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Sargadelos “lamenta” la marcha atrás de la Xunta en el patronato y defiende el fichaje de la pareja de Feijóo

El conselleiro y el secretario general de Cultura abandonaron en diciembre la fundación, en la que habían entrado en octubre, para “evitar usos torticeros”

Eva Cárdenas saluda a su pareja, Alberto Núñez Feijóo, en la toma de posesión como presidente de la Xunta de Galicia el pasado septiembre
Eva Cárdenas saluda a su pareja, Alberto Núñez Feijóo, en la toma de posesión como presidente de la Xunta de Galicia el pasado septiembreÁlvaro Ballesteros (Europa Press)

A principios de diciembre, tal y como describe el PSOE, la Xunta abandonó el patronato de la Fundación Sargadelos “por la puerta de atrás”. Nadie fuera del Gobierno gallego y de la propia empresa lo supo hasta que la prensa publicó el fichaje de Eva Cárdenas, pareja de Alberto Núñez Feijóo, como asesora externa de la firma cerámica. Entonces, personas del entorno del presidente advirtieron a este periódico de que el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, y su secretario general, Anxo Lorenzo, ya no estaban en el patronato desde primeros de diciembre. Pero no explicaban el porqué de esa salida sigilosa después de haber proclamado su entrada a los cuatro vientos el 26 de octubre. La semana pasada, el propio responsable de Cultura admitió que la estampida se debió a la entrada de Cárdenas. La Xunta había antepuesto su temor a las “malas interpretaciones” y los posibles “usos torticeros” desde la oposición a los intereses de su política cultural. Esto, cuando un mes antes la Consellería de Cultura difundía un comunicado a la prensa en el que anunciaba un “ambicioso proyecto” para Sargadelos.

Según Román Rodríguez, el 26 de octubre pasado, entrar en el patronato era “una oportunidad fantástica para poner en valor y promocionar la innegable trascendencia e importancia que tiene Sargadelos en su conjunto en la cultura gallega”. El objetivo era “impulsar la marca como gran referencia cultural de Galicia, un nombre que cuenta además con un gran simbolismo de representación del país, con un papel preponderante durante el siglo XX, y para el conjunto de la ciudadanía”.

El administrador único de la firma, Segismundo García, explica que en Cultura llegaron a la conclusión de que lo mejor era no seguir adelante y dice que “lamenta” esta marcha atrás. “En la Xunta estimaron que no era conveniente la presencia de miembros cualificados de su gabinete en la Fundación Sargadelos con la incorporación de la señora Cárdenas a una de las empresas del grupo, y nosotros respetamos su decisión, aunque lamentemos que el importantísimo patrimonio artístico y cultural que atesoramos demore en el tiempo su accesibilidad a la ciudadanía”, comenta a EL PAÍS el accionista mayoritario de las fábricas de Sada (A Coruña) y Cervo (Lugo).

“Si hubiese algo avieso o irregular en la incorporación de Eva Cárdenas, no la hubiésemos contratado”, defiende García. “Simplemente nos pareció, y en el tiempo que lleva colaborando con nosotros lo hemos podido constatar, que era una ejecutiva con un currículum y un talento envidiables, cuya incorporación solo podría aportar ventajas y proyección empresarial”, comenta sobre la ejecutiva procedente de Zara Home y L’Oréal, que recientemente entró en el sector inmobiliario con el sello Niebla Azul.

Hasta que el pasado miércoles, en el pleno del Parlamento gallego, Noa Díaz (PSdeG) preguntó por la fugaz estancia de la Xunta en Sargadelos no hubo ningún tipo de aclaración. Román Rodríguez vinculó al fin su marcha y la de Lorenzo a la contratación de Cárdenas para “evitar malas interpretaciones” y “usos torticeros”. Explicó que “no estaba previsto” que la compañía fichase a esta “profesional de reconocido prestigio”, algo que confirma Sargadelos. “Nos dimos cuenta, y hoy es una constatación, de que esta acción privada podía ser utilizada desde la perspectiva política de un modo malintencionado o de un modo torticero. Hicimos bien, dadas las insinuaciones”, admitió el conselleiro en su respuesta a la diputada socialista. Según él, su permanencia en la fundación se podía usar para “poner en peligro” o “minusvalorar el legado cultural de Sargadelos”. Es por esto, aseguró Rodríguez, que el Gobierno gallego decidió “no concretar” la introducción en la fundación de “mutuo acuerdo” con la marca: “no queremos que se ataque a Sargadelos por nuestra presencia en el patronato”, concluyó el conselleiro.

Una operaria en la fábrica de Sargadelos pinta un plato.
Una operaria en la fábrica de Sargadelos pinta un plato.Óscal Corral
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El jefe de Cultura dijo, sin embargo, en su intervención en el Parlamento que “rotundamente sí” se va a apoyar a la compañía. No obstante, según explica Segismundo García, “en seis años” que lleva él de accionista mayoritario, la empresa no ha recibido “ninguna subvención” aparte de “los 28.000 euros” que les dieron “para renovar los sistemas informáticos”. “Hice el Museo Sargadelos a pulmón, sin una ayuda de la Xunta”, afirma. El edificio ocupa el espacio que antes albergaba el Seminario Sargadelos en Cervo, adquirido a los antiguos propietarios en 2019, y muestra en siete salas la historia de la cerámica, la evolución de los diseños y el significado del sello Sargadelos en la cultura.

El otro museo del grupo, con medio siglo de historia, es el Carlos Maside de Sada, que conserva un importante legado y está cerrado desde la muerte de su impulsor, Isaac Díaz Pardo, en 2012. Pese a que las fábricas de Sargadelos son Bien de Interés Cultural, la declaración BIC por parte de la Xunta de este importante museo y su edificio singular permanece estancada desde hace tres años. Uno de los acuerdos que había adoptado el nuevo patronato constituido el 26 de octubre con la participación del Gobierno gallego era reabrir el Maside el verano que viene. El edificio de tres plantas agrupa obras de Maruja Mallo, Francisco Lloréns, Xesús Corredoira, Arturo Souto, Francisco Asorey, Maside, Colmeiro, Laxeiro, Seoane, Granell, Lugrís o Castelao, del que conserva las máscaras ideadas para la representación de Os vellos non deben de namorarse.

Tras la respuesta del conselleiro, la socialista Noa Díaz dijo que era “una lástima” que la entrada de Eva Cárdenas como asesora externa de la firma fuera “lo que motivase la salida de la Xunta del patronato”. “Nos hubiera gustado que, igual que la Xunta anunció a los cuatro vientos pasar a formar parte del patronato, hubiese también informado en su día de la salida”, reprochó: “Esa fugaz permanencia contrasta con el ambicioso proyecto que anunciaban días antes”. Todo esto, dijo, “teniendo en cuenta además que la decisión de esa contratación no sería cuestión de tres días, porque todos aquí conocemos un poco cómo funciona el mercado laboral, y probablemente ya en el momento de entrada en la fundación ustedes conocían que se iba a producir”.

“Sacrificar” la cultura gallega para “blindar al presidente”

“El tema es muy grave”, lamenta Mercedes Queixas, portavoz de Cultura del BNG en el Parlamento, “un capítulo más de la dejadez y el abandono del patrimonio de Sargadelos, que no es una factoría más, sino un emblema de la cultura gallega y un espacio histórico de creación artística”. La Xunta “llevaba años anunciando que iba a entrar, y cuando al fin entra, en un mes y medio desaparece sacrificando ese gran objetivo, parece que para abrir la puerta a otra persona”, resume la diputada: “Se trataba de blindar al presidente o a la cultura gallega”.

Eva Cárdenas, que abandonó su puesto directivo en Inditex en 2018, un año después de dar a luz el hijo que comparte con Feijóo, recibió la oferta de la empresa dentro de los planes de expansión internacional de Segismundo García. La colaboración entre Sargadelos y Zara Home se remonta varios años atrás, cuando tras salir del concurso de acreedores en 2016 la empresa cerámica produjo una vajilla para las tiendas de decoración del grupo de Amancio Ortega.

En un comunicado difundido a la prensa el 26 de octubre, la consellería hablaba de “reactivar” el complejo de Cervo, “como primer paso de un ambicioso proyecto autonómico”. Avanzaba también “varias iniciativas” que serían recogidas en una “hoja de ruta” en la que la Xunta estaría “implicada con el objetivo de poner en valor y difundir el legado cultural de máximo nivel de Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane”. Pero todo ha quedado en agua de borrajas.

La Xunta “ha jugado un papel muy sucio”

Esta vez el Gobierno autónomo, en opinión de Queixas, “ha jugado un papel muy sucio”. Con este paso atrás después de su “entrada pomposa” de octubre, la consellería “sigue contribuyendo a la ruina del proyecto Sargadelos, que fue un puntal, un nexo entre tradición y vanguardia, un referente internacional de investigación y experimentación, un exponente del resurgir cultural de nuestro país y de la recuperación del legado del exilio a través de Seoane y Díaz Pardo”. “¿A quién están protegiendo en Sargadelos? ¿a la cultura gallega o a los intereses personales y empresariales?”, pregunta la parlamentaria, “no están a la altura de la gran altura que tiene la cultura y la creación en Galicia”. Mientras tanto, denuncia Queixas, el Museo Carlos Maside sufre “un deterioro brutal”.

Según explica Segismundo García, presidente del patronato que se constituyó en octubre, de las dos vacantes que dejaron Román Rodríguez y Anxo Lorenzo solo se ha cubierto una con la entrada de José Luis Vázquez Freire, un histórico de Sargadelos. Además, en la fundación están el economista Alberto Leiro, los periodistas Lois Caeiro y Bieito Rubido, y un hijo de Isaac Díaz Pardo, Camilo Díaz, en representación del Laboratorio de Formas. También los alcaldes de Cervo y Sada, Alfonso Villares y Benito Portela, respectivamente.


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