El test de fuerza de Ayuso

El examen de las elecciones del 28M decide este domingo mucho más que quién dirige la Comunidad de Madrid y sus Ayuntamientos hasta 2027. Para Isabel Díaz Ayuso (PP) es un test de fuerza: busca una mayoría absoluta que neutralice a Vox e iguale su peso interno al de Juan Manuel Moreno Bonilla, el presidente de Andalucía, situándola así en la primera línea de aspirantes al liderazgo nacional si Alberto Núñez Feijóo no llega a La Moncloa en las elecciones generales de fin de año. Para el PSOE de Juan Lobato y el Más Madrid de Mónica García es un pulso por el hoy y por el mañana: se decide quién tiene la hegemonía de la izquierda. Podemos, finalmente, vive con Alejandra Jacinto un domingo a todo o nada. Se juega su supervivencia en la región que lo vio nacer. No lograr representación en la capital y la Comunidad (para lo que necesita el 5% de los votos) sería un golpe mortal. Peor: debilitaría gravemente su posición negociadora en la confluencia con la plataforma Sumar, que la vicepresidenta Yolanda Díaz está montando para las generales. Porque para todos el camino a La Moncloa pasa por Madrid.

Partido Popular. El fantasma de la coalición con Vox. Todas las encuestas dan por ganadora a Isabel Díaz Ayuso. Y, sin embargo, ni siquiera eso le garantiza a la líder conservadora una jornada plácida. Primero, porque no le vale solo con ganar. Necesita arrasar. Ella misma se ha autoimpuesto la meta de la mayoría absoluta, para no depender de Vox, que en caso de ser necesario para investirla como presidenta puede reclamar entrar en el Gobierno (“sería nefasto”, advirtió Ayuso). Segundo, porque formar un Ejecutivo que no dependa de apoyos de otros partidos le permitiría igualar el peso interno en el PP de Moreno Bonilla y asentar su posición frente a lo que pueda pasar con Núñez Feijóo tras las elecciones generales de fin de año (“estoy en posición de apoyar al líder del PP que tiene, que tenemos todos, una única oportunidad de cambiar las cosas”, dijo esta semana). Y tercero, porque Díaz Ayuso ya es presidenta del PP autonómico, lo que la convierte en responsable del resultado municipal: de que los conservadores mantengan la capital con José Luis Martínez-Almeida y consigan recuperar alguna de las grandes ciudades que gobiernan los socialistas (ven posibles Leganés, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Coslada, Arganda, Parla, Móstoles, Alcalá...) dependerá la nota final de una noche electoral que mide la vigencia del fenómeno Ayuso.

Más Madrid. Defender la hegemonía en la izquierda y soñar con la capital. A tres días de las elecciones, habla la exalcaldesa Manuela Carmena: “Rita, vas a poder continuar con el espíritu de nuestro gobierno”. No es una cosa cualquiera. En 2019, Más Madrid se convirtió en la fuerza de izquierdas hegemónica en la capital y la Comunidad. Cuatro años después, ese espaldarazo postrero de Carmena a la candidatura municipal busca evitar el retroceso y asegurar la consolidación de la formación. Porque los sondeos dicen que reconquistar el Ayuntamiento depende de una carambola posible pero improbable, que tiene como piezas clave el crecimiento del PSOE, que Podemos logre representación y que Cs o Vox no lo hagan. En paralelo, las encuestas avanzan que el pulso con el PSOE por la hegemonía de la izquierda en la Asamblea se decidirá de nuevo por un puñado de votos. Un choque que está marcado por que este domingo también se vote en las municipales: si los socialistas gozan de unas raíces locales regadas durante 144 años, y lideran ocho de los diez municipios más poblados de la región, Más Madrid únicamente se presenta en 54 de los 178 posibles, los que concentran al 93% de la población. Un posible hándicap para una noche que pone nota a cuatro años de oposición.

PSOE. Espíritu de remontada. El PSOE se hundió hasta los ocho concejales capitalinos en 2019 y hasta los 24 diputados autonómicos en las regionales adelantadas de 2021. Eso prácticamente asegura que Reyes Maroto y Juan Lobato, los candidatos de 2023 en esas dos circunscripciones, cierren la noche electoral proclamando que los socialistas han mejorado resultados e iniciado una suerte de remontada. No obstante, que ese mensaje sea creíble completamente dependerá de que el PSOE logre, o no, adelantar a Más Madrid en la Asamblea y el Ayuntamiento. Y no solo de eso: los alcaldes socialistas llevan cuatro años gobernando a dos millones de personas en la región, y cualquier retroceso en las principales ciudades en favor del PP emborronará un balance al que los precedentes rodean de interrogantes. Tanto Maroto como Lobato se han comprometido en público a permanecer una década en la política madrileña. El resultado del 28-M empezará a medir la firmeza de ese compromiso en una región que enfrenta a la izquierda con un jeroglífico. Así, si durante seis años fue la derecha quien se vio perjudicada por la división (al convivir PP, Cs y Vox entre 2015 y 2021), ahora es la izquierda quien pena doblemente: no solo reproduce esa rotura (con Más Madrid, PSOE y Podemos-IU-AV), sino que además sus rivales han mejorado sus expectativas con la crisis de Cs.

Vox. Resistir para ganar. Madrid es el gran escaparate de Vox, el altavoz desde el que transmite que tiene razón, que es necesario, y que no se solapa con el PP, sino que moviliza a votantes que de otra manera no irían a las urnas. Ocurrió, por ejemplo, en 2021, cuando estalló el bum Ayuso, que se disparó de los 30 a los 65 diputados, y, aun así, Rocío Monasterio mejoró su resultado de 2019 (de 12 a 13 escaños). La convivencia de los dos socios parlamentarios, sin embargo, ha sido pésima desde entonces. Y la insistencia de Díaz Ayuso en recordar machaconamente en campaña que no hay Presupuestos por culpa de la extrema derecha, por ejemplo, parece haber calado entre los votantes. A eso se ha unido la detención de la número tres del partido en Parla. O la significativa desaparición de Santiago Abascal, el líder nacional, de la campaña madrileña. Así que Monasterio ha diseñado una estrategia a la contra, centrada en resistir para ganar. Porque si el 28-M el PP no tiene mayoría absoluta, solo podrá pactar con Vox. Y entonces llegará el momento de cobrarse todas las facturas pendientes. En la Comunidad, y en el Ayuntamiento, donde solo la entrada de Ciudadanos abriría una posibilidad a que Martínez-Almeida no tuviera que depender de Javier Ortega-Smith, el hombre que le apoda Carmeida.

Podemos-IU-AV. La paradoja de la extrema derecha. Nadie sabe si Podemos entrará en la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid, para lo que necesita el 5% de los votos en ambas circunscripciones. Lo que sí se sabe es que su presencia en ambas instituciones podría dar lugar a una paradoja: que la llegada de un partido más de izquierdas provocara que el PP pasase de gobernar en solitario a tener que pactar con Vox, abriendo ambas instituciones a la influencia de la extrema derecha. Pero para Podemos el resultado es a vida o muerte. Nacido del movimiento del 15-M, enraizado en la Puerta del Sol, este partido no se puede permitir desaparecer institucionalmente de la región capital de España. Ese posible resultado no solo abriría una crisis inmediata, sino que alentaría otra futura. Porque Podemos está abierto a integrarse en Sumar, la plataforma que orquesta la vicepresidenta Yolanda Díaz para agrupar a toda la izquierda a la izquierda del PSOE de cara a las generales. Y no es lo mismo negociar eso con la fuerza que da la representación institucional, que sin ella. Además, las municipales pueden precipitar una catarsis en la organización. Igual que la negociación de las listas abrió crisis en Rivas-Vaciamadrid, Tres Cantos o Fuenlabrada, los resultados pueden provocar nuevos terremotos. Mucha de la estabilidad del partido dependerá de las decisiones que tome Jesús Santos, coordinador de Podemos Madrid, y candidato en Alcorcón con Ganar Alcorcón, donde ha recibido el apoyo de Yolanda Díaz.

Ciudadanos. O Villacís, o nada. En medio de la crisis general de Ciudadanos, el resultado que obtenga Begoña Villacís en la capital puede ser un balón de oxígeno o la aguadilla definitiva. La hasta ahora vicealcaldesa de la capital ha afrontado un 2023 lleno de polémicas: de su coqueteo con el PP al fichaje por este partido de dos de sus concejales más destacados, su campaña ha transmitido las señales propias de un partido en descomposición. Y sin embargo, la encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER le permite soñar con llegar al Ayuntamiento, y ser clave para su gobernabilidad, aunque no se lo garantiza. El 28-M, por lo tanto, será un día a todo o nada para Ciudadanos. En Madrid, pero también en España. Porque si se queda fuera de la capital, quedará más cerca el fin de un proyecto que se asentó a nivel nacional precisamente en esta región tras nacer en Cataluña. A quien no conceden ninguna opción los sondeos es a la candidata autonómica, Aruca Gómez.

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