La policía desmantela uno de los mayores centros de distribución de juguetes y material sanitario ilegales

Una operación conjunta entre la Policía Nacional, las Policías Municipales de Madrid y Fuenlabrada y la Agencia Tributaria ha permitido desmantelar uno de los mayores centros de distribución de juguetes y productos sanitarios e higiénicos de la región. Los agentes se han incautado de 1.352.785 juguetes falsificados y 2.727.946 unidades de productos sanitarios listos para su distribución. Además, un total de 12 personas fueron arrestadas y otras ocho están siendo investigadas por su presunta participación en los delitos contra la propiedad industrial, contra la salud pública, contra los derechos de los trabajadores y por pertenencia a organización criminal, entre otros.

Las investigaciones comenzaron a raíz del hallazgo por parte de la Policía Municipal de la capital de una serie de productos que están siendo comercializados en distintos establecimientos de la ciudad, por lo que se podría estar cometiendo diferentes delitos contra el mercado de los consumidores y contra los derechos de propiedad industrial. Empezaron desde entonces las vigilancias y los seguimientos por parte de la Policía Local de Fuenlabrada y de la Policía Nacional, ya que todo apuntaba que la mercancía provenía de una nave del polígono industrial de Pinto, según informaron ayer los cuerpos policiales. En una segunda fase, se identificó a todos los integrantes del grupo criminal.

La banda utilizaba la llamada técnica de la tela de araña para evitar los controles policiales. Los responsables compraban los productos falsificados en China y lo introducían en España por diferentes medios, de manera fraccionada y por piezas. Para ello, se valían de envíos por puertos y aeropuertos de cualquier punto de la península y en días elegidos al azar. De esta forma, evitaban cualquier control aduanero. Después, los montaban en una nave de Pinto y los almacenaban en diferentes puntos de venta del polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada. Desde aquí, los distribuían a diversas partes de la geografía española.

Fuentes policiales destacaron que los comerciantes que atendían al público disponían de las cantidades que tenían previsto vender cada día. Eso sí, en caso de que se quedaran sin existencias o les llegara un pedido muy alto, hacían uso de un equipo de transporte y recogida que acudía a las naves de almacenamiento para provisionarse del producto necesario.

El trabajo estaba, por tanto, muy estructurado. En las tres naves de recepción, montaje y distribución, se acumulaba la mayoría de los productos. Además de hallarse cientos de miles de juguetes y mascarillas almacenadas, se encontraban distintos operarios encargados de la custodia y almacenamiento de los productos, según destacaron fuentes de la investigación.

Los investigadores destacaron la extraordinaria rentabilidad que tenía previsto conseguir el grupo criminal en estas fechas navideñas, dada la enorme cantidad y variedad de productos intervenidos, con 1.352.785 juguetes falsificados, pertenecientes a marcas como Lego, Fornite, Lol Surprise y Disney. Esta enorme cantidad hace imposible establecer, de momento, una cuantía exacta de los beneficios que se habrían obtenido. Eso sí, los peritos creen que el beneficio por cada juego, a la baja, supondría unos cinco euros. Es decir, más de 6.810.000 euros. Del mismo modo, el promedio de ganancia por producto sanitario ronda el euro, lo que aportaría un beneficio total de 2.727.946 euros. También se han intervenido 19.300 euros en efectivo.

En la fase de explotación de la operación se ha contado con la participación de inspectores del Área de Consumo y Calidad de la Comunidad de Madrid, al objeto de identificar y certificar las diferentes disfunciones y riesgos para la salud que había en los diferentes productos localizados.

Fuentes de la Policía Municipal de Madrid informaron de que con esta operación se ha evitado que más de cuatro millones de productos se distribuyan para su venta en comercios, mercadillos o puntos de venta ambulante no autorizados de la capital durante las fiestas. Además se ha conseguido proteger a “un grupo de población especialmente sensible, los menores, al que iban dirigidos más de un millón de juguetes. Estos podían despiezarse, con el consiguiente riesgo de ahogamiento.