Opinión pública en estado líquido

La encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER, la última del tracking de campaña, deja un escenario abierto para las elecciones del próximo domingo. El PP se situaría como primer partido político a una distancia de cuatro puntos del PSOE, obteniendo entre 135 y 139 escaños en el Congreso de los Diputados, muy lejos de la mayoría absoluta. Según nuestros datos, Feijóo no podrá gobernar en solitario. El estudio, además, otorga a Vox una horquilla de escaños de entre 37 y 40: es posible, pues, que la suma del PP y Vox tampoco sea suficiente para gobernar (la horquilla está entre 173 y 179 escaños).

Por tanto, la estimación final, a seis días de las elecciones, establece un resultado que podría ser de difícil gestión. Hay, además, dos elementos que indican que no está todo cerrado y que en este último tramo de la campaña podría haber cambios.

Por un lado, los datos brutos sobre los que se construye la estimación, es decir, las respuestas espontáneas de los/as entrevistados/as cuando se les pregunta por su intención de voto (lo que denominamos la intención de voto directa o idv) muestran una ventaja del PSOE a lo largo de la mayor parte del tracking. Esta pauta se da en todas las encuestas que ofrecen la idv (con una única excepción), con independencia de la metodología utilizada (online/telefónica). La ventaja de los socialistas sobre los populares en voto directo no significa que vayan a quedar ganadores; esto es así porque en las encuestas, no solo en España sino también en otras democracias de nuestro entorno, los votantes de partidos socialistas están sistemáticamente sobrerrepresentados y es necesario introducir un ponderador que les dé el peso que realmente les corresponde. Si la idv del PSOE está por delante, resulta difícil que el PP vaya a sacar una ventaja enorme.

Por otro lado, cuando se analiza la serie de resultados que ha ido ofreciendo diariamente el tracking de 40dB., se descubren tendencias que no son definitivas. Tras las elecciones autonómicas y municipales del 28-M, nuestra encuesta detectó un predominio notable de la derecha. Sin embargo, posteriormente, hubo una clara remontada del PSOE que se frenó bruscamente tras la celebración del cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Desde entonces, el PP se ha reforzado, pero, con el paso de los días, el PSOE ofrece los primeros síntomas de recuperación. La gran incógnita es si dicha recuperación continuará de aquí a las elecciones. No cabe descartar que se puedan producir fenómenos similares a los de las elecciones de 1993 y 1996, en las que el PSOE fue capaz de remontar en las elecciones durante los últimos días, cuando ya no se podían publicar encuestas. En 1993 ganó el PSOE contra todo pronóstico, y en 1996 la victoria del PP fue, como se dice coloquialmente, por los pelos.

Nuestra estimación corresponde al final de un tracking en medio de una campaña electoral. Se han podido seguir día a día los cambios pre y post debate. No se puede descartar que si ha habido movimientos en la primera semana, no los vaya a haber en la segunda. La mayoría absoluta del bloque de la derecha es en estos momentos un resultado posible, pero no con una alta probabilidad. Que las cosas estén abiertas no es consecuencia de la falta de precisión de las encuestas, sino de que la sociedad no ha llegado aún a una conclusión definitiva. El electorado español no ha fijado aún su posición. La opinión pública sigue en estado líquido, aún no se ha solidificado.