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Casa Leopoldo vuelve a intentarlo con el rabo de toro como capote

El mítico restaurante, en su día casa de comidas de cabecera de Manuel Vázquez Montalbán, reabre en Barcelona con el bagaje del grupo Banco de Boquerones

Casa Leopoldo
Bruno Balbás y Sofia Matarazzo, propietarios del grupo Banco de Boquerones, han reabierto Casa Leopoldo.Albert Garcia (Albert Garcia)
Mar Rocabert Maltas

De la misma manera que no se puede torear sin capote, tampoco se puede revivir Casa Leopoldo sin su famoso rabo de toro. Y este es uno de los guisos principales de la nueva carta del mítico restaurante de Barcelona que Manuel Vázquez Montalbán hizo famoso por ser su casa de comidas de cabecera, que situó en los mapas gastronómicos de los más lectores con su personaje literario Pepe Carvalho. Con una larga historia que se remonta a 1929, el restaurante del Raval ha vuelto a abrir esta semana a manos del grupo Banco de Boquerones, que le ha dado un lavado de cara para sacar a relucir la solera del pasado y ha apostado por una carta con platos de cuchara, guisos y arroces.

Si a la tercera va la vencida, puede que esta sea la buena. El tiempo dirá si Sofia Matarazzo y Bruno Balbás llevaban razón cuando se empeñaron en recuperar Casa Leopoldo, con el mismo espíritu de homenajear el pasado de la ciudad con el que han abierto otros restaurantes de éxito como Casa Ràfols, una antigua ferretería en la calle Trafalgar; Can Framis, en lo que fue un colmado del mismo nombre en el Born, o Pepeta, su recién estrenada taberna a los pies de la Sagrada Familia. Con Casa Leopoldo cuentan con nueve restaurantes, todos ellos levantados en los últimos 12 años.

“Desde el principio tuvimos claro que había que recuperar el espíritu de esta casa”, contaba ayer Balbás, quien en julio de 2023 se paró ante los operarios que ponían el cartel de ‘se alquila’ en este local de la calle Sant Rafael, 24, al lado de la Rambla del Raval. No era la primera vez que lo veía. En 2015, cuando se puso en alquiler y lo acabaron reabriendo dos años después Òscar Manresa y Romain Fornell, ya pasó por allí, pero en ese momento no lo vieron claro. Después del gran crecimiento que han tenido en la hostelería, ahora se han visto preparados para embarcarse en un proyecto así. De grandes dimensiones, tiene un aforo de 90 comensales, y con un rico imaginario, son muchos los barceloneses que lo llevan en la memoria.

Con la reforma empieza la obstinación en revivir un lugar mítico, dando nombre propio a una mesa pegada a la cristalera que da a la calle, en el salón que conserva las baldosas de siempre, con juegos azules y amarillos sobre fondo blanco y estampas costumbristas y de tauromaquia. Sobre ella, de mármol blanco, está grabado en una placa dorada “Mesa Vázquez Montalbán”. Aquí se sentaba siempre el escritor, de espaldas al salón y mirando a la calle, cuenta Balbás, que se ha documentado a fondo sobre todas las historias que se han escrito en este lugar, segunda casa del escritor, que podía llegar a las doce del mediodía y abandonarla de madrugada.

El que en su día fue el comedor principal se ha rehabilitado manteniendo bastante fielmente su aspecto. Además de las baldosas, que están protegidas, los nuevos restauradores han recuperado los pósters de toreros, incluso el más grande, que anuncia una corrida en la plaza de toros antigua de Barcelona. Sus primeros propietarios, los abuelos y padres de Rosa Gil, la última de la estirpe que mantuvo Casa Leopoldo, eran grandes amantes de la tauromaquia y las referencias a esta tradición son diversas. De hecho, además de lugar de tertulias literarias que reunía a Juan Marsé, Terenci Moix, Maruja Torres o Eduardo Mendoza junto a Montalbán, los aficionados al toreo también encontraron aquí su lugar.

En recuerdo a todo este pasado, los dos reservados del local llevan el nombre de Montalbán y Rosa Gil. El primero es un salón pensado para reunir a grupos grandes, de hasta 20 personas, donde la máxima ilusión de Balbás es que tengan relación con la cultura de la ciudad, mientras que el dedicado a la antigua propietaria es un coqueto salón pintado de rosa para ocho personas, ideal para reuniones de pequeños grupos o familias. Como el local abre de 12.00 a 24.00, también hay una sala bohemia para tomar algo a cualquier hora. Que las tertulias volvieran a Casa Leopoldo en este espacio sería la máxima ilusión de los nuevos inquilinos.

En la entrada, que en su día fue la cafetería, se conserva la barra larga de madera con su mármol original, y las sillas Thonet se han tapizado con el mismo tono ocre que le han dado al nuevo banco que ocupa todo un lateral. Convertido en una segunda ala del comedor, aquí es donde el estilo de Banco de Boquerones es más visible. Vestidos a lo clásico, con camisa blanca y chaleco negro, los camareros vuelven a servir el rabo de toro al vino tinto, siguiendo la misma receta que han recuperado del libro que escribió Rosa Gil, Casa Leopoldo. De les receptes de l’àvia a la cuina d’avui. También se sirven el suquet de rape, el bacalao a la llauna, los pies de cerdo o las albóndigas con sepia, aunque estas recetas sí que se han actualizado. Arroces, boquerones, croquetas o la ensalada Carvalho completan una carta basada en el recetario tradicional.

Aunque el nombre y el espíritu se mantienen, el logo ha cambiado para buscar un aire más moderno y teñirse de rosa para rendir honores a Rosa Gil, la verdadera alma de esta casa. “Fue una luchadora”, cuenta Balbás, quien ha sabido de su vida por los vecinos del barrio y los clientes antiguos. Se casó con el torero José Falcón, cosa que contentó a su abuelo, taurino hasta la médula. Cuando enviudó, después de que una cornada matara a su marido, no quiso saber nada más de hombres. En el comedor está el cartel anunciando la última corrida del malogrado diestro, cerca de una fotografía donde solo se ven las medias rosas que calzan los toreros. El color del amor como homenaje a Rosa Gil en Casa Leopoldo. El tiempo dirá si las nuevas generaciones lo siguen adorando.

Casa Leopoldo

  • Dirección: Sant Rafael, 24, Barcelona
  • Teléfono: 933 12 73 85
  • Horario: De lunes a domingo, de 12:00 a 24:00 horas
  • Precio medio: 35-40 euros


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Sobre la firma

Mar Rocabert Maltas
Es periodista de tendencias y cultura en la redacción de Cataluña y se encarga de la edición digital del Quadern. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la Agència Catalana de Notícies. Vive en Barcelona y es licenciada en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra.
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