Asadillo manchego: un plato tradicional sin carne que sirve para todo
Lleva poco más que pimiento rojo, tomate y comino; funciona como tapa, guarnición o entrante, y se puede tomar frío o caliente: el plato típico de La Mancha es un descubrimiento multiuso
Cuando oyes o lees “asadillo manchego”, es posible que imagines un plato de carnaza o algo de casquería bien contundente. Nada más lejos de la realidad: en su versión más escueta, este clásico de La Mancha es estrictamente vegano, aunque se pueda acompañar con ingredientes de origen animal. Sus virtudes son múltiples, y entre ellas destacan la simplicidad de ingredientes -pimiento rojo, tomate, comino, ajo y poco más-, la facilidad de preparación y, sobre todo, la posibilidad de usarlo de distintas formas.
El asadillo no sólo se puede tomar frío o caliente, sino que funciona igual de bien como tapa o como guarnición de un pescado o una carne. También sirve como entrante, a nada que lo reforcemos con huevo cocido, bonito, atún o, si queremos mantenernos en el veganismo, con unos simples garbanzos cocidos. Existen varias maneras de prepararlo, pero nuestra receta apuesta por sofreír el tomate en vez de asarlo. Los pimientos pueden ser de bote, claro, pero tiene más gracia que los ases tú en el horno o en la freidora de aire. Para más indicaciones, mira el vídeo de arriba.
Ingredientes
Para 4 personas
- 3 o 4 pimientos rojos (dependiendo del tamaño)
- 500 g de tomate pelado, en conserva o fresco muy maduro
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadita rasa de comino en grano
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra
- Sal
- Bonito en conserva (opcional)
- Huevo cocido (opcional)
Instrucciones
Poner los pimientos en una bandeja para horno, untarlos con aceite de oliva y salpimentarlos. Asarlos a 210 ºC unos 40 minutos, dándoles la vuelta a mitad de la cocción. También se pueden hacer en la freidora de aire, reduciendo el tiempo a unos 30 minutos.
Picar el ajo y ponerlo en una sartén con un buen chorro de aceite a fuego medio.
Cuando empiece a dorarse, añadir los tomates en conserva con el comino, pimienta negra y sal. Si se usan frescos, ponerlos pelados y picados en trozos gruesos. Dejar que se hagan unos 20 minutos, rompiéndolos de vez en cuando con una cuchara de cocina.
Cuando los pimientos estén asados, ponerlos en un bol y taparlos con un plato. Dejar que se templen.
Quitar el pedúnculo y las semillas a los pimientos, pelarlos y deshacerlos en tiras o trozos al gusto.
Añadir al tomate todo el jugo que hayan soltado los pimientos. Dejar que el tomate y el jugo de los pimientos reduzca hasta que tenga consistencia de salsa. Corregir de sal y pimienta.
El plato se puede servir frío o caliente, con el tomate debajo y los pimientos encima o todo mezclado. Se puede rematar con un poquito más de comino. Tomarlo con pan o terminarlo con unas lascas de bonito en conserva o huevo cocido.
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