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Panecillo relleno de sobrasada, cebolla y queso Mahón

Pocas cosas hay más sencillas y ricas en la cocina que abrir un panecillo, rellenarlo y meterlo en el horno. En este caso va con dos productos de las Islas Baleares, pero las combinaciones son casi infinitas.

¿No os parece muy inquietante ese cuchillo ahí asomándose?
¿No os parece muy inquietante ese cuchillo ahí asomándose?CLARA PÉREZ VILLALÓN

Rellenar panes y que nos sirvan de comida, aperitivo, merienda o almuerzo está entre esas tareas facilísimas que todos deberíamos practicar de tanto en tanto. Básicamente porque para ello sólo se requiere de un pan resultón cuya corteza sea más bien blandita –porque al meterlo en el horno tiende a endurecerse por fuera– e ingredientes de buena calidad que combinen, se derritan y entremezclen de manera gulesca. Rellenos hay, por tanto, infinitos, pero si de una pareja consagrada hablásemos sin duda nos iríamos a la sobrasada con el queso, amigos íntimos indiscutibles empezando por su presencia en los pambolis isleños.

Cualquier bollito de pan individual nos servirá para esta receta, pero también tendremos que tener en cuenta que la versión grande, rellenando una hogaza entera, es perfectamente válida si somos muchos en casa. Sólo tendremos que poner el horno un poco más flojito para que el pan no se churrusque y le demos tiempo de sobra al relleno de fundirse como es debido. De la sobrasada poco que decir más que cuanto mejor sea ésta, mejor será el resultado, como generalmente pasa con todas las recetas (no os estoy induciendo a utilizar Vega Sicilia en los guisos, pero sí un vinito mejor que el Don Simón). Del queso exactamente lo mismo, aunque en esta ocasión he empleado queso de Mahón para que el plato fuera balear al 100%. De los quesos de Mahón, elaborados en Menorca, como iba directo al horno y tampoco quería un sabor demasiado predominante, he optado por uno tierno. Esta variedad sigue la línea de quesos prensados elaborados con leche de vaca de Menorca y salados por inmersión, una receta tradicional de la isla que lleva consigo una arraigada tradición.

El nexo común de queso y sobrasada lo aporta el dulzor de una cebolla caramelizada con unas gotas de vino blanco y tratada como si se fuese a convertir en una sopa de cebolla espesa. Tras la caramelización de cebollas dulces llegará el momento de agregar un poco de harina para hacer una roux y posteriormente el vino blanco y un poco de caldo de carne, pollo o verduras. Esta mezcla sirve para rellenar la base de los panecillos –mejor en frío siempre, para que los panecillos no se empapucen– y terminar por encima con el queso de Mahón y la sobrasada. Para rematar, en uno un poco de estragón y en otro una yema de huevo: la elección no es sencilla.

Dificultad: La de abrir el pan. Si desayunas cereales te será algo más complicado.

Ingredientes

Para 2 personas

  • 2 panecillos
  • 100 g de sobrasada
  • 100 g de queso de Mahón tierno
  • 2 cebollas
  • 1 chorrito de vino blanco
  • 1 cucharada de harina
  • 200 ml de caldo de pollo
  • Sal
  • Pimienta negra
  • Estragón
  • 1 yema de huevo
  • 40 g de mantequilla
  • Aceite de oliva virgen extra

Instrucciones

1.
Caramelizar la cebolla cortada en juliana en una olla con aceite de oliva y mantequilla a fuego suave, hasta que se vaya oscureciendo y endulzando por sí sola (pueden tardar unos 45 minutos). Hay que mantenerla hasta que esté marrón completamente, dorada.
2.
Una vez dorada añadir la harina, dejándola unos minutos sin dejar de remover, para que se cocine y no quede con sabor a crudo. Incorporar el vino, dejar reducir y mojar con el caldo. Mezclar bien hasta que espese, condimentar con sal y pimienta y enfriar completamente. Si vemos que es muy denso añadimos un poco más de caldo –hay que tener en cuenta que cuando se enfría solidifica más– o si es muy líquido dejar al fuego un poco para que reduzca.
3.
Cuando la cebolla ya esté fría calentar el horno a 170ºC. Abrir los panecillos -como quitándoles la tapa- y una vez esté quitada vaciarlos de su miga completamente.
4.
En el fondo del panecillo colocar una base de cebolla, encima rellenar con la sobrasada y el queso de Mahón alternamente.
5.
Terminar con estragón o una yema de huevo –o lo que a cada uno le apetezca– y llevar al horno cinco minutos hasta que todo quede bien fundido. Servir inmediatamente.

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