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La motosierra de Almeida continúa en 2024

El Ayuntamiento talará 28 de los 54 árboles en la plaza de Santa Ana, a los que hay que sumar los del Paisaje de la Luz, que serán cortados en los próximos días por las obras de Metro, que depende de la Consejería de Transportes

Concentración para protestar por el comienzo de la tala en el parque de Arganzuela por las obras de ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid, el pasado 11 de diciembre.
Concentración para protestar por el comienzo de la tala en el parque de Arganzuela por las obras de ampliación de la línea 11 de Metro de Madrid, el pasado 11 de diciembre.AITOR MARTIN (EFE)
Manuel Viejo

José Luis Martínez-Almeida acudió el pasado martes al parque del Retiro. El área de Movilidad y Medio Ambiente preparó al dedillo un escenario festivo para la ocasión con una gigantesca pantalla azul y más de 30 invitados. El Ayuntamiento de Madrid presumía, por segundo año consecutivo, de no haber superado los límites europeos de dióxido de nitrógeno en el aire. Muy lejos quedan ya los vídeos del PP en 2019 en los que reivindicaba el cierre de Madrid Central. Almeida, de hecho, presume ahora de contaminar menos que Manuela Carmena, que cerró el distrito Centro a los coches más contaminantes con la oposición de los populares.

El alcalde, orgulloso ahora de esta gesta, concentró en el Retiro a empresarios del transporte e incluso al presidente de la patronal madrileña. Todos observaron la nueva campaña publicitaria municipal: Madrid tiene otro aire. Pese a la cierta pomposidad del acto, solo duró seis minutos. Habló el alcalde y se dio por zanjado el anuncio. Al terminar, concedió una rueda de prensa. La mayoría de las preguntas, sin embargo, no fueron sobre la hazaña contra la contaminación, sino de la nueva tala de árboles que acecha a las calles de la capital, otra vez.

El año se ha iniciado como terminó: con el ruido de las motosierras por el centro de Madrid. La noticia, adelantada por eldiario.es en el día de Reyes, indicaba que el Ayuntamiento talará ahora 28 de los 54 árboles de la plaza de Santa Ana, a muy pocos metros de la Puerta del Sol, y en una zona en la que apenas existen islotes verdes. El motivo es la reforma de un parking privado subterráneo. Los vecinos han convocado una manifestación para este domingo bajo el lema Los árboles de Santa Ana ni se tocan ni se talan.

Durante los últimos cuatro años, se ha instalado entre los madrileños una percepción de arboricidio en la capital, golpeada, sobre todo, por la borrasca Filomena. Desde entonces, numerosos vecinos del centro han colocado pancartas en sus balcones, se han generado debates en tertulias políticas y, sobre todo, titulares en los diarios, también internacionales. Las talas centralizan ―esta semana, sin duda― las comparecencias del alcalde. ¿Cuántas lleva Almeida?, ¿de dónde viene esa percepción? En la plaza del Carmen, otra reforma provocó la tala de 28 árboles en 2023. En el parque de La Cornisa, donde los vecinos están que echan humo, se cortaron de cuajo otros 28, sin previo aviso. En la plaza del Niño Jesús, a pocos metros del Retiro, 32. En la plaza de Comendadoras, otros siete. Ahora están previstos otros 16 en la plaza de Soledad Torres Acosta y 73, también, en los alrededores del Santiago Bernabéu, por la instalación de otro parking subterráneo que cuenta con el rechazo de los vecinos.

Además de estas talas, hay que sumar las numerosas críticas a la operación asfalto de la capital en el pasado mandato, que provocó imágenes surrealistas en algunos puntos de la capital, como la de una calle del distrito de Barajas, donde 37 árboles fueron literalmente asfaltados con alquitrán en octubre de 2022. O en la calle de Ponzano, convertida en un símbolo hostelero durante la pandemia y reformada con polémica el pasado año porque el Ayuntamiento tomó la decisión de colocar adoquines y cemento sobre los propios alcorques. Es decir, que los árboles ya no podrán crecer de manera natural.

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A todas estas talas anteriores, hay que sumar la más numerosa, que se inició en 2023 y continuará en 2024. La obras de la línea 11 del metro ya están en marcha. Depende de la Comunidad de Madrid y cuenta con el beneplácito del Ayuntamiento. Supuso la eliminación de 162 árboles en el parque de Madrid Río y se prevé el tajo de otros 434 en el resto del trazado. De hecho, en estos días se tenían que haber talado ya los 59 que rodean a la estación de Atocha.

La llegada de las motosierras tiene en pie de guerra al vecindario, que ha convocado concentraciones de 10 horas al día para tratar para vigilar cuándo será el momento de la tala. Esto ha supuesto una llamada de atención del Ministerio de Cultura. La tala afecta de lleno al Paisaje de la Luz, el primer sitio de la capital de España declarado como Patrimonio Mundial por la Unesco. Por talar, aquí se van a talar hasta unos cedros que el propio catálogo de parques históricos y jardines del Ayuntamiento considera “singulares”.

Ayuso Línea 11 Madrid
Vecinos y ecologistas, el pasado diciembre en Madrid Río. AITOR MARTIN (EFE)

Aquí, el jueves, a media mañana, una veintena de vecinos protestaba con pancartas. Aquí, los árboles, gigantescos, algunos con más de 150 años, tienen pegatinas estampadas que dicen: “Se va a talar”. Aquí, Alicia Estefanía, vecina de la calle, quiere que el metro se haga y que pase por debajo de su casa, pero pide, eso sí, que se desplace unos metros, para proteger al arbolado y sus hogares.

“Los vecinos no estamos aquí para quitar ni poner gobiernos de un color o de otro”, explica. “Solo queremos que los árboles se salven y que nuestros edificios estén seguros. Ni más, ni menos”. De hecho, los vecinos han presentado un proyecto elaborado por arquitectos y técnicos veteranos que las autoridades madrileñas han desechado, por ahora. “Hay alternativas”, incide esta vecina, al tiempo que reconoce una cierta “preocupación” por la tuneladora que se adentrará debajo de las casas y que, sostiene, puede poner en jaque la seguridad de los edificios. Carmen Ruiz, que lleva 40 años en la zona, quiere el metro, pero no de esta forma: “Los árboles son salud, son vida. Es inaudito que se pueda arrasar con ello habiendo alternativas”. La tala será inminente, según un operario municipal que merodeaba por allí.

Almeida justifica la llegada de las motosierras en la necesidad general de una estación de metro. Será una parada más en la línea 11, que prevé cruzar la capital en diagonal en la próxima década, siempre que los tiempos se cumplan, como asegura la Consejería de Transportes. El argumento del área de Medio Ambiente municipal para justificar las talas es que también lo han hecho otros gobiernos antes, como el de Carmena (2015-2019) y el de Pedro Sánchez, que prevé una tala de 247 árboles por la reforma integral de la estación de Atocha. Una portavoz del Ministerio de Transportes, sin embargo, asegura que el número definitivo lo dirá el estudio, aun en trámite.

La respuesta de Más Madrid y el Ministerio de Transportes

“Almeida siempre utiliza el mandato de Manuela Carmena para hablar de todo lo que se supone que está mal en la capital”, responden fuentes de Más Madrid al alcalde. “El PP omite que llevaba 25 años gobernando la ciudad antes de que llegara Carmena, y ahora llevan otros cinco años de mandato, después de Carmena”. Más Madrid reconoce que en 2015 se encontraron un arbolado “en crisis”, con “caídas de ramas” que “provocaron” el fallecimiento de un hombre en El Retiro.

Esto, explican estas fuentes, derivó de los contratos integrales firmados por Ana Botella (2011-2015), porque “solo” se revisaban 6.000 árboles al año, de los casi dos millones que había. Carmena creó en 2018 el Servicio de Evaluación y Revisión Verde, que se encargaba de inspeccionar, detectar y resolver las situaciones de riesgo que presentaba parte del arbolado de mantenimiento municipal, y que cada año revisa una selección de 545.000 ejemplares en los 21 distritos de la capital.

Respecto a los 247 árboles que el Gobierno de Sánchez prevé talar por las obras de Atocha, el concejal Álvaro Fernández Heredia, de Más Madrid, explica que aquí, al contrario de lo que ocurre con la ampliación de la línea 11, no existe alternativa. “Este proyecto de reforma de la estación de Atocha no incumple el planteamiento urbanístico. Aquí sí se pudieron hacer alegaciones, entre ellas las del Ayuntamiento de Madrid”.

El pasado martes, durante la presentación en el Retiro de la campaña Madrid tiene otro aire, Almeida aseguró haber plantado ya 50.000 árboles en estos seis primeros meses de su segundo mandato. Forman parte de la promesa electoral que hizo en la pasada campaña, cuando el diario Financial Times criticó las talas de la capital. Almeida, el mismo día que el periódico económico disparaba contra las decisiones del área de Medio Ambiente, anunció que plantará 500.000 en los próximos cuatro años. Es decir, 343 al día. O dicho de otra manera: uno cada 20 minutos. Y sin librar los festivos.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.
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