, quien estableció las leyes del movimiento en 1687. La mayoría de los historiadores dirían después que este patrón continuó así durante los siguientes cuatrocientos años. La historia de la ciencia moderna, tal como se suele contar, es un relato centrado casi exclusivamente en hombres como Charles Darwin, el naturalista británico del siglo XIX que presentó la teoría de la evolución mediante selección natural, y Albert Einstein, el físico alemán del siglo XX que propuso la teoría de la relatividad especial. Desde el pensamiento evolucionista del siglo XIX a la física cósmica del XX, la ciencia moderna, según nos cuentan, es un producto exclusivamente europeo.

B8PJJM Manuscript of Astronomers working in 16th century observatory Istanbul.  Observatorio de Estambul, construido originalmente en 1577
B8PJJM Manuscript of Astronomers working in 16th century observatory Istanbul. Observatorio de Estambul, construido originalmente en 1577 Sonia Halliday Photo Library (Alamy Stock Photo)

Este relato es un mito. […] La ciencia no fue un producto únicamente de la cultura europea. Más bien, la ciencia moderna ha sido el resultado de reunir a personas e ideas de diferentes culturas de todo el mundo. Copérnico es un buen ejemplo. Escribió en una época en la que Europa estaba forjando nuevas conexiones con Asia, con caravanas que viajaban a lo largo de la Ruta de la Seda y galeones que navegaban por el océano Índico. Para su trabajo científico, Copérnico se basó en técnicas matemáticas que toma prestadas de textos árabes y persas, muchos de los cuales acababan de llegar a Europa. También se produjeron otros intercambios científicos a lo largo de Asia y África. Durante este mismo periodo, los astrónomos otomanos viajaron por el Mediterráneo, llevando con ellos unos conocimientos que eran una combinación de ciencia islámica con nuevas ideas tomadas prestadas de pensadores cristianos y judíos. En el África Occidental, en las cortes de Tombuctú y Kano, los matemáticos estudiaban los manuscritos árabes importados desde el otro lado del Sáhara. Hacia el este, los astrónomos de Pekín leían los clásicos chinos además de textos científicos en latín. Y en la India, un acaudalado marajá contrató a matemáticos hindúes, musulmanes y cristianos para reunir algunas de las tablas astronómicas más exactas jamás realizadas.

El equilibrio del mundo científico se está desplazando. China ya ha superado a Estados Unidos en financiación científica.
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Todo esto plantea la necesidad de contar la historia de la ciencia moderna de un modo muy diferente. […] Los momentos clave de la historia global han condicionado el desarrollo de la historia de la ciencia moderna. Empezamos con la colonización de las Américas durante el siglo xv y avanzamos desde ese momento hasta el presente. Por el camino exploramos los principales hitos de la historia de la ciencia, desde la nueva astronomía del siglo XVI hasta la genética del XXI. En cada caso, muestro cómo el desarrollo de la ciencia moderna estuvo condicionado por el intercambio cultural global. Sin embargo, merece la pena recalcar que esta no es simplemente una historia del triunfo de la globalización. Después de todo, el intercambio cultural se produjo de modos muy diferentes, muchos de los cuales fueron sumamente explotadores. Durante gran parte de la Edad Moderna temprana, la ciencia se fue conformando gracias al crecimiento de la esclavitud y los imperios. Durante el siglo XIX, el desarrollo del capitalismo industrial transformó la ciencia. Y durante el siglo XX, la historia de la ciencia se explica mejor teniendo en cuenta la Guerra Fría y la descolonización. A pesar de estos profundos desequilibrios de poder, personas de todo el mundo realizaron contribuciones significativas al desarrollo de la ciencia moderna. Durante cualquier periodo que analicemos, la historia de la ciencia no se puede contar como un relato que se centre exclusivamente en Europa.

Horizontes: una historia global de la ciencia. 

Nunca ha sido mayor la necesidad de contar esta historia. El equilibrio del mundo científico se está desplazando. China ya ha superado a Estados Unidos en financiación científica y, en los últimos años, investigadores chinos han producido más artículos científicos que los de cualquier otro país. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) lanzaron una misión no tripulada a Marte en el verano de 2020, y expertos informáticos de Kenia y Ghana desempeñan un papel cada vez más importante en el desarrollo de la inteligencia artificial. Al mismo tiempo, los científicos europeos tienen que afrontar las consecuencias del Brexit, mientras que los servicios de seguridad rusos y estadounidenses continúan librando una guerra cibernética.

La propia ciencia está plagada de controversias. En noviembre de 2018, el biólogo chino He Jiankui estremeció al mundo al anunciar que había podido modificar con éxito los genes de dos bebés humanos. Muchos científicos creyeron que era demasiado arriesgado probar esa técnica con personas. Sin embargo, tal como aprendió rápidamente el mundo, es muy difícil hacer cumplir un código internacional de ética científica. Oficialmente, el Gobierno chino se distanció de la investigación de He y lo condenó a tres años de prisión. Pero, en 2021, algunos investigadores en Rusia ya están amenazando con replicar su controvertido experimento. Además de las cuestiones relacionadas con la ética, la ciencia actual, al igual que ocurrió en el pasado, es víctima de profundas desigualdades. En la cima de la profesión, los científicos de minorías étnicas están infrarrepresentados, los científicos y estudiantes judíos siguen sufriendo abusos antisemitas, mientras que a muchos investigadores de fuera de Europa y Estados Unidos se les suelen negar los visados para viajar a conferencias internacionales. Si queremos abordar dichos problemas, necesitamos una nueva historia de la ciencia, una que represente mejor el mundo en el que vivimos.

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