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Un fallo informático deja a 65.000 alumnos de 4º de la ESO sin hacer la prueba piloto de evaluación

La Comunidad de Madrid adjudicó un contrato “de emergencia” para el desarrollo del ‘software’ digital a una empresa externa por 824.736 euros en noviembre de 2020

Alumnos de 4º de ESO en el IES Diego Velázquez de Madrid, durante el intento de realizar la prueba externa, el pasado jueves 26 de enero, en una imagen publicada en las redes sociales del centro.
Alumnos de 4º de ESO en el IES Diego Velázquez de Madrid, durante el intento de realizar la prueba externa, el pasado jueves 26 de enero, en una imagen publicada en las redes sociales del centro.
Beatriz Olaizola

“Desde las nueve y veinte de la mañana estamos intentando acceder a la plataforma para realizar el examen y ninguno de los alumnos lo ha conseguido”. Es uno de los mensajes que intercambiaron decenas de directores de institutos públicos, privados y concertados de la Comunidad de Madrid el pasado jueves. Unos 65.000 estudiantes de 4º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) debían presentarse al simulacro de la prueba de evaluación externa, un examen de competencias básicas para alumnos de primaria y secundaria que no se convocaba desde 2019. Era la primera vez que se hacía en formato digital. La plataforma escogida fue e-valuM, un software para el que el Gobierno regional invirtió 824.736 euros en noviembre de 2020 y cuyo desarrollo adjudicó a una empresa externa. Profesores y estudiantes trataron de acceder a la página durante más de una hora. Sin éxito. El servidor había caído y tuvo que suspenderse la prueba.

“En una hora recibí unas 150 quejas. Directores desesperados porque no funcionaba nada y sin saber qué hacer”, cuenta por teléfono Esteban Álvarez, presidente Adimad, la asociación que agrupa al 80% de los equipos directivos de los centros de secundaria de Madrid. Docentes y alumnos se preguntaban qué había pasado en redes sociales y colgaban fotografías y vídeos de la página web colapsada. El enfado iba en aumento y se extendía por todos los institutos de la región. “No ha habido ninguna explicación ni comunicación. La administración nos dijo que había caído el servidor, después de estar una hora esperando. Nada más”, critica Álvarez.

Una portavoz de la Consejería de Educación explica que están “analizando el desarrollo de la prueba piloto para evaluar la capacidad del sistema informático, detectar posibles fallos y corregirlos de cara a que el día de la celebración se pueda llevar a cabo sin ninguna incidencia”. Tras el análisis, prevén organizar otro simulacro “en próximas fechas”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, adelantó el pasado septiembre que en el curso 2022-2023 se retomaban las pruebas externas de evaluación. Las últimas se celebraron en abril 2019 con los alumnos de 6º de primaria, que son los que ahora cursan 4º de la ESO. Estaban concebidas para hacerse de forma presencial y en papel, y debido a la pandemia de la covid-19 tuvieron que interrumpirse. Este año, serán también en abril y los estudiantes tendrán que examinarse de Lengua Castellana y Literatura, Inglés, Matemáticas e Historia. La novedad: se desarrollarán en formato digital, por lo que se anunció una prueba piloto para el 26 de enero. A las nueve y media de la mañana, todos los chavales de 15 o 16 años de la región debían estar delante del ordenador para completar el simulacro de examen. Al mismo tiempo.

Para ello, los cerca de 800 centros donde se va a hacer la evaluación tuvieron que organizar muchas cosas muy rápido: suspender la jornada lectiva durante unas horas, dividir a los profesores para hacer turnos de vigilancia en los exámenes, distribuir ordenadores para que cada alumno tuviera uno, separarlos por turnos porque no había dispositivos para todos, repartir las credenciales para acceder al sistema e informar a las familias. “Fue un desastre. Después del trabajo previo, que pase esto es impresentable. Una falta de profesionalidad y de previsión intolerables”, se queja Álvarez.

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El 13 de noviembre de 2020, la Comunidad de Madrid adjudicó un contrato de emergencia para crear una “plataforma digital de evaluación para las etapas educativas de primaria, secundaria obligatoria y bachillerato” a la empresa ODEC (Centro de Cálculo y Aplicaciones informáticas, S.A) por 824.736 euros. El plazo de ejecución era de 20 días hábiles y la memoria para justificar el proyecto recogía la “necesidad inmediata e imprescindible” de disponer de “una herramienta digital única” para hacer los exámenes. “Se ha convertido en una prioridad absoluta y de cobertura inmediata para el sector educativo”, añadía el texto. El motivo, la pandemia y la posibilidad de que se decretara un nuevo confinamiento que impidiera realizar evaluaciones de forma presencial, como ocurrió en mayo y junio de ese mismo año. La puesta en marcha de la plataforma no se anunció hasta febrero de 2021, y tres meses más tarde todavía no se había aplicado en los colegios.

“La Comunidad ya tiene una plataforma educativa pública, que es Educamadrid. Sí, está muy limitada, pero optan por externalizar una prueba que ha resultado ser un fracaso, en vez de impulsar una estructura que ya existe”, critica Isabel Galvín, secretaria general de la Federación de Enseñanza de CC OO de Madrid. El 5 de octubre de 2020, la Dirección General de Infraestructuras de la Consejería de Educación y Juventud solicitó una inspección educativa para valorar la necesidad de diseñar una plataforma informática para la realización de exámenes a distancia a través de ordenador. La conclusión fue la siguiente: “La plataforma Educamadrid, mediante los procedimientos descritos arriba, puede garantizar la realización de ejercicios y pruebas con alto grado de fiabilidad”. Dos meses antes, el Gobierno regional ya firmó, vía declaración de emergencia, un contrato de servicios del currículo digital con Editorial Planeta e Informática El Corte Inglés por 14.544.280,34 euros. También un segundo contrato de plataforma web de biblioteca con Odilo Tid por 2.555.520 euros.

Entonces, UGT y CC OO, afeaban que no se hubiera convocado un concurso público y se declarase de emergencia cuando el problema existía desde marzo de ese año. “Lo hacen por la vía rápida, pero luego tardan dos años en hacer un trabajo y el primer intento es un fracaso. Hoy es un simulacro, pero mañana es algo más serio. Un despilfarro de dinero para que luego nada funcione”, añade Galvín. La última semana de 2022, la Comunidad de Madrid publicó la convocatoria de un contrato de servicios para el “mantenimiento de la plataforma de evaluación de los aprendizajes e-valuM” por 307.301,28 euros.

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Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.

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