Sudar la camiseta (y mejor, si es de algodón): Martiño Rivas y la importancia de la ropa que eliges para entrenar
El actor gallego protagoniza la última campaña de Zalando, ‘Sentirse bien, te queda bien’, acerca del papel de la moda deportiva como una herramienta poderosa para rendir, encontrar la motivación o expresarse.
Dice Martiño Rivas que, cuando se trata de ejercicio, es “como un perro. Hay que sacarme a correr”. Además de su conocida devoción por el Deportivo, el intérprete coruñés practica deporte hasta la extenuación: running, natación, boxeo... “Siempre me gustó la sensación de quedarme sin aire y de sentir que se me va a salir del pecho el corazón”, apunta. Por eso no resulta extraño que para encarnar a Nacho Vidal en la que fue una de las series más atrevidas e interesantes del año pasado, una suerte de Boogie Nights patrio sobre la enigmática estrella del porno, el ejercicio de resistencia que más le costó ejecutar fuera mantenerse alejado del catering durante el rodaje. Le gusta sudar la camiseta. Incluso las elige de algodón para sentirse más realizado.
El actor es uno de los protagonistas de la última campaña de Zalando, Sentirse bien, te queda bien, en la que reivindican la importancia de la moda deportiva como elemento motivacional y de rendimiento. Rivas, al igual que sus compañeros —la actriz Anna Castillo, las cantantes Mushka y Nia Correia y el DJ Manuel Dumas completan el reparto—, confirma la media: según el estudio sobre hábitos deportivos realizado por la plataforma de moda, más del 77% de los españoles afirman practicar deporte de manera habitual; buscan sentirse mejor consigo mismos (el 38%) y sacudirse el estrés (el 35%). ¿Pero hasta qué punto la ropa hace al deportista?
Cómo es tu relación con el deporte, ¿necesidad u obligación?
Desde niño encuentro placer y alivio en el esfuerzo físico. Recuerdo que una vez mi entrenador de fútbol en el Relámpago de Elviña me dijo en el vestuario, delante de todos mis compañeros de equipo: “Martiño, eres especial por dos motivos. Nunca he visto a nadie que corra tanto en un campo de fútbol. Y nunca he visto a nadie que corra tanto sin sentido en un campo de fútbol”. Todavía no tengo claro cómo interpretar aquella observación, si como un halago o una mofa. Supongo que ambas. En cualquier caso, el deporte es una oportunidad para desahogarme, quemar energía y purgar las malas vibras. Intento romper a sudar todos los días. Soy como un perro, hay que sacarme a correr.
Tus últimos papeles, como el de la serie Nacho, también requerían una gran preparación física. ¿Cómo encuentras la motivación? ¿Algún deporte por el que sientas especial devoción?
El ejercicio físico es una especie de catarsis. Me ayuda a estructurar el día, a despejar la mente y a dormir mejor. No necesito ninguno en particular. Es como con las lesiones. Si me duele el hombro, corro. Si me duele el tobillo nado. Si me molesta la mano izquierda, cambio la guardia y le pego al saco de zurdo. El cuerpo a veces manda señales y hay que intentar escucharlo. Elijo el deporte en función de eso.
Mi entrenador de fútbol me dijo: “Martiño, eres especial por dos motivos. Nunca he visto a nadie que corra tanto en un campo de fútbol. Y nunca he visto a nadie que corra tanto sin sentido en un campo de fútbol”Martiño Rivas
¿Y la ropa? La equipación del Dépor ya forma parte de tu armario cotidiano, ¿pero cómo ha evolucionado tu uniforme deportivo?
He pasado por distintas fases. Ha habido épocas en las que solo quería entrenar con prendas de algodón porque me sentía realizado al ver lo que había sudado una vez terminado el entreno. Ahora, que estoy boxeando con mucha regularidad, utilizo ropa técnica porque con el algodón acababa encharcado. Procuro ponerme varias capas, por lo menos hasta que rompo a sudar. Pero no entreno con camisetas vintage del Dépor. Eso son reliquias. Hay que cuidarlas. Sacarlas de paseo, pero con mimo.
Parafraseando el lema de campaña, desde Zalando aseguran que “sentirse bien, te queda bien”. ¿Alguna prenda con la que te sientas especialmente a gusto?
Unos leggings con un estampado hortera o un color chillón. No me los pondría para estar en la sala de máquinas, pero si vas a hacer algo de contacto o un cardio intenso es lo más práctico.
A la hora de crear el uniforme deportivo, ¿por dónde empezamos? ¿A qué le das más importancia?
Los pies. La relación que estableces con el suelo es vital. En función de los movimientos que vayas a hacer necesitas un tipo determinado de agarre, drop, sujeción… Las zapatillas son como la espada del galán, la pócima del druida, la capa del superhéroe. Ahí empieza la transformación.
En lo que a ropa deportiva se refiere, ¿cuál ha sido tu mayor acierto y tu mayor error a la hora de hacer deporte?
El momento clave es cuando preparo la mochila. Si no me he dejado nada en casa es que ya he superado la parte más difícil del entreno. A veces salgo de casa y tengo la sensación de que me voy de viaje. Intento hacerla la noche anterior, si la hago por la mañana corriendo lo más probable es que tenga que acabar duchándome con los calcetines puestos, secándome con una camiseta y que pase el resto del día en comandos.
¿Y cuáles son tus prendas deportivas fetiche para incorporar a tu armario de calle en el día a día?
Botas de monte. Especialmente en invierno. Estéticamente me gustan y ahora se ha logrado un equilibrio entre lo robustas y lo cómodas que pueden ser. No me tengo que preocupar de los charcos y mis pies van protegidos en la moto. Soy de quitarme los zapatos al estar en casa, así que dan un poco la lata con los cordones al sacarlas y ponerlas, pero como en ese western de Errol Flynn: “murieron con las botas puestas”.
