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Caen los Trinitarios de Arganzuela por un intento de asesinato en un parque al grito de “¡baja patria!”

Uno de los cabecillas ya fue detenido en una macrooperación de estafas para financiar a la banda y ha ingresado en prisión junto a otros seis miembros. Otros cinco son menores y están en centros de reforma

Trinitarios de Arganzuela
Varias prendas y armas pertenecientes a la banda de los Trinitarios incautadas por la Policía Nacional en Arganzuela (Madrid).Policía Nacional (EFE)
Patricia Peiró

Fue premeditado, en manada y por sorpresa. El 14 de enero, cuando faltaban 10 minutos para las once de la noche, tres jóvenes se encontraban en un parque del distrito madrileño de Arganzuela, una zona residencial céntrica en la que hay canchas de baloncesto y parques infantiles. Los chicos fueron sorprendidos por una jauría de personas que los atacaron con armas blancas al grito de “¡baja patria!”, una orden que, en el mundo de los pandilleros, sirve para humillar al contrario. Las víctimas intentaron huir, pero los atacantes alcanzaron a dos y los dejaron heridos de gravedad, a uno en la mano y a otro en la cara. Ese grupo de atacantes era, según las investigaciones, los Trinitarios del distrito de Arganzuela y a finales de junio fueron detenidos por la Policía Nacional por este intento de asesinato, incluido uno de los cabecillas, que ya había sido detenido en una macrooperación en la que se le acusaba de decenas de estafas para financiar a la banda.

El juez ha considerado de tal gravedad los hechos y el número de pruebas tan abundante que ha ordenado el ingreso en prisión para los siete mayores de edad y en centros de reforma para los cinco menores detenidos. En esta decisión ha pesado el informe del forense elaborado semanas después, quien advirtió de que una de las heridas, “muy profunda y cerca del cuello”, podría haber causado “un gran compromiso vital”. Es decir, que sin la intervención del Samur y su traslado a un centro hospitalario, podría haber perdido la vida. Tras estabilizarlos en el lugar, los heridos tuvieron que ser ingresados en el Clínico y en La Paz.

Por las características del ataque y la zona en la que se produjo, los investigadores de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional trabajaron desde un primer momento con la hipótesis de una agresión de bandas, algo que en su argot se denomina una caída. Se trata de una cacería premeditada en busca de enemigos a los que atacar. En esta ocasión creyeron encontrarlos en el parque de la Cuña Verde del Ferrocarril, que ellos habían identificado previamente como lugar de reunión de sus enemigos, los Dominican Don’t Play. Todos los agresores iban vestidos de negro, con sudaderas, capuchas y mascarillas, para evitar que las cámaras de seguridad de la zona y del metro captaran su rostro. Estas medidas de seguridad que tomaron hicieron más compleja la investigación, aunque las pruebas recopiladas por la policía han sido determinantes para el ingreso en prisión de todos.

Después de agredirlos, todos escaparon en diferentes direcciones. La sucesión de hechos indicó a los investigadores que la acción estaba coordinada y planificada, por ello el juez consideró que todos, autores materiales y participantes en la reyerta, mayores y menores, ideólogos y soldados, debían responder de la agresión por igual. Esta preparación es la que ha llevado al juez a imputarles un delito de asesinato en grado de tentativa y de pertenencia a organización criminal en el caso de seis de ellos. Entre los mayores de edad hay cinco jóvenes españoles, uno de Cabo Verde y otro de República Dominicana. Los siete tienen entre 18 y 21 años y seis de ellos cuentan con antecedentes policiales, detallan fuentes policiales.

Entre los detenidos se encontraba uno de los cabecillas de la banda, de apodo Gretty, que ya fue arrestado hace unos meses por su participación en una macroestafa para financiar a la organización. Según las investigaciones policiales, el grupo ha dado un paso más a la hora de ganar dinero y ha pasado a las estafas bancarias para aumentar sus ingresos. Este implicado tuvo un papel importante en los timos a usuarios de entidades bancarias a los que vaciaban las cuentas.

Las detenciones se realizaron la última semana de junio y la operación concluyó con la entrada y registro de 12 inmuebles en los que los policías confirmaron los indicios que les habían llevado hasta ellos. En las casas encontraron machetes, munición para armas de fuego, los collares típicos de los miembros de las bandas, bandanas y la ropa que llevaban ese día.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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