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Eva Cárdenas, ejecutiva y pareja de Feijóo, abandona su puesto de asesoría en el grupo Sargadelos tras mudarse con el líder del PP a Madrid

En 2020, la discreta salida de la Xunta de Galicia de la fundación de la histórica empresa gallega por la llegada de Eva Cárdenas motivó una polémica política en el Parlamento autonómico

Eva Cardenas
El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, la empresaria Eva Cárdenas y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, asisten al concierto del cantante C Tangana, en el muelle de Trasatlánticos de Vigo, el día 23, en Vigo, Pontevedra.Javier Vázquez (Europa Press)

Eva Cárdenas, anteriormente ejecutiva de Zara Home y L’Oréal y fundadora de la marca inmobiliaria Niebla Azul, además de pareja de Alberto Núñez Feijóo, se ha despedido del grupo Sargadelos, con el que llevaba trabajando casi dos años, mediante una carta dirigida a la plantilla de la firma cerámica. Su marcha a Madrid tras los pasos del líder del PP, que se ha mudado a la capital tras ser elegido presidente nacional del partido, deja de nuevo abierta a la Xunta de Galicia la puerta de entrada en el patronato de la fundación llamada a proteger el legado de una empresa histórica que es un icono cultural en la comunidad. Fue precisamente la decisión de la pareja del presidente del PP de convertirse en asesora externa de Sargadelos, a finales de 2020, lo que motivó que la Xunta se marchase abrupta y calladamente de la institución cuando apenas había llegado.

“Desde Sargadelos nos sentimos complacidos y agradecidos por estos casi dos años que Eva Cárdenas ha compartido con nosotros”, ha escrito en un comunicado Segismundo García, accionista mayoritario del grupo con factorías en O Castro (Sada, A Coruña) y Sargadelos (Cervo, Lugo). “Su dedicación y buen hacer han calado en nuestra organización, haciéndonos a todos más eficientes en nuestro trabajo”. “Seguro que puntualmente seguiremos colaborando en algunos proyectos, pero, entre tanto, en esta nueva etapa de su vida, queremos desearle lo mejor tanto en lo personal como en lo profesional”, concluye García.

La salida de Eva Cárdenas de Sargadelos está motivada por su mudanza a Madrid para acompañar a Feijóo, con quien tiene un hijo de cinco años, en su desembarco en la capital tras su elección como presidente nacional del PP. Feijóo ha culminado ya el proceso de traslado desde la presidencia de la Xunta de Galicia, que abandonó el pasado abril, y se ha instalado en la séptima planta de la sede del PP de la calle Génova, desde donde pretende iniciar la conquista de la presidencia del Gobierno. En mayo, el líder popular y su pareja hicieron la mudanza desde su domicilio de A Coruña a Madrid.

La marcha de Eva Cárdenas de la empresa gallega coincide con la apertura del curso político, que Feijóo inaugura este sábado rodeado de todos los barones populares en el municipio gallego de Cotobade. Un curso de 16 meses que el jefe de los conservadores pretende que culmine con una victoria en las elecciones generales que le lleve a La Moncloa, donde previsiblemente le acompañaría su pareja. El líder del PP ha preferido no hacer comentarios sobre la despedida de Eva Cárdenas de Sargadelos, según fuentes de su equipo, informa Elsa García de Blas.

A principios de diciembre de 2020, la Xunta abandonó el patronato de la Fundación Sargadelos “por la puerta de atrás”, tal y como describió el PSdeG-PSOE en su momento. Nadie fuera del Gobierno gallego y de la propia empresa se había enterado de ello, porque la salida se llevó a cabo con rapidez y sigilo. A los pocos días de esa marcha, Sargadelos confirmó el fichaje de Cárdenas, exdirectiva de Inditex, como asesora externa con el objetivo de relanzar la marca, diversificar la producción y ganar proyección internacional. Fue después de conocerse la entrada de la pareja de Feijóo en la empresa que personas próximas al entonces presidente de la Xunta informaron a EL PAÍS de que el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y su secretario general, Anxo Lorenzo, ya no estaban desde primeros de diciembre. Solo habían durado un mes dentro: porque la reunión del patronato en la que entraron a formar parte como nuevos miembros en representación del Gobierno gallego, esta sí con luz y taquígrafos, había tenido lugar el 26 de octubre.

Retirada de escena

La polémica retirada de escena de la Consellería de Cultura cogió por sorpresa al propio Grupo Sargadelos, que lamentaba la decisión, y el caso llegó de la mano de la oposición al Parlamento de Galicia. El conselleiro de Cultura respondía a las críticas en el hemiciclo reconociendo que habían decidido salir de la fundación que vela por esas dos factorías cerámicas que son BIC (Bien de Interés Cultural) para evitar “malas interpretaciones” y “usos torticeros”. De esta manera, el Ejecutivo autonómico sacrificaba las razones por las que había decidido ingresar en el patronato a finales de octubre: “Poner en valor y promocionar la innegable trascendencia e importancia que tiene Sargadelos en su conjunto en la cultura gallega”. Segismundo García, accionista mayoritario del grupo, comentaba a este diario en diciembre de 2020: “En la Xunta estimaron que no era conveniente la presencia de miembros cualificados de su gabinete en la Fundación Sargadelos con la incorporación de la señora Cárdenas a una de las empresas del grupo, y nosotros respetamos su decisión, aunque lamentemos que el importantísimo patrimonio artístico y cultural que atesoramos demore en el tiempo su accesibilidad a la ciudadanía”.

El máximo responsable de la Consellería de Cultura se congratuló entonces. “Nos dimos cuenta, y hoy es una constatación, de que esta acción privada [la contratación de Cárdenas] podía ser utilizada desde la perspectiva política de un modo malintencionado o de un modo torticero”, justificaba Román Rodríguez en el Parlamento. “Hicimos bien, dadas las insinuaciones”. Mercedes Queixas, portavoz de Cultura del BNG en el Parlamento gallego, calificaba de “muy grave” y “muy sucio” que las decisiones de la Xunta se supeditasen a las opciones laborales de la compañera sentimental de Feijóo. “Sargadelos no es una factoría más, sino un emblema de la cultura gallega y un espacio histórico de creación artística”, defendía Queixas, “la Xunta llevaba años anunciando que iba a entrar y, cuando al fin entra, desaparece sacrificando ese gran objetivo, parece que para abrir la puerta a otra persona: Se trataba de blindar al presidente o a la cultura gallega”.

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