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Decenas de reportajes habían informado de la carrera delictiva de Dorado antes de su amistad con Feijóo

El capo había estado detenido varias veces y huido durante una temporada a Portugal

Alberto Nuñez Feijoo con Marcial Dorado Baulde Feijóo gestionaba el plan de las drogas de Galicia y hacía amistad con el narco Dorado
El dirigente popular, Alberto Núñez Feijóo, con el contrabandista Marcial Dorado, en el verano de 1995 en el barco de Dorado en la ría de Vigo.
Xosé Hermida

“La leyenda tejida en torno a la ría de Arousa habla de Marcial Dorado, de quien se dice que envía anualmente a Suiza más de 7.000 millones de pesetas [42 millones de euros]. Desde luego, el rico arosano, actualmente procesado por su presunta participación en operaciones de contrabando, se ha construido un chalé grandioso de piedra con torre, piscina de paredes transparentes y antena parabólica”. Había comenzado la década de los noventa y Marcial Dorado Baúlde —el hombre del que Alberto Núñez Feijóo asegura que no desconfiaba cuando, cuatro años más tarde, inició una larga amistad con él— iba esquivando como podía la acción de la justicia. Lo que no conseguía evitar era que cada poco la prensa se ocupase de él en términos como los que empleaba La Voz de Galicia el 26 de enero de ese año.

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Meses antes, Dorado había sido detenido y había vuelto a copar informaciones de prensa después de que un hermano suyo agrediese a un equipo de TV3 que tomaba imágenes del “grandioso chalé de piedra” en A Illa de Arousa. En la hemeroteca de 1989 del primer periódico de Galicia se recoge también en páginas locales una nota sobre la repercusión que había tenido en Arousa otro reportaje de TVE sobre las bandas ilegales que operaban en la zona y en el que se hablaba, entre otros, de Laureano Oubiña y de Dorado.

Ese mismo año, La Voz de Galicia dedicó también varios días a recoger las investigaciones de La Vanguardia que daban cuenta de que jueces franceses y suizos habían abierto un sumario sobre lo que llamaban “la peseta connection”, una red de millonario lavado de dinero que dirigía el inquilino del chalé de A Illa de Arousa. El diario barcelonés mandó un enviado especial a Suiza y entre las varias páginas completas que dedicó al asunto una se titulaba “El padrino de la ría de Arosa” y explicaba en detalle las maniobras del “grupo Marcial, integrado por seis personas además del capo Marcial Dorado”. El reportaje aludía a las frecuentes visitas a Suiza del que luego sería amigo de Feijóo para contactar con Michael Haenggi, el blanqueador del dinero. Y daba cuenta de que en poder del juez suizo que investigaba el caso figuraba un informe de la DEA estadounidense “en el que se señala que Dorado y Haenggi se han estado moviendo por Miami en compañía de americanos sospechosos de tráfico de estupefacientes”.

En la hemeroteca digital de EL PAÍS la primera mención a Dorado es del 4 de diciembre de 1984 y se titula “Se entrega el presunto jefe de una banda de contrabandistas”. Al día siguiente, el nombre de Dorado ya se alza a titulares. Junto a todos los principales jefes de los clanes ilegales que operaban en Arousa, Dorado había huido a Portugal escapando de una gran redada y ahora decidía entregarse a la Audiencia Nacional en la certeza de que no iría a la cárcel.

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El 12 de junio de 1990, una noticia impactante abrió todos los informativos de radio y televisión del país, antes de copar al día siguiente las primeras páginas de los periódicos. El juez Baltasar Garzón había desatado en Galicia la mayor operación de la historia contra el narcotráfico y detenido, entre otros, a Oubiña, Manuel Charlín y Dorado. Los principales diarios publicaron pequeños perfiles de este último. El de EL PAÍS, acompañado de foto, afirmaba: “Se le considera el número uno del contrabando de tabaco y también forma parte, presuntamente, del tráfico de droga”. El de Abc se ilustraba con un dibujo y un texto, y recordaba las imputaciones contra él de jueces franceses y suizos.

Dorado salió a los pocos días en libertad bajo fianza y más tarde se retiraron los cargos contra él por falta de pruebas. En 1992, volvió a ser detenido por contrabando de tabaco. EL PAÍS lo publicó el 27 de octubre y al día siguiente dio cuenta de que también habían sido arrestados dos guardias civiles acusados de cobrar sobornos del capo arousano.

En esos años, el nombre de Dorado siguió apareciendo a menudo en los medios, que dedicaban gran atención a las actividades ilegales en las Rías Baixas tras el salto del contrabando al narcotráfico. Feijóo era ya número dos de la consejería de Sanidad de la Xunta, de la que dependía el plan autonómico contra la droga. Pero cuando, hacia 1994, empezó a frecuentar la compañía de Dorado, asegura que no sabía a qué se dedicaba este. “No había ni Google ni internet”, alegó este miércoles.

Con colaboración para la documentación de Rocío Sánchez y José M. Abad.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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