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10 momentos en los que disfrutar de un whisky 10

Tras una década de añejamiento, nace Ballantine’s 10. Después de la espera, te proponemos celebrarlo a lo grande (y como más te apetezca) en estas ocasiones escogidas.

Ballantines on the rocks

Las prisas no son buenas consejeras. Sobre todo, cuando se trata de crear algo muy especial. Que se lo digan a J.R. Tolkien, que tardó diez años en escribir una novelita llamada El Señor de los Anillos. O a Stanley Kubrick, que entregaba una película -una obra maestra- por década. A veces, todo es cuestión de tiempo.

Esa misma filosofía está detrás de Ballantine’s 10, un whisky que pasa una década añejando antes de llegar a vasos y copas. Un destilado premium que pide “perdón por la espera”. No pasa nada, porque esa década ha merecido la pena y ahora somos nosotros los (felices) bebedores que podemos decidir cómo tomarlo. Aquí van 10 -claro- momentos en los que un Ballantine’s 10 es simplemente perfecto.

Cuando queremos disfrute cultural en vena sin interrupciones…

Visualízate: un sofá orejero de esos en los que da gusta acomodarse, ese libro que te han recomendado o ese vinilo que te han regalado girando en el tocadiscos… Nadie por aquí, nadie por allá y un vaso de Ballantine’s 10 en la mano.

Cómo tomarlo: Straight, sin nada más, para moverlo a placer y buscar y rebuscar sus aromas y sabores golosos y tostados.

Ballantines straight

Cuando estamos en una sobremesa con amigos.

¿Lo escuchas? Es el contagioso sonido de una conversación animada, risas y el chocar de los vasos en los sucesivos brindis. Un momento irresistible que sube de nivel con un whisky de calidad, con una sinfonía de aromas de fruta fresca: manzana roja, grosella negra y ralladura de limón.

Cómo tomarlo: On the rocks, con un cubito grande de un buen hielo para hacer que ese momento dure y dure.

Cuando queremos compartir un rato con la familia.

Fuera extravagancias, manías y salidas de tono. Los momentos en familia consisten en echar la vista atrás, recordar lo bueno vivido y todo lo que nos queda por vivir y compartir. Con un Ballantine’s 10, que posee notas a tarta de manzana casera y natillas de vainilla, todo fluye mejor.

Cómo tomarlo: En un cóctel Old Fashioned, una receta que jamás pasa de moda: 50 mililitros de Ballantine’s 10, un terrón de azúcar de caña moreno, cuatro chorritos de amargo de naranja, cáscara de naranja para decorar y cubitos de hielo para una fórmula perfecta.

Ballantines Old fashioned

Cuando queremos acompañar un postre.

Los golosos del mundo tienen en Ballantine’s 10 un aliado perfecto. Al fin y al cabo, en cada trago podemos encontrar toques que nos recuerdan a cuajada de limón, toffe y caramelo. Un maridaje natural.

Cómo tomarlo: Straight, es decir, que no necesitamos añadirle nada más que las ganas de disfrutar de la mejor experiencia dulce conocida por los sentidos.

Cuando lo que queremos es gritar ‘¡fiesta!’

Hay ocasiones en las que el espíritu del viernes por la noche nos invade el cuerpo y lo único de lo que tenemos ganas es de saltar, cantar o bailar. Tanto si improvisamos la fiesta en casa como si la vivimos en un local de moda, un Ballantine’s 10 suma el carácter del whisky escocés y la dulzura de las barricas americanas para pasar una noche inolvidable.

Cómo tomarlo: En un perfect serve con refresco de cola y lima. Tan solo hay que juntar 50 mililitros de Ballantine’s 10, un refresco de cola, un gajo de lima y cubitos de hielo. ¡Funciona!

Ballantines cola

Cuando queremos refrescar (cuerpo y mente).

Que la inspiración para dibujar en el iPad, escribir un relato o componer una canción guitarra en mano te pille… con un Ballantine’s 10 bien cerquita. Un trago dulce y cremoso es capaz de convocar a las musas.

Cómo tomarlo: Si se trata de mantenerse fresco, nada mejor que un perfect serve con Ginger ale y lima. Apunta: 50 mililitros de Ballantine’s 10, ginger ale, el gajo de lima habitual y cubitos de hielo.

Ballantines Ginger ale

Cuando nos sentimos con ganas de aventura.

No es que seamos el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, pero todos tenemos una parte salvaje, para qué engañarnos. Ponemos el modo aventurero on para trazar esa próxima escapada, planear una actividad deportiva nueva o afrontar algún desafío laboral. El arma secreta para no fracasar en el intento: una copa de whisky mientras lo planeamos todo.

Cómo tomarlo: Preparando un whisky sour, un combinado que parece un desafío… pero no lo es tanto. Solo necesitamos 50 mililitros de Ballantine’s 10, 25 mililitros de zumo de limón, 12,5 mililitros de jarabe de azúcar, 12,5 mililitros de clara de huevo, amargo de Angostura y cubitos de hielo.

Cuando queremos sorprender a alguien especial.

Puede ser una cita, un reencuentro con alguien al que hace mucho que no vemos o, simplemente, la voluntad de dejar boquiabierta a esa persona especial. Abre la botella de Ballantine’s 10 y…

Cómo tomarlo: Se trata de lucirse así que vamos con la receta de whisky sour. El que algo quiere, algo le cuesta.

Ballantines sour

Cuando queremos un plan de mantita y peli.

Hibernar en invierno no está mal visto. Hay veces en las que lo que más apetece es poner el móvil en modo avión, elegir alguna de las tropecientas mil películas disponibles en las diferentes plataformas y acurrucarse bajo la manta. Y sí, algo falta en la mano y no es el mando… es un vaso de Ballantine’s 10.

Cómo tomarlo: On the rocks, con una piedra de buen hielo que tarde en desaparecer y disfrutando de la propia ‘trama’ que nos ofrecer nuestro whisky, captando desde los aromas a ralladura de limón hasta los sutiles toques a nueces.

Cuando queramos vivir… cualquier otro momento.

Un whisky como Ballantine’s 10, nacido de un proceso de elaboración tan especial, es perfecto en cualquier ocasión. Tan solo hace falta tener ganas de disfrutar de algo realmente único: y es que cuando algo tarda 10 años en llegar es porque la espera merece la pena.

Cómo tomarlo: Solo, con hielo, combinado con cola o ginger ale, en cóctel… ¡Tú eliges!

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