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Albares y Cameron se reúnen este jueves en Bruselas para culminar el acuerdo político sobre Gibraltar

Los ministros de Exteriores español y británico y el comisario Sefcovic ya desbloquearon el 12 de abril los puntos más conflictivos de la negociación

Fabian Picardo, Cameron, Sefcovic y Albares, el pasado mes de abril en Bruselas.
Fabian Picardo, Cameron, Sefcovic y Albares, el pasado mes de abril en Bruselas.KIRSTY O'CONNOR (Europa Press)

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reunirá este jueves en Bruselas con su homólogo británico, David Cameron, y con el vicepresidente europeo para los asuntos del Brexit, Maros Sefcovic, con el objetivo de lograr un acuerdo definitivo en torno al estatuto que regirá las relaciones entre Gibraltar y la UE tras la salida del Reino Unido de la Unión.

Esta será la segunda cita al máximo nivel para culminar el acuerdo. El pasado 12 de abril Albares, Cameron y Sefcovic —junto al ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, integrado en la delegación británica— ya mantuvieron una primera reunión en la capital comunitaria en la que desbloquearon las negociaciones, que se prolongaban desde hace dos años y medio, y constataron “avances significativos en los asuntos más sensibles”, como el uso conjunto del aeropuerto, la circulación de bienes y la movilidad de las personas, según explicaron todas las partes.

El Ministerio de Exteriores español asegura que el objetivo del nuevo encuentro del jueves en Bruselas es “avanzar en las líneas maestras” del acuerdo; mientras que fuentes comunitarias esperan que la reunión dé el “último empujón” a los detalles que quedan por acordar; y destacan la presencia de los dos ministros en Bruselas. Que se haya concretado la reunión de alto nivel ya muestra que el acuerdo está maduro. Aunque se venía rumoreando desde el martes con que Albares acudiría a la capital comunitaria para verse con Cameron, los dos ministerios no han confirmado la cita hasta esta mañana, tras asegurarse de que el encuentro será un éxito.

Desde el 12 de abril, de manera discreta y técnica, todas las partes han mantenido un contacto permanente para limar los puntos pendientes y llegar a ese acuerdo político sobre el estatuto del Peñón. Las fuentes consultadas esperan que la reunión sirva para culminarlo, aunque advierten de que el texto definitivo, que califican de “muy complejo y prolijo”, aún debe ser pulido, por lo que su firma puede aún demorarse.

El tratado que regulará las relaciones entre Gibraltar y la UE deberá ser aprobado por el Parlamento salido de las elecciones europeas que se celebran entre el 6 y el 9 de junio (en España se vota el 9). El próximo relevo de la Comisión Europea y la posibilidad de que se celebren elecciones británicas en otoño ha hecho que se aceleren las conversaciones para no perder esta “ventana de oportunidad” que podría no repetirse, según fuentes comunitarias.

Fuentes diplomáticas españolas aseguran que el acuerdo salvaguardará las posiciones de Madrid y Londres en materia de soberanía y supondrá la demolición de La Verja que separa la colonia británica de España; un paso mayúsculo. Además, regulará una gran variedad de aspectos, aunque algunas de las medidas que incluye pueden tardar años en aplicarse plenamente. Ambas partes han aceptado que el control de los viajeros que lleguen a Gibraltar, y que desde allí podrán circular por toda el aérea Schengen (el espacio europeo sin fronteras), estará a cargo de la agencia europea Frontex, bajo supervisión de las las fuerzas y cuerpos de seguridad españoles.

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En Bruselas, Cameron también se reunirá en solitario con el vicepresidente Sefcovic para tratar la evolución del Acuerdo Marco de Windsor (The Windsor Framework), que solucionó los problemas más graves derivados del Protocolo de Irlanda del Norte y que la UE acordó con Reino Unido en 2023. Ese acuerdo cerró otro de esos asuntos espinosísimos derivados del Brexit.

Trabajadores transfronterizos

Albares se reunió el pasado lunes con el consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, y los alcaldes del Campo de Gibraltar, a quienes informó someramente de la marcha de las negociaciones. El ministro les aseguró que el pacto “garantiza los derechos de los alrededor de 15.000 trabajadores transfronterizos, más del 50% de la fuerza laboral de Gibraltar, no solo de los actuales sino de los futuros”. Se refería al hecho de que los españoles que han trabajado el Peñón cobran actualmente pensiones más bajas que los gibraltareños, una discriminación con la que se quiere terminar.

El jefe de la diplomacia española también dio por sentado que el futuro acuerdo incluirá el uso conjunto del aeropuerto construido en el istmo del Peñón y, aunque no ofreció detalles sobre el régimen jurídico al que estará sometido, dio por hecho que se reanudarán los vuelos con Madrid o Barcelona que existieron entre 2009 y 2011.

El consejero andaluz pidió un régimen fiscal especial para el Campo de Gibraltar, alegando que, cuando se ponga en marcha la libre circulación de bienes prevista en el acuerdo que se está ultimando, las empresas de la comarca gaditana vecina al Peñón se encontrarán en inferioridad de condiciones respecto a las gibraltareñas, que solo pagan un 10% de impuesto de sociedades frente al 25% vigente a este lado de la Verja. Exteriores sostiene que el acuerdo contempla una progresiva armonización fiscal entre la colonia británica y su entorno español.

El estatus de Gibraltar, colonia británica desde el siglo XVIII cuya soberanía reclama España, está rodeado de incertidumbre como consecuencia del divorcio de Londres con la Unión, consumado el 1 de febrero de 2020. Desde entonces, el Peñón, con unos 32.000 habitantes, que votaron por abrumadora mayoría a favor de quedarse en la UE (95%), se ha mantenido casi sin cambios administrativos y como si aún formase parte de la Unión, pero con dificultades para los trabajadores transfronterizos y el tráfico de mercancías.

En Bruselas se hacía la vista gorda, pero esa realidad no podía durar mucho más. Sobre Gibraltar ha pesado desde que se empezaron a plasmar los términos de la salida de Reino Unido del club comunitario el temor a un Brexit salvaje, con todas sus consecuencias. Algo que se ha tratado de evitar a toda costa a través de ese marco jurídico que se está ultimando ahora y que lleva años encallado.


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