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Un día con Feijóo: se va la luz y se encienden las alarmas

Sonríe al ver a la gente y se para rápidamente. “Que alguien le ayude para que pueda hacer una foto”, pide al ver a un hombre mayor peleándose con el teléfono móvil

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, firma una bandera de España a su llegada al mitin de Murcia el día 12.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, firma una bandera de España a su llegada al mitin de Murcia el día 12.MONICA TORRES
Manuel Jabois

El miércoles día 12, Alberto Núñez Feijóo se despertó en su casa de Madrid, fatigado, calculando cuánto quedaba de campaña electoral. La noche anterior la terminó en Cádiz (viralizó desde allí la expresión “tacita de oro” en referencia a la “tacita de plata”, prueba de su optimismo), y aunque circuló la información de que dormiría allí y saldría para Murcia a primera hora al día siguiente, prefirió volar a Madrid, hacer noche en la capital con su familia y salir en el tren esta mañana de miércoles. Es una mañana en la que piensa: “Cuánto queda de campaña”. Y, para su sorpresa, según él mismo contó en Murcia, se dio cuenta mirando el calendario “de que no es mucho”. Esta semana, la siguiente, y llegaremos al domingo 23 para dar por finiquitado el “sanchismo”, la palabra fetiche de la campaña del PP junto a “Txapote”, que Feijóo evita pronunciar y censurar.

El día anterior, martes, fue el primer día de Alberto Núñez Feijóo como estrella política conservadora, el candidato al que gritan, paran por la calle y la gente le pide eso tan mesiánico de que “le toquen” como si fuese a sanar España a través de sus manos. Ocurrió horas después del debate electoral en el que atropelló a Pedro Sánchez con datos falsos (caso Pegasus, compra de gas ruso, pensiones…) hasta dejarlo aturdido. La euforia del PP era absoluta, cuentan ya el miércoles varias periodistas de Servimedia que siguen al candidato en campaña. Feijóo viaja en el AVE de Madrid a Murcia con un equipo reducido y tres invitados especiales, José María Aznar, Ana Botella y un nieto de ambos.

En Murcia, al mediodía, le reciben 38 grados y subiendo (se llegará a 42 a primera hora de la tarde). Es un día agitado electoralmente. En Murcia sobrevuela la repetición de las elecciones por la falta de acuerdo entre el PP y Vox; en Alicante, la parada nocturna de la caravana del PP, habrá el miércoles nuevo presidente de la Comunidad de Valencia, Carlos Mazón, con los votos de Vox. En la estación de Murcia espera Fernando López Miras, animado. El presidente de la Comunidad no suda. Todos sudan a su alrededor; un par de escoltas tienen la camisa transparente.

Habla con los periodistas off the record sobre el bloqueo de su investidura en Murcia. Elucubra sobre fechas posibles de nuevas elecciones cuando hay un revuelo de curiosos: al fondo del pasillo se asoman Feijóo y Aznar. El candidato del PP viene con pantalón gris, camisa blanca y zapatillas deportivas. Sonríe al ver a la gente y se para rápidamente. “Que alguien le ayude para que pueda hacer una foto”, pide al ver a un hombre mayor peleándose con el teléfono móvil. Se interesa por las periodistas, por el calor y por la campaña. Feijóo, hoy, está pletórico. Y se mete en un coche para demostrarlo porque esta mañana en Murcia, además de los efectos de la resaca del debate, Feijóo lleva dinamita en el bolsillo. Y tarda poco en hacerla explotar en su intervención. Antes, en el mitin, hablan Luis Alberto Marín y López Miras para cargar contra Vox y alabar a los dos presidentes, el que fue del Gobierno, Aznar (que bromea en su silla constantemente con Feijóo) y con el del PP, el propio Feijóo. Antes de que salga al escenario, le regalan al candidato un pequeño vídeo de homenaje en el que se le escucha un grito de guerra: “No hay que llenar las calles de gente, hay que llenar las urnas de votos”.

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Feijóo calienta al público diciendo en Murcia, donde el PP aún no ha podido acordar Gobierno con la extrema derecha, que el sanchismo y Vox son aliados. Dedo índice de la mano derecha en alto. Y suelta una de las bombas sucias de la campaña, una de ellas, comprometiendo el sistema y el resultado electoral, táctica que repitió este domingo: “Mañana es el último día para pedir voto por correo. Le pido a los carteros de España que trabajen al máximo, mañana, tarde y noche y, aunque no tengan los refuerzos suficientes, que sepan que custodian algo que es sagrado de los españoles, que es su voto (..) Les pido que con independencia de sus jefes, repartan todos los votos antes de que venza el plazo, para que los españoles podamos votar. Me comprometo a que si no les pagan las horas extra, en el primer Consejo de Ministros les pagaré todas las horas extras”.

“Yo me hice militante por Aznar”, había dicho antes. “No le tenemos miedo a la calle. Donde mejor estamos es en las calles, los aeropuertos, las estaciones”, dice emulando un poco a Churchill, que se defendía del nazismo. Sonríe y por fin suda, pese a que el aire acondicionado libra al público que llena el auditorio Víctor Villegas de un golpe de calor. Se regala agua metida en barreños con hielo. La mañana de éxito popular, con los medios de comunicación y las redes en ebullición tras las declaraciones de Feijóo, termina con una comida en un restaurante de Murcia.

Feijóo aparece puntualísimo, a las 19.30, en el Auditorio de Música de la Diputación de Alicante con Carlos Mazón (en Alicante no habrá dureza contra Vox ni pactos de Vox con el sanchismo) y del número uno al Congreso por Valencia, Esteban González Pons. Tiene que celebrarse dentro, con aire, porque esta campaña atípica en verano de extremo calor está prohibido el aire libre. No se puede votar en muchas provincias del sur que en estos días sufren olas de calor con más de 40 grados, dice Feijóo allí. “Estamos haciendo campaña pese al calor. Seguiremos haciendo campaña y pase lo que pase, España va a llenar las urnas de votos por la democracia de este país”, dice. Antes, a los 10 minutos de iniciarse el mitin, se fue la luz del auditorio.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, mira su reloj al término del mitin en Murcia, junto a Aznar y al presidente en funciones de la comunidad, Fernando López Miras.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, mira su reloj al término del mitin en Murcia, junto a Aznar y al presidente en funciones de la comunidad, Fernando López Miras.MONICA TORRES

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.

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