Diana de Gales tuvo un segundo vestido de novia que nunca vio la luz: “Se hizo en caso de que se filtraran los detalles del original”
Elizabeth Emanuel fue una de las diseñadoras del traje que la princesa vistió en su boda con Carlos de Inglaterra. Cuatro décadas después, ha revelado los secretos del proceso de confección
Han pasado 42 años desde que Diana de Gales y Carlos de Inglaterra se dieron el “sí, quiero” en la catedral de San Pablo, en Londres. Su enlace se convirtió en la boda televisada más vista del siglo XX, quedando grabada en la memoria colectiva de todos los que aquel 29 de julio de 1981 disfrutaron de la boda real. Pero, sin duda, quien ese día acaparó todas las miradas fue la princesa con su magnífico vestido de novia con mangas abullonadas, adornado con 10.000 lentejuelas y perlas de nácar y su eterna cola de casi ocho metros. Un vestido que ha pasado a la historia. Más de cuatro décadas después de este momento, la diseñadora del traje, Elizabeth Emanuel, ha revelado uno de los secretos mejor guardados: Lady Di tenía preparado un vestido de repuesto.
El dúo de diseñadores David y Elizabeth Emanuel consiguieron que Diana fuese la protagonista con un vestido que representaba a la perfección los excesos de la década de los ochenta y la majestuosidad de las bodas reales, pero esta imagen histórica podría haber sido muy diferente. Para la confección del traje, la reina Isabel II cedió un ala abandonada del palacio de Buckingham para su creación, ya que solo allí encontraron el espacio suficiente para dar forma a la interminable cola. Pero como en todo lo que ocurre en las casas reales, habitualmente hay un plan B —e incluso C—. Los novios querían evitar cualquier filtración sobre el que siempre es uno de los secretos mejor guardados de cualquier boda, y por ello decidieron encargar otro diseño. “El vestido de novia de repuesto se hizo en caso de que se filtraran los detalles del original. Afortunadamente, nunca se usó”, ha explicado a la revista Hello! 42 años más tarde su diseñadora.
Este segundo traje era muy diferente a la primera opción. “El vestido estaba confeccionado en tafetán de seda de color marfil pálido con detalles festoneados bordados en el dobladillo y las mangas. Se cosieron pequeñas perlas en el corpiño”, ha señalado Elizabeth Emanuel. El boceto del diseño original y unas imágenes en las que se ve a la modista trabajando en ese segundo vestido han sido cedidas a la revista británica. En ellos se puede ver cómo en ese traje se mantuvieron algunos detalles del original. Eso sí, esa segunda opción era más discreta, con un escote en V con un ribete de volantes, mangas tres cuartos y una amplia falda de princesa.
Desde aquella fecha señalada en el calendario de los británicos, nada se sabe de lo ocurrido con ese vestido de novia. “Era solo una copia de seguridad del original y no sé a dónde fue. Simplemente desapareció”, asegura ahora la diseñadora. No ha pasado lo mismo con el original, que fue expuesto en el palacio de Kensington hace dos años y permanece guardado entre los tesoros de la casa real británica.
Hace cuatro décadas, todos los medios intentaban conseguir la exclusiva del que iba a ser el vestido de siglo. Fue Diana, personalmente, la que pidió a los diseñadores que tomasen todas las precauciones posibles: “Nos pidió que lo mantuviéramos muy, muy en secreto. Lo hicimos”. Aun así, la prensa quería saber quién estaba diseñando su vestido de novia y tuvieron que anunciarlo antes del gran día. Después fueron ellos los que hablaron con su equipo de la princesa para evitar cualquier filtración: “Nuestro personal era maravilloso y muy leal. Teníamos el vestido guardado todas las noches en un armario de metal custodiado por dos guardias, Jim y Bert. Había alguien allí las 24 horas del día. Incluso pusimos hilos de colores falsos en los contenedores de basura porque la gente estaba revisándolos”.
Pero el traje de novia no fue el único diseño de Elizabeth y David para los festejos por el matrimonio de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales. El dúo planteó un vestido para el baile preboda que se celebró en el palacio de Buckingham. “Diana me pidió que diseñara un vestido muy sexy para sorprender a todos”, ha explicado la modista. Cuatro décadas después, tampoco se sabe qué ha sido de ese traje, pero sí se conoce que era de color rosa intenso y que se ajustaba a la figura de la princesa.
Con solo 20 años, Diana de Gales se convirtió en un icono y una inspiración para muchos (y lo sigue siendo cuando se están a punto de cumplir los 26 años de su muerte, el próximo 31 de agosto). Sus outfits fueron durante años comentados por su gran gusto y todavía hoy está en boca de todos. Muchos se enamoraron de ella vestida de blanco, otros lo hicieron en 1994, con el conocido como vestido de la venganza, el atuendo que lució el mismo día en el que su todavía marido, el príncipe Carlos, anunció su adulterio con Camila.
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