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España presume de despliegue digital

A partir de su extensa conectividad, el país afronta el reto de acercarla a más zonas rurales y completar la implantación del 5G

Torre de comunicaciones en la Higa de Monreal, en Navarra.
Torre de comunicaciones en la Higa de Monreal, en Navarra.ValischkaPhoto (GETTY IMAGES)

Hace casi cinco décadas, la palabra internet parecía sacada de una película de ciencia ficción. El escritor Arthur C. Clarke —autor de El Centinela, que inspiró 2001: Una odisea del espacio— decía en 1974 que para 2001 cada hogar “tendrá una televisión de alta definición y un teclado, se podrá hablar con el ordenador y obtener información de él. Lo daremos tan por sentado como damos por sentado el teléfono”. Así ha sido, aunque lograrlo no ha sido sencillo. Ha requerido de una intrincada infraestructura que combina redes de fibra óptica, centros de datos, satélites, torres, routers, conmutadores y otras innovaciones.

Este despliegue tecnológico en España ha sido tal que actualmente se encuentra a la cabeza de la UE en cobertura de fibra óptica hasta el hogar (FTTH): un 91% frente a la media regional del 56%. También lidera la adopción de banda ancha ultrarrápida (más del 87% de la población dispone de ella) y reduce cada vez más la brecha digital entre zonas rurales y urbanas. El 99,9% de las áreas pobladas tiene cobertura 4G (el 5G todavía tiene margen de desarrollo). “El estado de la red de infraestructuras digitales en España es bastante positivo”, afirma Eduardo Fitas, managing director de Comunicaciones, Media y Tecnología de Accenture en España, Portugal e Israel. Pero si la cobertura general es elevada, quedan áreas donde sigue siendo muy baja, impidiendo el desarrollo de nuevas economías.

“Estas zonas son fundamentalmente el ámbito rural, en regiones donde la densidad de población es muy baja y los núcleos poblacionales son pequeños, dispersos y con orografía compleja. El motivo es aparentemente claro: llevar esta infraestructura, bien sea a través de fibra o de 5G, implica una inversión elevada y de bajo retorno para los operadores”, explica Juan Morlanes Montesinos, socio responsable de Telecomunicaciones en EY. “Los retos digitales que la sociedad europea tiene por delante exigen un enorme desarrollo de las infraestructuras actuales y, por lo tanto, enormes inversiones”, dicen fuentes de Telefónica. El sector ha cifrado en 500.000 millones de euros lo invertido por las telcos en los últimos diez años, mientras que la Comisión Europea cifra en 174.000 millones de euros el gasto pendiente para responder a la demanda de conectividad.

Construir las redes del futuro

En 2022, el tráfico por accesos de banda ancha fija en España superó los 62 millones de terabytes, un 15,1% más que en 2021, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En el ámbito del consumo de servicios de banda ancha móvil, el incremento es aún más significativo: el tráfico gestionado a través de redes móviles creció en 2022 un 42,5% interanual hasta alcanzar los 6,2 millones de terabytes. “Para construir las redes del futuro, las infraestructuras de Telefónica se encuentran en un proceso constante de transformación y evolución”, dice la firma. “Lo que supone gestionar de forma activa los distintos ciclos tecnológicos, tanto en su desarrollo como en su despliegue (sustitución de cobre por fibra en la red fija y las altas prestaciones que en la red móvil alcanza el 5G)”.

Para cerrar esta brecha digital en conectividad ultrarrápida, especialmente en zonas rurales, Orange España cifra en 10.000 millones de euros la extensión de cobertura de las redes fija y móvil entre 2021 y 2025. Hasta 2023, asegura la firma, se ha cubierto aproximadamente el 40% de dicha inversión; quedan más de 6.000 millones de euros. “Para eso tenemos que seguir aumentando la capacidad de nuestra red 5G ya desplegada a lo largo del territorio nacional, así como avanzar en el despliegue de esta red en puntos estratégicos (aeropuertos, puertos, hospitales) impulsando la actividad económica en estas zonas y apoyando la transformación digital de sectores clave para el país como industria, sanidad, logística, agroalimentación, etcé­tera, afirma Jesús Villacorta, director de Estrategia, Desarrollo de Negocio y Transformación de Orange España.

Más velocidad, más economía

También hay que continuar con la evolución de la actual red de fibra a tecnología XGSPON para mayores velocidades de conexión. “Recordar que cuando multiplicas el acceso de velocidad a internet por 10, el impacto generado en la economía de un país es equivalente a un punto porcentual del PIB que, en el caso de España, equivale a 10.000 millones de euros de valor generado para el conjunto de la economía”, explica Villacorta. Además, también es relevante incrementar la infraestructura física de almacenamiento en centros de datos. “Solo en la región de Madrid se requiere una proyección de potencia de almacenamiento de 466 megavatios (MW) hasta 2026, lo que a su vez requerirá notables consumos de energía y de agua para su refrigeración, siendo preciso disponer de la infraestructura de obra civil asociada a su suministro”, dice Julián Núñez, presidente de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de infraestructuras (Seopan). El ritmo de inversión se tiene que incrementar para cumplir con los objetivos de la Brújula Digital 2030.

Y ante esta exigencia los operadores advierten de una asimetría en el mercado: mientras estas firmas absorben casi la totalidad de las inversiones, las grandes plataformas (Apple, Amazon, Netflix, Microsoft), que representan el 56% del tráfico global de internet, se mantienen al margen. “El sector reclama de estas corporaciones una contribución justa a la financiación de las infraestructuras de red”, dicen desde Telefónica, cuyo CapEx en los últimos 10 años ha sido de 16.756 millones de euros. A ello se añade un mercado muy fragmentado (en algunas ciudades hay cuatro o cinco infraestructuras alternativas), que dificulta la capacidad de inversión. “Esta es una situación compleja, con 150 actores con capacidad de comercializar servicios convergentes y ocho operadores que superan los 100 millones de euros de facturación, algo que no sucede en ningún país”, afirma Villacorta.

“El reto de avanzar en infraestructura requiere de un esfuerzo conjunto entre las operadoras y el Gobierno”, concluye Morlanes Montesinos. Y los fondos europeos son el principal instrumento para capturar las oportunidades de transición digital. “Están acelerando la transformación digital en España”, finaliza Fitas, de Accenture.

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