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La vida tras la política de Lasquetty, el gurú de Ayuso: de la sicav de Alicia Koplowitz a las dietas de 1.200 euros en una empresa municipal

El exconsejero de Hacienda ficha por un ente de Las Rozas, donde gobierna el PP, trabaja 12 horas al día y gana más dinero que cuando estaba en el Ejecutivo

Javier Fernández-Lasquetty, durante su etapa como consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid en funciones.
Javier Fernández-Lasquetty, durante su etapa como consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid en funciones.Alejandro Martínez Vélez (Europa Press)
Juan José Mateo

―¿Han mejorado sus ingresos con respecto a su última etapa como consejero [cuando cobraba más de 100.000 euros brutos anuales]?

―Sí.

Javier Fernández-Lasquetty (Madrid, 57 años) contesta por escrito a las preguntas de EL PAÍS con la condición de que sus respuestas sean reproducidas en su integridad. Han pasado ya tres meses desde que este licenciado en Derecho y Ciencias Políticas, que fuera junto a Enrique Ossorio el faro ideológico de los primeros gobiernos de Isabel Díaz Ayuso, dejara la política. Y no ha perdido el tiempo.

En este breve periodo ha sido nombrado presidente de Cofares Diversificación, filial de la distribuidora farmacéutica Cofares; miembro del consejo de administración de Morinvest, la sociedad de inversión que preside Alicia Koplowitz; ha entrado en el consejo asesor de Sagardoy Abogados; ha dado clases en diversos masters de distintas universidades; y acaba de fichar por el consejo de administración de una empresa municipal de Las Rozas, donde el PP, su partido, lleva gobernando desde 1995. Por esa labor cobrará 1.183,23 euros netos en concepto de dieta por cada una de las alrededor de diez reuniones a las que tendrá que asistir cada año, según precisa un portavoz de la entidad.

“El alcalde [José de la Uz] me pidió que me uniera a un consejo del que forman parte directivos empresariales”, explica Fernández-Lasquetty. “Lo que me interesa de Las Rozas Innova es que sirve para impulsar start-ups y para conectarlas con empresas que buscan innovación. Creo que puedo ayudar al consejo a orientar estratégicamente la actividad para esa finalidad”, sigue. “Ignoro todo sobre las dietas”, añade. “Ni lo he preguntado ni me lo han dicho. No conozco nada sobre ellas, así que ni siquiera sé si las percibiré. Desde luego la cantidad que usted dice no es para mí un motivo para haber aceptado la propuesta del alcalde”.

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Sin embargo, su desembarco en esta empresa pública al poco de dejar la Administración regional no ha dejado indiferente a la oposición de izquierdas.

“Los gurús de la privatización del PP siguen el mismo esquema: con una mano desmantelan los servicios públicos, y con la otra exprimen el dinero de todas y todos los madrileños para metérselo en su bolsillo”, opina Manuela Berguerot, la líder de Más Madrid en la Asamblea regional. “Lasquetty fue el gurú de la privatización de la sanidad pública y de aquellos polvos, estas listas de espera. Hoy su premio es cobrar 1.200 euros en dietas por cada reunión a la que asiste de una empresa pública”, añade. “El Partido Popular no tiene un problema con lo público, sino un problema de hipocresía: lo que le molesta es que el dinero termine en sanidad y educación y no sus chanchullos y contratos”.

“Vamos a fiscalizar el trabajo que hace”, advierten en la dirección del PSOE de Juan Lobato. “Exigimos total transparencia sobre su trabajo y participación en la actividad de la empresa”, subrayan. “Innova en la actualidad apenas tiene negocio y del presupuesto ordinario el grueso se va al capítulo de personal”, completan en el PSOE de Las Rozas.

Javier Fernández Lasquetty, junto a Esperanza Aguirre y Ana Botella en una fotografía tomada durante su etapa como consejero de Sanidad (2010-2014).
Javier Fernández Lasquetty, junto a Esperanza Aguirre y Ana Botella en una fotografía tomada durante su etapa como consejero de Sanidad (2010-2014).ULY MARTÍN

Hasta este punto ha llegado Lasquetty tras una vida política plagada de hitos, polémicas y reformas. Fue consejero de Inmigración y Cooperación (2007-2010) y de Sanidad (2010-2014) con Esperanza Aguirre, cargo que dejó por las movilizaciones de las mareas blancas de sanitarios que protestaban por su apuesta por la gestión privada de los nuevos hospitales públicos. Entonces se dedicó a la vida intelectual en la Universidad Francisco Marroquín, el templo del liberalismo en América Latina, donde supo que el Tribunal Constitucional avalaba el modelo de gestión privada para los hospitales públicos que había lanzado en Madrid y conoció que el Nobel Mario Vargas Llosa le incluía en los agradecimientos de su libro Tiempos recios.

Esa dedicatoria resume el predicamento del que goza Fernández-Lasquetty en el mundo liberal. Más si cabe desde que Díaz Ayuso le recuperó para la política activa en 2019, y le encargó recortar tantos impuestos como pudiera. “Su misión es llevar a cabo una política de reducción de impuestos y de liberalización económica”, se leía en su perfil oficial como consejero. Actuó en consecuencia: redujo el IRPF con una reforma valorada en 300 millones que favoreció especialmente a las rentas altas, lo deflactó con las mismas consecuencias para combatir la inflación; eliminó las testimoniales tasas propias que aún mantenía la región; y diseñó una bonificación del IRPF para atraer 30.000 patrimonios del extranjero con la garantía de que se ahorrarían unos 245 millones. Aunque esta última rebaja fiscal no se aprobó por la negativa de Vox a apoyarla, saldrá adelante ahora gracias a la mayoría absoluta del PP.

Con las espaldas curtidas por esa biografía, que incluye haber sido secretario general de FAES y subdirector del gabinete del expresidente José María Aznar, es fácil imaginarse a Fernández-Lasquetty escuchando las críticas de la izquierda hacia su fichaje por Las Rozas Innova con cierta indiferencia. Amante de las partituras barrocas, y asiduo del Auditorio Nacional, esa música, viene a decir el exconsejero, ya la ha oído antes.

“El PSOE lleva 15 años criticándome”, resume Fernández-Lasquetty, que asegura trabajar ahora las mismas 12 horas diarias que trabajaba antes. “Si lo siguen haciendo debe ser a causa de su lamentable incapacidad para hacer o decir algo nuevo”.

Cuentan que Fernández-Lasquetty se despidió de un grupo de diputados de otros partidos con un educado mensaje en el que, de paso, daba cuenta de que con su fichaje por Morinvest, la sicav de Alicia Koplowitz, no incurría en causa de incompatibilidad. Nada que ver con su desempeño como consejero de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de la Comunidad de Madrid, venía a decir. Ni antes, ni ahora, ni mañana.

―¿Deja abierta la puerta a una tercera vuelta a la política?

―No. Salí de la política por decisión propia y no volveré a ella.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.
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