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Movilidad limpia para el empleo presencial

La flexibilidad horaria facilita a quienes no pueden teletrabajar sumarse al esfuerzo social en favor de la descarbonización

EXTRA MOVILIDAD 26/03/23
Mongkol Chuewong (GETTY IMAGES)

Nadie dudó en que trabajar desde casa era posible por motivos sanitarios. Pero si les hablamos de emisiones contaminantes por la circulación de vehículos en plena crisis climática, a nadie le importa”, reivindica Manel Ferri, autor de La movilidad al trabajo: un reto pendiente, quien urge a las organizaciones a adoptar modelos flexibles de trabajo y planes de movilidad. “Hay que actuar ante el imperativo climático urgente. No acabo de entender la dificultad de hacer cambios sistémicos”, lamenta.

Tres años se cumplen del primer confinamiento, cuando solo trabajaban fuera de casa aquellos sectores que tuvieran imposible hacerlo a distancia. Un tercio de la población tiene un oficio que le permitiría trabajar en remoto, según Radiografía del trabajo a distancia, del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi). Si la mayor parte de estas personas pudieran teletrabajar varios días a la semana, se vería reducido el tráfico rodado de forma notable. Porque, tal y como confirma Adrián Fernández Carrasco, especialista en movilidad y transporte público, “los traslados en coche de casa al trabajo suponen el mayor de los impactos”.

Según el informe de Greenpeace Un año de teletrabajo: su impacto en la movilidad y en las emisiones de CO₂, un único día de trabajo a distancia podría ahorrar 406 toneladas de CO₂ al día en Madrid y 612 en Barcelona; dos o más jornadas, 790 y 1.153 toneladas, respectivamente. Es cierto que para trabajar en remoto se precisa gran cantidad de energía, y su generación contamina. Y que la compra online (también en aumento) impacta, pero las cuentas salen, según Greenpeace.

El problema es, como indica Ferri, la insistencia de las compañías por volver “al presentismo”, así que es cuestión de tiempo que estas cifras, lejos de mejorar, empeoren. De hecho, el kilometraje total de vehículos en España creció cerca de un 3% en 2022, según datos de Solera, referente mundial en gestión del ciclo de vida de vehículos y flotas. Este experto insiste: “Hay que darse prisa en poner en marcha planes de movilidad con impacto”, que incluyan medidas que van desde la “organización de flujos de trabajo y desplazamientos al cambio de modelo de uso del vehículo privado y la introducción de la bicicleta eléctrica”. Algo que, según Elena Galante, directora del Observatorio de la Movilidad, empieza a verse. “La demanda de modelos híbridos y flexibles está modificando la política de movilidad de las empresas”, reconoce.

La futura ley de movilidad sostenible obligará a las compañías a tener planes de transporte, así que de ellas depende que los usen para cumplir con el Acuerdo de París o no. Galante les recomienda “poner por escrito sus planes de transporte” para que puedan ser valorados por las plantillas y, sobre todo, les vinculen. Además, exige que midan su huella de carbono corporativa “para no caer en el greenwashing”. Y por último, que involucren a sus proveedores en estas políticas. En alusión, entre otros, a los de última milla, un problema de movilidad consecuencia del aumento de la compra en línea.

Las bonificaciones de transporte público, el pago del kilometraje, el tradicional coche de empresa… Estas costumbres clásicas podrían tener los días contados. Todo cambia si los desplazamientos se reducen, claro. Uber mantiene que esos cambios de política de transporte les constan, y ven crecer su unidad de negocio para empresas que reorganizan su movilidad. El volumen de viajes mensuales de la compañía en Madrid ha crecido más de un 60% respecto a febrero de 2020. “Donde antes había un renting, ahora se ofrece un crédito para viajes en coche. Ahorran en plazas de garaje, en gestión de tiques, kilometrajes”, explica una portavoz de la compañía.

Orientadas al futuro

Ya hay planes de movilidad en organizaciones que ayudan a sacar vehículos de las vías de forma eficiente. Ferri menciona a Liberty Seguros, pionera en pagar por ir en bici al trabajo. “La persona trabajadora introduce los datos diarios de movilidad y cada mes pasa nota de gastos al departamento de finanzas”, detalla. También alude a Merlin Properties, que no solo tiene un plan de transporte para su plantilla, sino para empleados, clientes y empresas proveedoras. Lo ofrecen como un servicio incluido en el alquiler de espacios, su negocio tradicional.

“Me ocupo de tu trabajador desde que entra al edificio, pero sobre todo desde que sale de su casa”, explica Noemí Vaquero, directora de la Oficina de Sostenibilidad y Movilidad. Este departamento ofrece vehículos y plazas aseguradas de carsharing; de carpooling, para compartir trayectos; aparcamientos de alta rotación; servicio de lanzaderas a demanda; taquillas y vestuarios para las personas que van en bicicleta, custodia de bicis y patinetes… “Todo empieza con un diagnóstico para conocer hábitos de desplazamiento y ver las opciones de que los cambien”, resume Vaquero.

Ambos casos demuestran que la búsqueda de soluciones es motor de emprendimiento. Según Galante, la nueva realidad del teletrabajo ha inspirado no solo políticas internas, sino empresas nuevas. Pone como ejemplo a Alma Mobility, empresa de carsharing y carpooling de Zaragoza que detectó que, por el confinamiento, había vehículos parados al mismo tiempo que un número considerable de trabajadores de los polígonos se encontraban sin solución de transporte para volver a casa de madrugada. Este ejemplo, además de mostrar las posibilidades que existen de contribuir a una movilidad sostenible, recuerda que hay dos terceras partes de la población que no tienen opción de teletrabajo y que la carrera por la descarbonización debe ir más allá de ese otro tercio que sí la tiene.

La flexibilidad horaria se presenta como un camino más inclusivo para quienes no pueden teletrabajar pero tienen las mismas necesidades de conciliación y la misma urgencia por moverse de forma rápida y poco contaminante. Para ello, sin embargo, el sistema público de transporte debe “romper con la rigidez y laminar los picos de demanda” para poder dar servicio fuera de las horas punta, reivindica Adrián Fernández. Un listado de opciones y soluciones que demuestran que la movilidad, especialmente la sostenible, solo puede hacerse a través del esfuerzo colectivo.

Cambio de hábitos

Una de las realidades que el trabajo a distancia y la flexibilidad horaria han traído es el cambio de horas a la que se consume. O a la que se compra y se practica deporte. Aunque no hay estudios específicos, la tendencia es evidente para muchos empresarios que, al igual que las empresas emergentes que nacen para dar soluciones, han tenido que innovar ante este cambio de horarios. “Se ha asentado un modelo híbrido de trabajo y eso ha hecho que las siete de la mañana o las dos de la tarde, que eran horarios habituales, se han visto disminuidos en afluencia en comparación con las cinco de la tarde y las diez de la mañana”, explica Marisa Wic, cofundadora de Numen Yoga, en Madrid.

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