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Los calabacines al grill que triunfan en las redes

La receta de Thomas Keller es un éxito viral que de verdad merece la pena preparar en casa. Hemos hecho algunas variaciones con las que estaría de acuerdo hasta el mismísimo cocinero

Huele a verano
Huele a veranoClaudia Polo

Que un plato se haga viral no significa que esté buenísimo. Es cierto que ha habido aciertos, pero sobre todo nos hemos encontrado con muchos horrores culinarios. Recordemos el pan nube –elaborado con claras de huevo batidas con sal y de aspecto similar a una esponja sucia– o las pasta chips; pasta cocida sazonada y hecha en la airfryer, perfecta para romper algún diente y además nada saludable. Dentro de toda esa vorágine de platos fit, bizcochos en tazas y recetas en la freidora de aire, un plato muy esperanzador ha inundado las redes.

Los calabacines de Thomas Keller son un hit, pero lo más importante es que son la mejor expresión mediterránea de este ingrediente. Combinados con tomate -con el que comparte temporada-, saben a verano, refrescantes y ligeros, y componen un sabroso entrante o plato principal vegetariano. La receta original los sirve acompañados de una vinagreta con tomate, cebolla, limón y buen aceite de oliva, sin embargo, como suele ocurrir con las recetas muy virales, hay videos con versiones muy originales de las que también se pueden sacar ideas. Algunas variantes los sirven sobre hummus –lo cuál además le aporta proteína vegetal–, con huevos poché o con limón al grill. Hay otros que le añaden frutos secos, granada y queso feta.

La clave de esta receta está en la manera en la que se cocinan los calabacines. Se preparan cortados longitudinalmente y realizando unos cortes superficiales formando una cuadrícula, luego se les añade sal generosa y se dejan durante media hora, para que suelten humedad, para luego escurrirlos bien. Para cocinarlos, se hacen primero al grill o a la plancha y luego se terminan unos veinte minutos en el horno, de esta manera se consigue un calabacín muy caramelizado por fuera, pero tierno por dentro.

Partiendo de esa base, cada uno que haga lo que quiera. En esta versión yo he mantenido el acompañamiento de tomate, incorporándole albahaca, cayena y un poquito de miel. Esa frescura contrasta muy bien con el calabacín caliente y más blando. Además, he preparado una crema de feta batido para poner de base en el plato, aportando cremosidad y untuosidad (nunca se puede desaprovechar la oportunidad de remojar buen pan).

Tiempo: 30 minutos

Dificultad: La de resistir la tentación de prepararlos todos los días de verano

Ingredientes

Para 2 personas

  • 2 calabacines verdes o amarillos
  • 12 tomates cherrys
  • ½ cebolleta
  • 6-7 hojas de albahaca
  • ½ limón
  • 1 cucharadita de miel
  • 150 g de feta
  • 1 cucharada de yogur griego
  • Pimienta negra
  • Sal
  • Aceite de oliva virgen extra

Instrucciones

1.

Cortar los calabacines a lo largo y hacer cortes superficiales formando una cuadrícula. Salar y dejar sobre una bandeja durante media hora. Escurrir el exceso de agua.

2.

En una sartén grande calentar aceite de oliva virgen extra y freír a fuego alto los calabacines por el lado plano hasta que estén muy dorados. 

3.

Retirar y colocar en un recipiente para horno, verter el aceite que queda en la sartén y hornear a 190ºC durante 20 minutos. 

4.

Pelar y picar los tomates, picar la cebolla y la albahaca. Mezclar con dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra, sal y una cucharada de zumo de limón. 

5.

Triturar el feta, el yogur griego, la miel, el zumo de medio limón y su ralladura, unas cinco cucharadas de aceite de oliva virgen extra y pimienta. Probar y corregir de sazón si es necesario. Servir una base de crema de feta con los calabacines y el aliño por encima. 

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