Ana Botella en el juicio por la venta masiva de vivienda protegida a un fondo buitre: “Se cumplió el fin social”

—Hola, señora Botella.

—Hola, señor Benítez de Lugo.

—¡Ah! Me conoce.

La exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, responde afirmativamente. El letrado replica:

—Su marido también, ¿no?

Así ha comenzado la declaración como testigo en la Audiencia Provincial de Madrid de la exregidora en el juicio por la supuesta venta fraudulenta de 1.860 viviendas protegidas al fondo de inversión Fidere (filial del conglomerado Blackstone), en 2014, cuando ella gobernaba en Madrid. En un tenso intercambio con el letrado de los inquilinos afectados, Mariano Benítez de Lugo, Ana Botella ha repetido hasta una decena de veces que su Gobierno hizo todo según la legalidad y que “se cumplió el fin social” de la Empresa Municipal de Suelo y Vivienda (EMVS). “¿Cumplir con el fin social es vender viviendas sociales?”, ha replicado el abogado en una de las ocasiones.

En efecto, Botella conoce perfectamente a Benítez de Lugo. El veterano letrado actuó como acusación representando a una asociación de abogados en el caso Gürtel. Fue uno de los artífices de que el expresidente Mariano Rajoy tuviera que acudir a declarar por la caja b del Partido Popular, y además interrogó al marido de Botella, el también expresidente José María Aznar. En esta causa, el abogado en un principio representó al PSOE, pero se acabó desligando para representar directamente a la asociación de vecinos afectados por la enajenación de sus viviendas a un fondo buitre. Una transacción que les hizo perder la posibilidad de compra de sus casas y que duplicó el precio de sus alquileres. Según sostiene la acusación, el precio de las promociones se fijó por debajo de lo que marcaba el mercado y además no hubo concurrencia.

La exalcaldesa ha sufrido en la puerta de la Audiencia Provincial a un grupo de vecinos, que habían guardado silencio a su entrada, pero no se callaron a su salida, cuando le han increpado antes de que se metiera al coche que la esperaba en la puerta. También se han escuchado cánticos desde la calle y a través de las cristaleras de la sala del juicio mientras Botella declaraba. “Gracias al plan de viabilidad aprobado por la EMVS, esta empresa sigue existiendo y no hubo que despedir a ninguno de sus 400 trabajadores”, ha repetido Botella en tantas ocasiones, como parte de un guion ensayado, que el juez ha tenido que decirle que ese extremo ya había quedado claro.

“No me acuerdo”

Botella hablaba mirando al frente, donde se ubica el tribunal, y en contadas ocasiones ha girado de forma muy lenta la cabeza hacia la derecha, donde se sentaba Benítez de Lugo, que fue el letrado que solicitó la comparecencia de la exalcaldesa. Ella lo sabía, y con su actitud parecía querer dejar claro que no quería estar sentada allí. En ciertos momentos ha arrastrado las palabras, ha contestado con monosílabos y ha recurrido al socorrido “no me acuerdo”. Hicieron “lo que tuvimos que hacer”, ha defendido, en un momento en el que la situación económica era “desoladora”.

Con ese “lo que tuvimos que hacer” se refiere a la venta masiva de vivienda pública para conseguir liquidez en las arcas municipales en un momento en el que el Estado exigía a las administraciones reducir el déficit. Botella ha respondido con un “no recuerdo” a la pregunta de la letrada del PSOE, que actúa en este proceso como acusación, sobre si no le había resultado “raro” que la Junta de Gobierno del Consistorio madrileño aprobara el plan de sostenibilidad de la EMVS, al mismo tiempo que esta empresa pública ya estaba en trámites de aceptar la oferta de Fidere por las viviendas.

La exacaldesa ya fue condenada y posteriormente absuelta por el Tribunal de Cuentas por esta operación. En esta ocasión solo están acusados el apoderado del fondo de inversión Fidere (filial de la multinacional Blackstone), Alfonso Benavides, y el exconsejero delegado de la EMVS, Fermín Oslé. A este último, Botella le ha lanzado una mirada a modo de saludo antes de salir de la sala. Fidere ya se ha visto envuelto en varios procesos judiciales o de mediación con los vecinos de los miles de viviendas que ha adquirido en la Comunidad de Madrid en los últimos ocho años.

Otro momento tirante del rifirrafe en el que ha consistido la declaración de Botella ha llegado cuando el abogado de los inquilinos le ha preguntado quién componía su gabinete de alcaldía en el momento de aprobar la operación. “Es público”, ha replicado secamente la exregidora. “Perdone, pero este humilde letrado no conoce esa publicidad”, ha seguido él. “Pues señor Benítez de Lugo, si entra en internet lo verá, yo ahora mismo no me acuerdo”, ha zanjado ella. Cuando el abogado le ha recordado que, a pesar del fin social que la exalcaldesa sostenía, se ha desahuciado a un centenar de familias, ella ha respondido con un: “No tengo constancia”.

Después, Benítez de Lugo, ha arrancado media sonrisa en la sala cuando ha preguntado:

—Y en esa gran empresa que todos sabemos que es el Ayuntamiento de Madrid, ¿tuvo constancia de que se hiciera seguimiento de que Fidere cumplía con su obligación de invertir en el mantenimiento de las fincas?

Botella ha asegurado que estaba segura de que la EMVS llevó a cabo este control.

La exalcaldesa ha salido por la puerta de la Audiencia Provincial sin hablar con los vecinos ni con los medios. Ya había dicho todo lo que tenía que decir ante el juez.

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