Sesión doble de gran cine español

'Hola estás sola', nacida con la generación de nuevos directores de los 90, y el cine independiente actual de 'La reina de los lagartos' son las proyecciones que destaca Brays Efe para el mes de agosto

Madrid - 31 jul 2020 - 00:30CEST

'Hola, ¿estás sola?', de Icíar Bollaín y 'La reina de los lagartos', de Burnin' Percebes, son dos de las proyecciones destacadas de agosto en Madrid.

En agosto cierran la mayor parte de salas de reestreno por vacaciones y por lo tanto la oferta es reducida. Eso, unido al calor y a todo tipo de situaciones laborales y vitales, me hicieron pensar que quizá no sería necesario escribir en este espacio este mes. Pero, revisando la programación, me he encontrado con un pequeño guiño que merece la pena destacar. Inaugurando este espacio, a principios de julio, mencioné el género “dos amigas”, género no canónico pero que todo espectador voraz reconocerá, donde se enmarcan películas que van de El amigo de mi amiga (Rohmer, 1987) a Romy y Michele (David Mirkin, 1991).

Basta que no mencionara ninguna de las joyas nacionales que utilizan este arquetipo para que el Cine Doré conteste programando Hola, ¿estás sola? (Icíar Bollaín, 1995). Nina y Trini son dos jóvenes vallisoletanas que escapan de la falta de oportunidades aunque lo hacen hacia la falta de oportunidades, pero por lo menos lo hacen juntas, ¿no? Aparte de huyendo de Valladolid y pasando por Madrid, también las vemos sacando adelante un chiringuito en la Costa Brava. Nina está interpretada por Silke, aquella actriz de personalidad diferente y misteriosa que reinó durante unos años en los 90 y después se retiró a la playa. Y Candela Peña es Trini, su segundo papel en una película tras Días contados (Imanol Uribe, 1994) y el inicio de una carrera llena de interpretaciones excelentes. Juntas tienen una química brutal y comparten diálogos fascinantes, como la discusión acerca del paradero de Olaf, un ruso que no entienden pero que se queda a vivir con ellas porque no tiene a dónde ir o eso parece.

Hola, ¿estás sola? es la primera película de Bollaín y forma parte de un grupo de óperas primas de esa década que cambiaron la cara del cine español: por ejemplo, Vacas (Julio Medem, 1992), Acción mutante (Álex de la Iglesia, 1993), Todo es mentira (Álvaro Fernández Armero, 1994). La gente identifica a Bollaín con el cine social más clásico, en la senda de Ken Loach, con el que además trabajó como actriz en Tierra y libertad (también en 1995) y con quien en ocasiones comparte guionista, Paul Laverty. Al contrario del cine social más reconocible, la precariedad que las protagonistas de Hola, ¿estás sola? atraviesan no es la gran protagonista de la película, pero es algo que se cuela por cada rendija de lo que vemos. Es una mirada honesta y llena de humor sobre dos sin oportunidades, pero a las que no se les ocurriría pensar que no las tienen mientras continúan luchando por vivir día a día.

El posthumor de Burnin’ Percebes

Y la Cineteca, en su cine de verano al aire libre, proyecta otra película española. Se trata de La reina de los lagartos (Burnin’ Percebes, 2020), que ganó el premio Rizoma de Cine de este año a mejor película y, con ello, distribución en Cineteca. Por cierto, yo fui jurado esta edición del festival, que vuelve las primeras semanas de noviembre y que siempre se asocia con las pantallas más interesantes de Madrid para dar visibilidad a productos independientes de todo tipo. Imaginad E.T. El Extraterreste (Steven Spielberg, 1982) pero con sexo y lagartos, llena de pasodobles, rodada en súper 8 y en las calles de Barcelona. Javier Botet interpreta a un alien que ha tomado apariencia humana y está pasando sus últimos días en la tierra en compañía de un ligue, Bruna Cusí, y su hija, Margot.

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Burnin’ Percebes es el dúo catalán formado por los cineastas Juan González y Nando Martínez, que con sus trabajos apuntalaron dos etiquetas que han definido parte de la creación underground nacional en los últimos 10 años: el low-cost y el posthumor. Lo mejor de la película es su estilo narrativo, lleno de ideas y trucos, y que recuerda en cierta forma a Hold me while I’m naked (George Kuchar, 1966) o al Godard de Alphaville (1965), y que a la vez entronca con el trabajo de creadores españoles de su misma generación como Chema García Ibarra o Ion de Sosa, aunque cada uno de ellos vive en una isla diferente del mismo archipiélago. El mundo de ciencia ficción se desarrolla fuera de campo, y las imágenes tienen una calidad costumbrista pero extraña. En el caso de La reina de los lagartos, como si la película fuera una estupenda drag queen, todo lo que podría ser entendido como defecto juega a su favor y crea una sensación neblinosa, como la textura del súper 8.