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Ayuso rompe con Casado: “La dirección del PP actúa de modo cruel e injusto contra mí”

La presidenta defiende que no intervino en el contrato de 1,5 millones relacionado con su hermano y reconoce que este participó en la operación

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la rueda de prensa en la Real Casa de Correos de Madrid, sede del Gobierno regional, este jueves.Foto: ÁLVARO GARCÍA | Vídeo: QUALITY
Juan José Mateo

Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha roto este jueves todos los puentes con el presidente del PP, Pablo Casado. En una declaración en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno autónomo, la líder conservadora ha acusado a la dirección de su partido de actuar de modo “cruel” e “injusto” con ella, urdiendo una campaña de desprestigio que ha incluido investigar un contrato de 1,5 millones de euros con el Gobierno regional por el que su hermano habría cobrado una comisión. Díaz Ayuso ha subrayado que el propio Casado le trasladó en septiembre que consideraba que ese acuerdo es ilegal, y que había obtenido la información gracias a La Moncloa, sede del Gobierno central. La presidenta regional ha vinculado la operación para investigarla a su deseo de presidir el PP de Madrid, a lo que se opone el equipo de Casado, y le ha lanzado al líder una acusación (“es muy doloroso que dirigentes de tu partido te quieran destruir”), un reto (que pruebe sus acusaciones), y una exigencia (“que se depuren responsabilidades”).

“Espero que la dirección nacional del PP pruebe que yo obligué a hacer ningún contrato con nadie, que pruebe que ha habido tráfico de influencias, que ha habido algo irregular, que yo no soy honrada”, ha retado Díaz Ayuso durante una comparecencia sin preguntas en la que ha acusado a Casado y a su equipo de fabricar un dosier en su contra y de impulsar “continuas filtraciones” contra su honorabilidad. Y ha advertido: “El que dirigentes del Partido Popular hayan actuado así es un hecho gravísimo (...) No puede haber nada más grave que acusar a alguien de la propia casa, con responsabilidades de Gobierno, de corrupción. Y hacerlo sin pruebas metiendo de por medio a mi familia (...) Que la oposición me ataque es lógico; pero que lo haga la dirección de mi partido porque quiero presentarme al Congreso del PP de Madrid es insensato”.

Lea la adjudicación del contrato bajo sospecha. Si no puede verlo, pinche aquí.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha asegurado que conoció la existencia del contrato (1,5 millones de euros en mascarillas firmado en 2020 con una empresa liderada por un amigo de la infancia de los Díaz Ayuso) en septiembre y a través de Casado. Según su relato, el presidente del PP afirmó entonces que creía que ese acuerdo era ilegal, y le reconoció que había obtenido la información a través de La Moncloa, donde gobiernan el PSOE y Podemos. ”Eso es falso”, ha respondido poco después en una comparecencia el secretario general del PSOE de Madrid, Juan Lobato.

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Tras esa cita, y siempre según la versión de la líder conservadora, Díaz Ayuso se puso en contacto con su hermano. En esa conversación, Tomás Díaz Ayuso habría admitido su relación directa con el contrato, y también un cobro como resultado de este: “Pregunté a mi hermano, quien me confirmó que había mantenido relaciones comerciales con esa empresa, y que todo era completamente legal. Que todo está regulado ante Hacienda y declarado”.

Aquella conversación fue un punto de inflexión que marcará para siempre el futuro del PP. A partir de ese encuentro privado en la planta noble de la sede nacional de Génova, todo cambió entre Díaz Ayuso y Casado. Amigos desde los tiempos de las Nuevas Generaciones, la agrupación juvenil del PP, los dos políticos se han ido distanciando en la misma medida que crecía la popularidad de la baronesa (que perdió las elecciones autonómicas de 2019 y ganó las de 2021) y decrecía la del líder (que ha sido derrotado en las dos elecciones generales en los que ha sido candidato a presidir el Gobierno). En paralelo, sus equipos han maniobrado para acrecentar la tensión: es conocida la animadversión que se profesan el secretario general nacional, Teodoro García-Egea, y el poderoso jefe de gabinete de Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez.

Ingredientes suficientes para desatar una guerra civil dentro del PP: ayusistas contra casadistas, casadistas contra ayusistas. Primero, en privado. Después, a través de la prensa. Y ahora, en público, pese a que eso signifique poner en juego el futuro de un partido que pierde terreno ante Vox y que aún tiene que lograr apuntalar la continuidad de Alfonso Fernández-Mañueco al frente del Gobierno de Castilla y León.

“Creo a Almeida”

“Podré cometer errores, pero no ilegalidades”, ha asegurado Díaz Ayuso, que ha dicho creer al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, en que no se ha dedicado ningún recurso municipal a investigarla. “Me creo sus palabras”, ha recalcado la presidenta regional. “No hemos hecho otra cosa que trabajar juntos”.

“No encontrarán ni una sola muestra de haber beneficiado a nadie, y menos a mi familia”, ha seguido. “Mi hermano lleva trabajando como comercial en el sector sanitario 26 años, mucho antes de que yo entrara en política, pero nunca le he ayudado para conseguir absolutamente nada en su vida laboral”, ha defendido. “Y animo a que alguien demuestre que yo me he movido para beneficiarle a él o a alguien de mi entorno personal como siempre se dice de manera maliciosa. Porque no tendrá nadie una sola prueba de corrupción por mi parte. Ni una sola prueba”.

Lea el informe del consejero Enrique Ruiz Escudero sobre la adjudicación. Pinche aquí si no puede verlo.

El choque entre Casado y Díaz Ayuso arrancó al final del verano, cuando la presidenta de Madrid anunció formalmente su intención de optar a la presidencia del PP regional, aumentando su capacidad de influencia al unir el poder orgánico (que incluye elaborar las listas electorales) con el institucional (que permite decidir el futuro político de los principales nombres del partido al repartir cargos públicos). Desde entonces, los roces entre ambas partes han sido continuos. Y este jueves, la líder conservadora ha acusado a la dirección nacional de incumplir la ley orgánica de partidos “en numerosos puntos” desde hace un año, entre ellos, al no convocar el congreso regional que decidirá el liderazgo del PP de Madrid, y que sigue sin fecha.

El conflicto, sin embargo, ya no se circunscribe a la presidencia del PP de Madrid. Ha pasado a ser personal. Casado contra Díaz Ayuso. Díaz Ayuso contra Casado. Teodoro García-Egea, el secretario general nacional, ya no sirve como cortafuegos en la batalla interna. Y para julio está prevista la celebración del congreso nacional, en el que se decidirá si Casado revalida su liderazgo o si hay una alternativa mayoritaria. El PP afronta desde ahora una guerra interna de la que solo puede emerger un único ganador.

Lea el acuerdo del Consejo de Gobierno para la adjudicación. Si no puede verlo, pinche aquí.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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